¿Por qué Cádiz tiene que gastarse 300.000 euros en recuperar la pérgola del parque Genovés?
Desde su inauguración, la estructura, que rompe el balcón a la Bahía de la ciudad, ha sido objeto de duras críticas
Otras construcciones que son un desastre en la capital gaditana
En marzo de 2015 el Ayuntamiento inauguró la pérgola que separa el parque Genovés del Paseo de Santa Bárbara, el penúltimo gran balcón de la ciudad a la Bahía sin urbanizar (el otro, en el Campo de las Balas, aún está sin urbanizar). El proyecto estaba unido a la construcción de un gran aparcamiento subterráneo bajo este paseo y la reconstrucción del viejo Teatro de Verano Pemán.
No se tardó en criticar, desde numerosos sectores de la sociedad gaditana, de izquierda a derecha, el resultado final de la obra. Tampoco ayudó mucho la mala terminación de la misma, con planchas levantadas y la dificultad de disfrutar de las vistas (lo único destacado de la construcción), si se media menos de 1,80 en algunos tramos del paseo superior.
Si el diseño no logró el apoyo de casi nadie, e incluso motivó dudas en el propio gobierno municipal que lo promovió, los equipamientos que complementaban esta pérgola tampoco se pusieron en marcha. Se habían previsto pequeñas tiendas y bares, además de una coqueta urbanización del Paseo de Santa Bárbara, que también quedó a medias.
La pérgola, que tuvo un coste de 1,5 millones de euros con una aportación del 80% de los fondos europeos, fue incluida por el gobierno de José María González desde su llegada al poder en junio de 2015, en el peculiar catálogo de "obras faraónicas dejadas por el PP", incluyendo también las Antorchas de la Libertad (Queco y Queca en el lenguaje popular".
Esta repulsa por un equipamiento que rompía la estética del frente marítimo del casco histórico, que estaba incompleto y que había sido tomado por grupos de indigentes y sin techo, no culminó en lo que se planteaba desde un principio: su derribo.
En un principio, la excusa para no derribar la pérgola era la imagen que se daba ante la Unión Europea y la mala utilización, en este caso, de los fondos europeos que podía afectar a otras operaciones, sobre todo porque desde la etapa del PP Cádiz siempre ha gestionado muy bien el dinero llegado de la UE.
Sin embargo, el Ayuntamiento no ha aprovechado el incendio que destruyó parcialmente la estructura hace dos años para tener la excusa perfecta para eliminar este fallido equipamiento. Todo lo contrario, anuncia ya una inversión de 300.000 euros para la rehabilitación del todo conjunto, introduciendo en todo caso alguna mejora puntual en el mismo.
Todo con la idea de que la pérgola pase a manos de la Universidad de Cádiz, como estaba previsto en el convenio firmado hace unos años por ambas instituciones. El problema es que la UCA no está por la labor de asumir la gestión de este edificio, al no contar con un plan de uso para el mismo ni tampoco sobrarle dinero para su gestión.
Por otra parte, el Ayuntamiento no está tampoco muy sobrado de fondos por lo que llama la atención la elevada inversión que ahora se asume para recuperar un patrimonio tan contestado por buena parte de la ciudad, frente a la falta de fondos para actuaciones más urgentes en el patrimonio histórico, como las murallas.
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