"Cádiz seguirá siendo una ciudad bastante protegida contra el coronavirus"
Enfoque: el coronavirus en Cádiz
Especialistas médicos analizan las causas por las que la capital mantiene una tasa de contagio más baja que otras grandes localidades del país.
Desde que comenzaron a dispararse los contagios, aún cuando en la primera ola de la pandemia los análisis fueron muy reducidos en número respecto a los que ahora se hacen, el especial caso de Cádiz capital ha sido objeto de debate entre los médicos de la zona, por cuando mantiene una tasa de incidencia muy por debajo al resto de las grandes ciudades del país, hasta el punto de que esta semana era la capital con la tasa más baja de toda España.
Luis Miguel Torres, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Puerta del Mar y profesor de la UCA, aporta para este diario una serie de hipótesis que podrían justificar estos datos, aún cuando no se disponen de estudios científicos sobre las distintas respuestas de las ciudades en su lucha contra el Covid-19.Tanto en la primera ola como ahora en la segunda, Cádiz está muy por debajo de las tasas media de contagios, algo que se repite en ciudades costeras, con ambientes húmedos y con distintos regímenes de viento, que son factores que hay que tener en cuenta".
En el caso de nuestra ciudad, el doctor Torres menciona también el carácter de ciudad término, a la que hay que venir expresamente pues no es estación de paso para ninguna parte, "lo que evita la presencia de pasajeros procedentes de otras ciudades que puedan bajar aquí antes de seguir su camino, e impide una posible llegada de contagiados".
El paseo de los gaditanos
Hablando también de los medios de transporte, destaca como Cádiz es una localidad en la que buena parte de sus vecinos optan por pasear antes utilizar el transporte público y sobre todo el vehículo privado. Con ello, destaca, se evitan aglomeraciones. Tampoco hay metro y el uso de los trenes de Cercanías se centra fundamentalmente en los viajes hasta la ciudad para empleados públicos y estudiantes universitarios. El aumento del uso de la bicicleta, gracias al nuevo carril bici, también evita las concentraciones de personas.
Destaca el médico del Puerta del Mar que "desde el inicio de la pandemia, e incluso antes de que fuera obligatorio el uso de la mascarilla, he visto entre la gente mucha disciplina. En general, la población se ha tomado de forma bastante responsable las medias de control sanitario, aunque nunca se podrá llegar al 100% de la efectividad, ni en este ni en ninguna otra cuestión médica". La existencia de una gran playa urbana, la vida callejera, la presencia de un casco antiguo muy poblado pero a la vez "con calles muy ventiladas" y, también la ausencia de botellones, salvo casos muy puntuales, ayudan a esta situación sanitaria aceptable.
Aquí el doctor Torres menciona también la existencia de un gran centro sanitario, el Hospital Puerta del Mar, muy accesible y que permite una atención médica rápida.Y menciona también, asumiendo que no hay estudio que lo avale y que, por lo tanto, "está por demostrar", que también puede prevalecer un "factor genético" entre los gaditanos como forma de defensa ante este virus.
Con todo, tiene claro que "en la ciudad de Cádiz se dan de esta forma muchas circunstancias favorables, por lo que seguiremos siendo una ciudad bastante protegida".
Las dudas sobre el tiempo
Uno de los responsables de la atención a pacientes con coronavirus en la provincia, que prefiere reservar su nombre, difiere en parte de este análisis. "Personalmente me cuesta creer que hay un efecto de otra índole como el clima, la cercanía al mar o el propio levante. Ya se ha demostrado que todo eso es muy poco científico porque se dan casos, y muchos, bajo todas las condiciones climatológicas", aunque advierte que "también es verdad que todos los días estamos conociendo nuevos estudios, aprendiendo y desaprendiendo lo que sabíamos sobre el virus e igual mañana nos sorprendemos con alguna base científica sobre eso, pero lo dudo mucho”, apunta.
Sin embargo, aunque no haya base científica, sí que considera que el comportamiento de los gaditanos puede ser la clave y que la relación entre sus habitantes no es tan intensa como podríamos pensar.
"No podemos obviar que la mayoría de casos de esta actual ola se han centrado en ciudades que tienen una fuerte presencia universitaria: Granada, Salamanca, Madrid, Sevilla… Y esa vida universitaria en Cádiz no existe por la propia composición de nuestros campus", explica. Esta teoría se podría centrar en dos aspectos: la dispersión geográfica de los campus universitarios (Cádiz, Puerto Real, Jerez y Algeciras) que no se da en muchas provincias, y las dificultades que pueden tener los estudiantes para alquilar una vivienda en Cádiz.
"En la capital vive la misma gente desde hace muchos años. Para los estudiantes es muy complicado instalarse en la ciudad porque los precios de los alquileres suelen ser prohibitivos y porque el transporte permite que los estudiantes puedan instalarse en ciudades cercanas. A esto hay que sumar que no existe una “movida universitaria” como puede haber en otras ciudades. Eso ha podido ayudar".
Las zonas comerciales
Referente al modo de vida, el que en Cádiz capital no existen grandes centros comerciales o de ocio y que el comercio sea abierto, también pude ser un factor importante según algunos expertos médicos. "Aquí está todo más repartido y entiendo que por eso se ha repartido también el virus".
Respecto al hecho de que la covid esté incidiendo más en unas zonas de España que en otras, el catedrático y jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, director del Centro Nacional de la Gripe de la OMS en Valladolid y miembro del comité de expertos para el coronavirus en Castilla y León, José María Eiros Bouza, afirma en una entrevista a este periódico que no hay que tener una visión simplista de este asunto, sino que "deberíamos pensar que España es una" y apuesta por la realización de una estrategia conjunta de actuación.
"Yo creo que esas diferencias por comunidades probablemente habrá que analizarlas. Muchas veces tiene que ver con el estilo de vida, con el clima y con la propia cultura e idiosincrasia local", pero incide en la facilidad de la transmisión de una zona a otra del país, como ya ocurrió con la gripe de 1918, que hubo dos vías de transmisión muy importantes en España: una norte-sur por el ferrocarril desde Irún a Medina del Campo, que está en Valladolid, y desde allí se distribuyó; y otra desde la frontera francesa hasta Andalucía, sobre todo vinculadas al retorno de temporeros y personas que habían trabajado en la vendimia francesa.
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