Cádiz se suma a la marea para retrasar el acceso de los menores al primer teléfono móvil

Tecnología

Menor usando un teléfono móvil / M. G.

Un chat de WhatsApp de padres de Barcelona fue el origen de un tsunami nacional que ha abierto un gran debate sobre la necesidad o no de limitar el acceso a los dispositivos móviles a los menores en edad escolar. Estos padres rechazaban la "normalización" de entregar un teléfono móvil inteligente a los niños a los 12 años, con el paso de la educación primaria a la secundaria, una práctica que se ha vuelto tan normal denuncian, hasta el punto de existir una verdadera "presión social ante la compra de un móvil".

Xavier Casanovas, uno de los portavoces del movimiento, explicaba a EFE que persiguen "empoderar a las familias que quieren aplazar la llegada de los móviles a la vida de sus hijos" y que estos "no sean los raros de la clase".

El portavoz de este movimiento, nacido en el barrio barcelonés del Poblenou, insistía en que es "insuficiente" regular los teléfonos móviles inteligentes en los institutos y cree que es "imprescindible restringir su acceso y uso en la educación obligatoria".

Sin poner en cuestión la necesidad de educar en el uso de las tecnologías, este grupo defiende que hasta los 16 años "no es necesario hacerlo con el móvil en el bolsillo".

Las tesis se han ido extendiendo por toda Cataluña y el 'chat' inicialmente solo del Poblebou se ha organizado ya en otros grupos activos de padres y madres de toda España, y entre ellos hay grupos de progenitores gaditanos.

El primer móvil en Cádiz, a los 10 años

En Cádiz ciudad, aunque la situación de los menores con móvil sigue la tendencia nacional, existen datos llamativos. Según el estudio 'Hábitos de uso y riesgos relacionados con las TIC en escolares de Cádiz de 9 a 16 años' publicado por Gabriel Robles Gavira, profesor de la UNED, a iniciativa del Ayuntamiento de Cádiz, de la muestra de alumnos estudiada durante el curso 2019/2020, el 80% de los menores tenían móvil propio y acceso a internet. Sólo el 17% de los 600 sujetos consultados aseguraban no tener ningún dispositivo aunque ello no significaba estar ajenos a la tecnología: el 65% aseguraba recurrir al móvil de otro familiar para conectarse a internet.

Por otro lado, uno de los aspectos más llamativos del estudio era que la edad media de acceso al primer móvil eran los 10 años, siendo el 64% de los escolares los que afirmaban que habían tenido su primer dispositivos antes de los 12 años, 2 de cada 3.

En cuanto al control parental, algo que sería aconsejable a edades tempranas, sólo el 48% de los padres limitaban el tiempo de uso de los dispositivos frente al 45% que no lo hacían, aunque sí existía un mayor control sobre las niñas que sobre los niños, 13 puntos más.

Los peligros de los móviles

Además de los ciberdelitos, a los que están más expuestos los menores, lo peligros relacionados con la educación se refieren entre otras cuestiones al rendimiento. Según el estudio, un 44% de los usuarios de móvil sentían que afectaba a su rendimiento, muchas veces un 12% y algunas veces un 32%. Además, el 40% reconocía perder horas de sueño por utilizar el móvil. Otro aspecto que sobresalía es que el móvil e internet favorecían el anonimato, la distancia social y emocional para emitir opiniones y comentarios y un tercio (32,8%) de los encuestados afirmaba que "dice cosas por el móvil que no diría en persona".

Actualmente, la Consejería de Educación no tiene publicada ninguna normativa general sobre el uso de los móviles en los centros escolares dejando en manos de estos mismos centros la decisión de permitirlos o no, aunque la realidad es que la mayoría prohíbe su uso en las aulas salvo para cuestiones puntuales o pedagógicas.

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