La Catedral necesita 16 millones de euros para ejecutar el Plan Director
La última revisión del proyecto del arquitecto Juan José Jiménez Mata cifró esa cuantía El documento, vital para la conservación de la Seo, sigue a la espera de ser aprobado por la Junta
16 millones de euros. Esa es la inversión que necesita la Catedral para llevar a cabo todas las obras programadas en el Plan Director elaborado en su día por el arquitecto gaditano Juan José Jiménez Mata. Este documento vital para el futuro del primer templo de la diócesis, pues marca la línea de trabajo a seguir para la correcta rehabilitación, puesta en valor y mantenimiento del edificio, lleva redactado desde el año 2008, y hace tres años fue revisado por su mismo autor.
Es en esa revisión de 2011 donde se actualizan las obras y se realiza este presupuesto aproximado que eleva hasta los 16 millones de euros la inversión necesaria. Esto es posible porque el arquitecto adjunta en el Plan Director un plan de obras separado por fases y por un programa de actuaciones diseñado por él mismo.
La cuantía más importante de ese presupuesto total, explica Jiménez Mata, se obtiene básicamente extrapolando los costes de las actuaciones realizadas en su momento en la Capilla de las Reliquias o en la Sacristía Baja al resto del edificio. Lo que se hizo en estas dos dependencias catedralicias, sobre todo en cuanto al tratamiento de la piedra utilizando cales naturales, es el modelo que debe aplicarse al resto del edificio.
Esa sería la actuación básica que necesitaría la Catedral. Pero el Plan Director llega mucho más allá, ya que plantea numerosas mejoras dirigidas no solo a la conservación del templo sino a su puesta en valor como uno de los principales monumentos de la provincia.
Frente a estos proyectos de actuaciones y la programación realizada a medio plazo, desde que se finalizó el Plan Director hace ya seis años no se ha producido avance alguno por parte de la Junta de Andalucía ni del Gobierno central sobre ello. Jiménez Mata señala que el documento estaba únicamente pendiente de una reunión entre la Consejería de Cultura y el Cabildo para determinar cómo se iba a llevar a cabo la gestión y el uso del edificio. Pero al cabo de seis años esa reunión no se ha producido.
A este parón hay que sumar el anuncio que en su día realizó la Administración autonómica de que no se iba a seguir apoyando actuaciones encaminadas a la rehabilitación del patrimonio histórico o religioso. Por tanto, es de esperar que la situación no presente cambio alguno durante los próximos años, como mínimo hasta que se dé un giro por completo a la crisis económica actual.
Conviene recordar que entre las actuaciones más destacadas del Plan Director de Jiménez Mata se encontraría la de abrir el espacio entrebovedado que se esconde a lo largo de la girola. Esta es una de las grandes aspiraciones del arquitecto gaditano y del propio Cabildo catedralicio desde hace años. Y en este sentido, poco a poco se van dando pasos para permitir la apertura al público de esta zona, estudiando Jiménez Mata la posibilidad de instalar un ascensor en una de las actuales escaleras de acceso al entrebovedado (justo en el extremo opuesto a la Sacristía Baja, junto a la puerta que colinda con la antigua Casa del Obispo), debido al mal estado de conservación de esta escalera y a la existencia de otras tres, lo que permitiría instalar ese elevador.
También plantea el Plan Director la recuperación del dibujo original de todo el suelo y los tonos de los mármoles de la parte baja de columnas y paredes, la colocación de vidrieras de colores en lugar de los paneles actuales, o la rehabilitación integral de la escalinata exterior, entendiendo que no fue una construcción muy acertada.
De todo ello, a la espera de que regresen las grandes inversiones del Estado y de la Junta, solo podrá hacerse cargo por el momento el Cabildo Catedral, para lo cual cuenta únicamente con los fondos que proporcionan las visitas turísticas al edificio religioso, que vienen experimentando una tendencia al alza en los últimos tiempos, según los datos que manejan los propios canónigos.
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