El Campo del Sur, una ventana al mar con los cristales muy sucios
El paseo se encuentra deteriorado y muestra un aspecto de dejadez considerable · La mala situación del asfalto, las imperfecciones en el acerado y las obras a medio hacer son sólo algunos ejemplos
Una de las postales más típicas de nuestra ciudad, zona privilegiada frente al mar, elegida por los romanos para asentar su teatro, por los árabes para colocar su mezquita y por los cristianos para levantar sus catedrales; incluso sirvió de fuente de inspiración para Carlos Cano. Todo un legado histórico para el paseante donde el paso del tiempo y el deterioro hacen mella, primordialmente por dejadez y abandono.
Las obras de reforma del acerado del Campo del Sur se concluyeron en enero de 2010 y posteriormente se sustituyeron las farolas para mejorar el alumbrado. Asimismo, las obras de urbanización en la zona realizadas con motivo de la celebración del Centenario se desarrollaron desde noviembre de 2011 hasta el pasado mes de enero, cuando se concluyó con la reforma del aparcamiento subterráneo.
A pesar de haber sido remodelado y sometido a reparaciones recientes, el Campo del Sur presenta una imagen de abandono considerable. Desde el lamentable estado del adoquinado que, tras años de proyectos de renovación del pavimento en el perímetro de la ciudad, sigue sin arreglarse hasta la suciedad patente sobre todo en la acera que sigue junto a la muralla. La zona donde se sitúa el Baluarte de los Mártires y la plaza donde se encuentra el monumento a Paco Alba muestran un estado mugroso y deteriorado, con escalones y bancos rotos, jardines desantedidos y suciedad generalizada.
La escalera que baja hacia el callejón Osorio se ha caracterizado siempre por su deprimente aspecto; es el mismo que conserva en la actualidad con desconchones, basura y pintadas. Las viviendas de esta parte del paseo, a pesar de haber sido en su mayoría rehabilitadas no hace tanto, tampoco pintan un escenario muy vistoso, con un solar aparentemente abandonado y otras fachadas en obras.
En la trasera de la Catedral, la que queda más cercana a la calle Arquitecto Acero, se pueden observar cables que cuelgan en la fachada afeando la estética y que no se sabe muy bien de dónde salen ni qué función tienen, pero que seguramente podrían camuflarse para que no quedaran a la vista. El estado de deterioro en el que se encuentra el espacio de Entre Catedrales se hace notar mayormente en la parte inferior. Aquí se colocó una cristalera que permitiera vislumbrar los restos arqueológicos sobre los que se construyó el mirador, pero se encuentra en algunas partes tapada con cartones y tablas de madera.
También en la parte de atrás de la iglesia de Santa Cruz, por donde se accede a algunas de las dependencias de la parroquía, encontramos cuatro columnas derribadas que pertenecieron a la antigua fachada de la misma antes de que fuera remodelada. Esas columnas llevan años allí, sin ser trasladadas ni reutilizadas en otro lugar. Actualmente están tapadas con una lona junto a vallas y otros escombros.
El Teatro Romano, que es un gran reclamo para el turismo cultural de la ciudad ya que recibía más de 100.000 visitas cada curso, se encuentra cerrado desde mediadios de 2010. La Junta paralizó las obras por problemas con la empresa ejecutora, aunque recientemente el consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, aseguró que las obras se reanudarán entre finales de este mes y principios de septiembre. No obstante, la estampa que presenta no es nada atractiva. Las ruinas romanas se encuentran más en ruinas que nunca, ya que lo único que puede verse desde su exterior son los paneles de madera y los sacos de cemento pertenecientes a la obra.
La imagen que debe percibir el turista que decida pasear por esta zona azotada por el Atlántico es un poco desoladora, cuando debería suponer uno de los atractivos de la ciudad.
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