Cádiz pierde a un comercio de referencia en extramuros: Muebles Miguel Ángel

Su propietario, Miguel Ángel Núñez, se jubila después de 43 años al frente del negocio

Miguel Ángel Núñez en su establecimiento.
Miguel Ángel Núñez en su establecimiento. / Lourdes De Vicente

El 2 de diciembre de 1978, cuatro días antes de la proclamación de la Constitución Española, abría en la calle Tolosa Latour, 21 la tienda Muebles Miguel Ángel. Ahora, casi 43 años después, el negocio se encamina hacia su cierre por jubilación de su propietario, Miguel Ángel Núñez Puga, que inauguró la tienda junto a su esposa, María Sánchez Reina. Cuenta Núñez Puga que trabajaba en Muebles Maestre, en la calle Sacramento, y se topó con la oportunidad de independizarse al encontrarse con un amplio local en Tolosa Latour. “En extramuros no había entonces tiendas de muebles y aprovechamos”, recuerda.

Se hizo empresario con 27 años y dejará el trabajo a los 71. “He aguantado un poco más porque no contaba con la pandemia. Así era complicado jubilarse, con pedidos pendientes y no podía dejar tirada a la clientela", admite. Desde hace un mes ya no hace pedidos y está liquidando el género. “La cosa va bien y en dos o tres semanas ya podré descansar y dedicarme a mi familia, que es mi siguiente objetivo”, indica. Está casado y es padre de un hijo, que ya le ha dado una nieta que tiene cinco meses. “Viven fuera, pero ya podré ir a visitarles”, apunta.

Miguel Ángel evoca. “Hemos pasado por la venta de muebles y electrodomésticos, posteriormente muebles de cocina, listas de boda, dormitorios juveniles y en la actualidad muebles, tapicerías y descanso, dando el mejor servicio con profesionalidad, atención personalizada, optimismo”, expresa. El cliente gaditano ha sido “el mejor colaborador para continuar en el mercado”. Agradece a toda la clientela su fidelidad en estos 43 años, así como a los trabajadores que han formado parte de la plantilla y a los proveedores.

“He aguantado un poco más porque no contaba con la pandemia. Así era complicado jubilarse, con pedidos pendientes y no podía dejar tirada a la clientela"

“Hemos sabido superar las distintas crisis económicas adaptando el comercio a cada situación”, afirma. Después de la crisis de 2008 “tuve que despedir personal y me hice cargo de la venta directa. No he tenido tiempo para nada. Cogía de vacaciones una semana en agosto, poco más”.

Han sido muchos los obstáculos superados en 43 años. Uno de ellos el desembarco del gigante sueco del mueble, IKEA, aunque Miguel Ángel Núñez asegura que “no nos afectó tanto porque enseguida se produjo una reacción de los fabricantes con productos adaptados a la situación. Porque en una tienda como esta tiene mucha importancia la atención personalizada y la calidad del producto, que es superior a la de IKEA”.

En este enclave vivió momentos delicados cuando la reconversión naval. “Aquí delante de mi almacén estaba la Policía disparando bolas de goma. Al otro lado del puente de San Severiano, los trabajadores de Astilleros. Algún cristal me rompieron”, expone. Con el tiempo, Muebles Miguel Ángel obtuvo una visibilidad inesperada. “Teníamos antes al lado la vía del tren, que todos sabemos lo que conllevaba, en años de mucha droga y delincuencia. El soterramiento lo transformó todo y nos ayudó mucho. Pasamos a estar en un lugar estratégico al final de una gran avenida. No imaginaba cuando abrí la tienda que iba a acabar estando en un sitio tan bueno”, rememora.

Ahora, este local con 265 metros cuadrados espera a alguien que lo mantenga con vida. “Alguna oferta hay para alquilar. Cualquier compañero del gremio que sea listo con este local lo tiene claro. Esto está hecho para vender muebles, es un sitio de referencia”, concluye Miguel Ángel.

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