La Catedral de Cádiz reabre este viernes a las visitas turísticas

Se seguirá un fuerte protocolo para el acceso y estancia del público

El templo ha permanecido cerrado casi cinco meses

Primera misa en la Catedral de Cádiz, oficiada por el Obispo.
Un agente de seguridad toma la temperatura en el acceso a la Catedral de Cádiz / Fito Carreto

Cinco meses después de cerrar sus puertas al turismo y a las visitas culturales, la Catedral de Cádiz reabrirá a diario a partir de este próximo viernes, 7 de agosto. El Cabildo Catedral ha decidido recuperar esta actividad del principal templo de la diócesis, que estará sometida a un fuerte protocolo de seguridad y de prevención ante la epidemia del Covid-19.

La Catedral abrirá de lunes a sábados en horario de diez de la mañana a cuatro y media de la tarde. Para ello, la empresa encargada de la gestión de las visitas (Artisplendore) ha elaborado una serie de medidas para garantizar la seguridad de las personas que accedan al templo en relación al coronavirus. A todas ellas, en primer lugar, se les medirá la temperatura antes de poder acceder al interior.

Una vez dentro, el visitante encontrará todo señalizado con las normas y orientaciones que deberá cumplir. Así, se va a eliminar la libertad de movimiento que hasta ahora había en el interior del templo, habilitándose un recorrido unidireccional que será el que tenga que hacer el visitante. Este recorrido sí incluye visita a la cripta, a la que se accederá por una de las escaleras para salir por la de la nave contraria (evitando así el cruce de personas en ningún espacio del recinto). El coro, uno de los atractivos de la visita, va a permanecer cerrado por ahora. Y los bancos quedarán inutilizados.

Otra de las medidas será la habilitación de códigos QR a través de los cuales los visitantes puedan seguir el recorrido habilitado recibiendo las informaciones y explicaciones arquitectónicas, artísticas e históricas a través de sus teléfonos móviles. Para aquellos que no puedan acceder a estos códigos sí se pondrán a disposición las audioguías, que la empresa pretende utilizar “lo menos posible” y que estarán sometidas a un fuerte protocolo de desinfección antes y después de cada uso “que se realizará delante del visitante que la solicite”, quedando también protegidas por plásticos.

La reapertura de la Catedral a las visitas incluye también a la Torre del Reloj, que igualmente volverá a ser accesible. En este caso, sólo podrán subir en grupos de un máximo de diez personas, no pudiendo acceder el siguiente grupo hasta que no se abandone por completo la torre.

Esta limitación de aforo será la única que haya que supervisar, a priori, ya que el aforo actual de la Catedral es de trescientas personas, “una cantidad que dudamos mucho que se alcance en la actualidad con las limitaciones turísticas que hay”, trasladan desde Artisplendore.

Por contra, el museo catedralicio de la Casa de Contaduría sí permanecerá cerrado a las visitas por el momento, según ha decidido el Cabildo a la espera de ver cómo evoluciona el turismo en la ciudad y el régimen de visitas que desde este viernes recuperará, cinco meses después, la Catedral de Cádiz.

Incertidumbre respecto al turismo

“Abrimos sin saber muy bien cómo va a responder el público”. Así de incierta se presenta la reapertura este viernes de la Catedral a las visitas turísticas. El edificio cerró sus puertas en marzo ante la amenaza de la epidemia del coronavirus y pese a que la Conferencia Episcopal Española estableció la Fase 3 de la desescalada como momento para reabrir los edificios religiosos al turismo (lo cual hubiera tenido lugar el pasado 8 de junio) no será hasta dos meses después cuando el Cabildo reabra. Y lo hace en medio de una gran incertidumbre por la parálisis turística en la que está inmersa la ciudad.

Los responsables de Artisplendore señalan al respecto que la mayoría de atractivos turísticos de la ciudad siguen cerrados a día de hoy. Desde museos a equipamientos o al autobús turístico, “que tenía previsto reactivar el funcionamiento a principios de agosto pero que todavía no lo ha hecho”. A esta situación de parálisis, de la que prácticamente solo se salva la Torre Tavira, que fue la primera en abrir, se le une el notable descenso del turismo en la ciudad, provocado en gran parte por la ausencia de cruceros en el puerto y por el freno al turismo internacional en este verano marcado por la epidemia. “No sabemos cómo se va a comportar el turismo nacional a la hora de acceder a la Catedral y pagar por ello”, reconocen las fuentes consultadas, que confían en que la situación del sector turístico, muy castigado por la pandemia y la crisis posterior, vaya desbloqueándose coincidiendo con la llegada de este mes de agosto.

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