La Iglesia de Cádiz rinde cuentas al Papa

El obispo encabeza una delegación que inicia este lunes en Roma la visita ad limina

El anterior encuentro se remonta al año 2014

Zornoza junto al resto de obispos de las provincias eclesiásticas de Sevilla, Granada y Mérida-Badajoz, ante la tumba de San Pedro.

El Papa Francisco conocerá en estos días cuál es la situación actual de la diócesis de Cádiz y Ceuta. Una pequeña delegación gaditana encabezada por el obispo, Rafael Zornoza, estará esta semana en Roma para rendir cuentas ante el Vaticano, para presentar una radiografía actual de la Iglesia local, cumplimentando así lo que la llamada ‘Visita ad limina’, que cada diócesis debe realizar cada cinco años a Roma, que de este modo es conocedora y se hace presente en cada territorio de la Iglesia, por pequeño que sea.

Varias son las citas que desde este lunes y hasta el próximo sábado tendrá que cumplimentar Zornoza, que ha acudido a Roma junto a otros 17 obispos de las provincias eclesiásticas de Sevilla, Granada y Mérida-Badajoz (es decir, los titulares de las diócesis de Sevilla, Cádiz y Ceuta, Huelva, Córdoba, Canarias, Tenerife, Asidonia-Jerez, Granada, Almería, Jaén, Cartagena, Málaga, Guadix, Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia). Pero posiblemente lo más importante de la visita ad limina, aquello que justifica la presencia de todos estos obispos en Roma estos días de enero, es el informe remitido sobre la situación de la diócesis.

Según explica el propio Obispado de Cádiz, se trata de un informe sobre la situación de la diócesis basado en 22 bloques distintos bajo un modelo que la Santa Sede determina para ofrecer “ una información sintética y precisa de la diócesis” al mismo tiempo que servir al propio obispo “para examinar el estado de su iglesia y programar el trabajo pastoral”.

Ese informe ofrece datos estadísticos y descripciones de diferentes áreas o ámbitos en la vida de la diócesis. Desde el Obispado resumen estos 22 capítulos en “organización administrativa y pastoral; situación religiosa; ministerio del ordinario; vida litúrgica y sacramental; devoción a los santos; educación católica; datos sobre el clero y el trabajo en las parroquias; la vida consagrada; la cooperación con las misiones; el papel de los laicos; ecumenismo y diálogo con otras religiones; familia y defensa de la vida humana; vida cultural, medios de comunicación; caridad con los necesitados; pastoral sanitaria y con los migrantes; patrimonio artístico y cultural; situación financiera de la Diócesis”.

Todo este contenido, que ha sido elaborado durante meses y que ya en noviembre se remitió a Roma para su conocimiento y validación, es presentado a lo largo de esta semana en los distintos dicasterios de la Curia Romana (algo así como los ministerios del Vaticano) en los que el Papa organiza la labor de la Iglesia Católica; el dicasterio para los Obispos, el de la Doctrina de la Fe, el del Clero, Institutos de Vida Consagrada, Educación Católica, Culto Divino, Laicos, Nueva Evangelización, Familia y Vida, Promoción para el Desarrollo Humano Integral, Comunicación y la Secretaría de Estado.

Además de esta labor más administrativa o puramente de trabajo, el obispo está llamado a cumplimentar otra serie de acciones o ritos durante esta visita ad limina. Uno de ellos es la veneración física ante la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo, “como expresión de comunión eclesial, y el encuentro con el Papa como sucesor de san Pedro”, tal y como destaca el propio Zornoza. Otro es el encuentro personal con el Papa Francisco, que puede ser a título individual o con el grupo completo de obispos que coinciden estos días en Roma (algo esto último que es más habitual en el proceder de Francisco, según apuntan desde el Obispado). También anuncia Zornoza que celebrará la eucaristía en las cuatro basílicas romanas (San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo y Santa María la Mayor).

Acompañan al obispo de Cádiz en esta peregrinación ad limina el Consejo Episcopal de la diócesis y el pro-vicario general y vicario judicial (Pedro Velo). Desde el año 2014 no se producía este encuentro entre el obispo y el Papa, a pesar de que la Iglesia establece que la visita ha de hacerse cada cinco años. La maquinaria burocrática de Roma y la pandemia del Covid que saltó en 2020 han demorado, en esta ocasión, la que puede ser última peregrinación ad limina de Zornoza a Roma.

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