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Arturo Armario, con 90 años, estrena la Casa del Niño Jesús como punto de vacunación contra el Covid

La batalla contra el coronavirus en Cádiz

540 personas mayores de 80 años pasarán a lo largo de esta semana por estas instalaciones de Cádiz capital para recibir la primera dosis de la vacuna Pfizer

La segunda dosis la recibirán el próximo 16 de marzo

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Vacunación en Cádiz / Julio González

Unos llegaban con más confianza que otros, pero todos eran conscientes de lo que esta mañana venían a hacer al patio de la Casa del Niño Jesús de Cádiz. Son los primeros gaditanos mayores de 80 años, no ingresados en residencias de mayores, que han sido vacunados contra el Covid. A lo largo de la semana, hasta el viernes que viene y no hasta el jueves como se dijo en principio, serán 540 los gaditanos que acudirán hasta las Puertas de Tierra para este cometido.

A sus 90 años de edad, Arturo Armario ha sido el primer gaditano en recibir esta primera dosis de la vacuna Pfizer, pero era sincero: "Yo estoy aquí por culpa de ésta". Se refería a Marián, su cuidadora, que era la encargada de trasladar esta fría mañana de martes a Arturo hasta las instalaciones de la Casa del Niño Jesús.

"Yo nunca me he vacunado de ná de ná, ni de la gripe y aquí estoy con 90 años. Mi mujer se puso una vez una vacuna y la pobre se murió al poco tiempo". Arturo, viudo desde hace 10 años, comentaba que tenía algo de miedo a la reacción de la vacuna. "No viene muy confiado que se diga", comentaba Marián, su cuidadora, "pero aquí está".

A pocos metros, también sentada en una silla e intentándose cobijar del frío en la medida de lo posible, estaba Joaquina Suárez, también de 90 años. "¿Que si estoy convencida? Yo qué sé. La gente me dice qué valor tienes, Joaquina, pero no voy a tener yo la mala suerte de que esto no funcione". Doña Joaquina afirma sentirse de alguna manera una persona privilegiada porque dice saber que hay mucha gente que está loca por ponerse la vacuna y "no seré yo la que desaproveche esta ocasión". Esta gaditana ha sido la segunda persona en recibir esta primera dosis de la vacuna Pfizer y venía sola hasta las instalaciones de la Casa del Niño Jesús porque ella ya aprovecha y cuenta con mucho orgullo que vive con sus dos "varones", "el chico trabaja en un hotel en la Avenida y el otro trabaja en San Fernando", de manera que hoy le ha tocado venir sola a recibir la vacuna. A ella la llamaron el jueves o el viernes, "no me acuerdo". "No se puede estar con tanto miedo. Hay que ser prudente y que sea lo que Dios quiera", comenta Joaquína Suárez.

Entre tanto octogenario, alguien más joven, Carmen, una enfermera del Puerta del Mar que había recibido este martes también la cita ya que no pudo ser vacunada por haber tenido contacto con afectados por el Covid. Ella misma informaba a Diario de Cádiz que las vacunas y el personal llegaron a las diez en punto. Esta sanitaria afirmaba que detectaba falta de personal y que iban muy lentos. Y es que el intenso frío era motivo más que suficiente para que el tiempo se hiciera más largo y la espera fuera algo más incómoda en un espacio tan desguarnecido como el patio de estas instalaciones municipales.

Isa María, embarazada de mellizos

Isa María Gessa Relinque puso una condición para atender a este medio: "La edad no me la preguntes". Ella, que venía también con su cuidadora Mari, confesaba que esta noche apenas había dormido. "Yo en general duermo bastante mal pero si ya sé que tengo que hacer algo por la mañana temprano entonces es cuando ya no pego ojo". Isa María, al igual que muchos de los allí presentes, tampoco se mostraba muy convencida de la efectividad del medicamento que le iban a poner: "Ha sido mi hija la que me ha pedido que venga. Yo tenía dos hijas, pero Carmen, la mayor se murió. y eso me ha afectado mucho porque ella era muy apegada a mí", contaba consternada esta gaditana.

Pero a pesar de esas penas que puede uno llevar encima con los 80 o 90 años no desaparecían las ganas para el humor. "Mira, si no te importa, cuenta en el Diario que yo estoy aquí para dar a luz mellizos, uno negro y uno blanco, y así la gente se creerá que soy más joven", contaba con mucha gracia Isa María, maestra de profesión hasta que se jubiló hace ya unos cuantos años.

"Están matando a los viejos para quedarse con las pensiones"

Y, por fin, un hombre. La presencia masculina parecía menor o, al menos era a primeras horas de la mañana. Manuel Molina Guerrero, con sus 90 años, nos enseña el DNI creyendo que formamos parte de la organización. Tampoco se mostraba muy convencido con esto de la vacuna: "Creo que lo que están haciendo es matar a los viejos para quedarse con las pensiones". Manuel contaba su teoría en presencia de su hijo Rafael, que ayudó a convencer a su padre a que acudiera a la cita para la vacuna: "Algo le quitará, supongo".

Rosario León. también con 90 años, venía con su hijo Paco. Ella acudía en sillita de ruedas porque no hace demasiado se rompió la cadera. "Pero aparte de eso ella está muy bien",constataba Paco. "Yo estoy muy buen de salud. ¿No me ves?", decía Rosario, envuelta en una toca para intentar resguardar su cuerpo del frío reinante en esta mañana de martes.

Todos sus hijos le han apoyado y le han animado para acudir a ponerse la vacuna. "Ella está muy bien de su cabecita así que ha venido de manera voluntaria". "A mí no me da miedo de nada, he pasado una explosión, una guerra, así que imagínate", cuenta Rosario. Y eso sin contar con la experiencia que vivió hace ya muchos años con el tifus, que se llevó por delante a varios de sus hermanos. "Ella era la que los ciudaba", decía su hijo Paco, que afirma que su madre apenas sale, sólo "sota, caballo y rey porque ella no se puede valer por sí sola. Es una mujer a prueba de bombas y con muchas ganas de vivir".

Muchas de las personas mayores de 80 años que fueron citadas este lunes venían a pie pero otras muchas, más bien la mayoría, venían en coche particular. Era el caso de Antonio Muñoz, de 91 años. Su hija Milagrosa, que se mostró plenamente convencida de que era necesario ponerse la vacuna porque "si no, de ésta, no salimos". A ellos les llamaron el viernes pasado y ya le dieron incluso cita para la segunda dosis que Antonio recibirá el próximo 16 de marzo.

Según contaba esta gaditana, la Policía Local le había informado de que habían habilitado un pequeño espacio a la salida por si alguien, una vez que le pusieran la vacuna no se encontraba bien porque le dijeron que era normal tener algún tipo de reacción.

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