"Cádiz necesitaba poder volver a contar con el hospital de San Rafael"
Sanidad
Los vecinos del entorno del centro sanitario de Pascual expresan su satisfacción con alegría: "El concierto va a ser un pelotazo para el barrio"
A pesar de que la climatología no acompañaba. Los vecinos y comerciantes del entorno del hospital de San Rafael de Cádiz llevaron a la práctica eso de "al mal tiempo buena cara". Sus rostros expresaban felicidad y, sobre todo, una gran dosis de esperanza.
En febrero pasado hizo ocho años de que el hospital de San Rafael, propiedad del empresario gaditano José Manuel Pascual, se quedó sin concierto con la sanidad pública. Eso supuso un antes y un después para toda la zona del barrio del Balón y de los comercios que circundan el Gran Teatro Falla. Y qué mejor sitio para utilizar el vocabulario más carnavalero: "El concierto va a ser un auténtico pelotazo para el barrio". Así lo decía Cristina Suárez Aparicio, desde detrás de la barra de la cafetería Casa Selu, ubicado en la esquina entre la calle Solano y Diego Arias.
Con ella estaba en el momento de esta entrevista precisamente su madre, María José Aparicio, que se jubiló en noviembre pasado después de trabajar ni más ni menos que 45 años en el hospital de San Rafael.
Madre e hija se mostraron muy satisfechas con la noticia que ayer por la tarda daba a conocer Diario de Cádiz sobre el cierre de un acuerdo entre la Junta de Andalucía y el empresario José Manuel Pascual para la firma de un concierto que tendrá cinco años de vigencia.
Esto supondrá que, después de ocho años, este centro ubicado en la calle Diego Arias volverá a formar parte del sistema público sanitario andaluz y, sobre todo, gaditano. Y los vecinos y comerciantes así lo entendían y conocían a la perfección lo que iba a significar para todos ellos.
Los comerciantes lo veían desde el punto de vista económico y los vecinos lo tasaban como una mejora evidente para ellos desde el momento en el que no tendrán que desplazarse hasta el Puerta del Mar para ser atendidos en las Urgencias y sus médicos de familia podrán derivarlos a especialistas que prestan servicio en San Rafael.
Todos ellos coinciden que será volver a lo que antes era San Rafael.
A pesar de ello, Cristina Suárez no podía esconder su temor a que esto fuera aún sólo un anuncio: "Hasta que yo no lo vea con mis ojos no me lo creeré. En estos ocho años hemos vividos ya muchos intentos de acercamiento pero los políticos no han sido capaces de darle a Pascual lo que era suyo y al barrio lo que es del barrio".
Cristina, desde el bar Casa Selu, se deshacía en elogios hacia el empresario: "Sabemos que este acuerdo va a traer muchos puestos de trabajo, no sólo el propio personal del hospital, sino para los comercios de la zona que volverán a vivir un ambiente que se perdió hace ya muchos años".
Sobre ese ambiente sabía bastante su madre, María José Aparicio, que tras 45 años en la plantilla de San Rafael se emocionaba al hablar de la noticia: "Dese cuenta de que en este hospital he pasado los mejores años de mi vida. Ha habido también malos momentos, pero no son precisamente los que uno retiene en la memoria. Ahí he vivido la crisis del VIH y ya, para colmo, el Covid".
Su hija Cristina lo resumió a la perfección en una sola frase: "Cádiz y el barrio necesitaban volver a contar con San Rafael, con sus urgencias. Con este acuerdo volverá la vida a esta zona de la ciudad".
Alegrías por un parto y lágrimas por un fallecimiento
Cuenta ella misma que su cafetería siempre estaba llena tanto por el propio personal del hospital como por los familiares de los enfermos o de los propios enfermos cuando venían a las consultas de los especialistas. "Aquí lo mismo vivimos la alegría de un parto que las lágrimas de un fallecimiento. Por eso, en el menú incluimos gratis una charla psicológica". "Además, va a representar una gran oportunidad laboral para Cádiz, algo que la ciudad necesita como agua de mayo", sentencia Cristina Suárez.
Y no va descaminada Cristina, ya que el propio José María Manzano, presidente del comité intercentros de los hospitales de Pascual, confirmaba a este periódico que el hospital duplicará e "incluso puede que tenga que triplicar su plantilla" para así hacer frente al acuerdo y a un servicio adecuado como el que dará pronto San Rafael.
En cuanto a la fecha concreta en la que se pase del dicho al hecho y San Rafael vuelva a admitir a pacientes de la pública, no se sabe con certeza, aunque se calibra la posibilidad de que se haga realidad el día 1 de junio, debido a los trámites que conlleva un concierto como este y la burocracia que esto conlleva.
A pesar de todo, no es fácil olvidar que en estos ocho años han sido muchos los negocios que han caído por culpa de la falta de este concierto y por la falta de pacientes que daban vida al barrio. Uno de ellos era el Aljibe, que, a pocos metros de la entrada al hospital, cerró sus puertas al poco tiempo de que Pascual y la Junta de Andalucía rompiesen su relación contractual.
Pero otros muchos sigue ahí con la espalda bien en alto y con la confianza de que esto supondrá una drástica recuperación para barrio. Así lo comentaba José, desde su taxi aparcado junto al Falla, que, a pesar de que lleva poco tiempo en este sector, confiaba en que pronto se verá más actividad y más público.
"El hospital es el pulmón del barrio"
Algo más concreto fue otro taxista, Andrés Pérez, que éste sí conoció San Rafael en su plen apogeo: "Va a ser trabajo para nosotros y para muchos. Esta parada de taxis perdió la vida cuando este hospital se quedó sin concierto y esperamos que todo se recupere". Aclara este taxista que un hospital con actividad mueve a mucha gente: "Son los enfermos que entran y salen y que no pueden hacerlo de otra manera que en taxi, son los familiares que se desplazan hasta aquí y prefieren coger el taxi antes que pagar dinero en un parking, y ya, para qué le cuento lo que va a suponer para los comercios de la zona".
Y así fue y así lo contó Andrés Pedemonte, propietario de la señera y gaditanísima cafetería Bar Ducal: "El hospital es el pulmón de la zona. Llevo 30 años aquí y conocí el San Rafael que muchos conocimos con los pasillos y las habitaciones llenas de pacientes y familiares. Y parece que todo volverá a ser igual".
Además, Pedemonte, desde el Ducal, afirma algo con una cierta prudencia: "Que no se enfaden mis carnavaleros pero lo del concierto es, para nosotros, mejor que el Carnaval porque el Carnaval es sólo durante unas fechas concretas mientras que el hospital dará trabajo y clientes durante todo el año".
En la cafetería El Estribillo, su propietario, Miguel Figueroa, estaba en la puerta y fue categórico": "El hospital le volverá a dar vida al barrio entero. Los pacientes traen a familiares y amigos que necesitan comer y beber así que entrarán en mi cafetería o en el supermercado y esto es vida. Han tardado demasiado los políticos. Me dicen que es que los socialistas le dejaron a deber a Pascual unos cuantos millones y que parece que la Junta ha dado ahora el paso, un paso que es una de las mejores noticias que ha recibido Cádiz en los últimos años".
Y esta ronda por el barrio acabó en la farmacia San Rafael, en el que Teresa y Miguel Pérez mostraban igualmente su satisfacción por la noticia: "No hay que olvidar que en este barrio hay mucha gente mayor y que, para ir al hospital sólo podía hacerlo en taxis cuando, a veces, no tenía ni para ese taxi. Ahora no será necesario y tendrán un hospital y unas urgencias como se merecen. Al barrio le hacía falta esto, que últimamente está un poco tristón".
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