La Catedral de Cádiz debe sustituir toda la piedra desde el segundo cuerpo del templo
Patrimonio
El cabildo asegura que es una intervención que se tendrá que hacer “en algún momento” pero asegura que necesitaría para ello la participación de otras administraciones públicas
El Cabildo de la Catedral de Cádiz viene realizando desde hace años numerosas obras y labores de mantenimiento en el primer templo de la diócesis, bien con el propio personal o con la empresa externa que se encarga de los que son un poco más complicados, Canteros Almenara, como es la limpieza de todas las redes que evitan que los cascotes lleguen hasta el suelo. Estas y otras muchas intervenciones de rehabilitación, como la reciente de la capilla del Sagrado Corazón, se realizan con los fondos propios del cabildo.
Sin embargo, tal y como resalta el deán de la Catedral de Cádiz, el padre Ricardo Jiménez, hay una patología que tiene este templo y es el llamado mal de piedra. La última fase de la construcción de la misma en el siglo XIX se enfrentó al problema de la falta de fondos, lo que hizo que los materiales que se emplearan fueran de una calidad más baja que los de anteriores fases. Eso hace que la piedra se encuentre en mal estado y que fuera necesario reemplazarla, tal y como advierte el deán, desde el segundo cuerpo hasta arriba, “una intervención de mucha envergadura pero que en algún momento se tendrá que hacer”. La piedra que se puso, además de ser de baja calidad, no era la adecuada para las condiciones climáticas de la ciudad ni tampoco para el lugar en el que está emplazada la Catedral, a pocos metros del mar.
Precisamente la presencia de las redes que recorren todo la parte superior de la Catedral de Cádiz se debe precisamente a esta llamado mal de piedra. Sólo hay unos pequeños metros que no la tienen y es la ante sacristía baja, donde el propio Cabildo sí hizo esa sustitución de la piedra con sus propios fondos, en un proyecto que tuvo un coste de unos 400.000 euros.
Sin embargo, para acabar con ese mal de piedra Ricardo Jiménez estima que sería necesaria la intervención de las administraciones públicas “e incluso privados” para poder acometer una obra que se tendría que hacer en varias fases. Aunque no se ha hecho un proyecto al detalle, el deán de la Catedral señala que hace unos diez años se hablaba de un coste por encima de los 20 millones de euros: “Si las administraciones se pusieran de acuerdo seria posible hacerlo. La Catedral se pondría en valor porque este templo trasciende lo religioso y es muy importante también desde el punto de vista social y cultural”.
Otro de los proyectos que aparece en el horizonte a medio plazo en el cabildo catedralicio es la sustitución del suelo. Así, hay muchas losas que se encuentran en muy mal estado y rotas, por lo que se sustituirían por otras que también serían de mármol antiguo. Esto también se podría hacer por fases y para ello están en conversaciones con la Delegación de Cultura de la Junta para ir obteniendo los permisos.
En el exterior una de las intervenciones necesarias tendría que hacerse en la cúpula, en la que ya se intervino hace varias décadas, pero que ha perdido el color de brillo característico.
Ricardo Jiménez afirma que uno de los problemas que se están encontrando a la hora de acometer nuevos proyectos es que los ingresos han desaparecido desde que la Catedral tuvo que cerrarse a las visitas turísticas por motivo de la pandemia.
De hecho, en la actualidad el personal propio de la Catedral se encuentra haciendo labores de mantenimiento y de limpieza que se realizan con frecuencia. Asimismo, también llevan a cabo las limpiezas de las cubiertas y los bajantes.
Por su parte, Canteros Almenara realiza dos veces al año la limpieza de las redes y otras intervenciones de menos calado cuando van surgiendo, como por ejemplo si se aprecia alguna fisura en cualquier parte del templo.
De hecho, la caída de los cascotesque se produjo en la mañana de ayer va a provocar que se tengan que emplear recursos en este tema para restaurar los daños.
Asimismo, a lo largo de todo este tiempo se han ido realizando actuaciones en las cornisas exteriores y en la cúpula y hace unos años se llegó a intervenir en la cubierta.
También en el interior se está realizando restauraciones en diversas capillas, entre ellas la del Sagrado Corazón que se concluyó hace unos meses y que en gran parte vino a acabar con los desperfectos que en esa zona había causado el incendio que tuvo lugar el 6 de enero de 1832, cuando llevaban las obras muchos años paralizadas.
El padre Ricardo Jiménez asegura que otro de los objetivos que aparecen para el cabildo catedralicio está la rehabilitación de la capilla de la Asunción, la única que es obra del arquitecto Vicente Acero, el autor del diseño del primer templo de la diócesis.
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