El obispo Ceballos alerta sobre los "mal llamados" accidentes laborales

"La Iglesia no puede permanecer insensible a los grandes problemas humanos como el de la siniestralidad"

E. López / Cádiz

19 de noviembre 2008 - 01:00

El obispo diocesano Antonio Ceballos afirma que la salud laboral es sobre todo una cuestión de justicia, que los accidentes de trabajo son un problema de todos y que solidariamente se han de crear iniciativas por parte de las administraciones e instituciones públicas y privadas a fin de que el problema sea efectivamente erradicado, "porque ¡el trabajo es para la vida! ¡ni un muerto más!", lema de la campaña de sensibilización que con la siniestralidad laboral que llevan a cabo la HOAC, movimiento apostólicos obreros y los secretariados diocesano de Pastoral Obrera.

En su carta pastoral el prelado de Cádiz y Ceuta llama a las administraciones, a las empresas y sindicatos y a los mismos trabajadores para que se cumplan las leyes de prevención existentes y se pongan cada vez más medios para lograr las mejores condiciones laborales desde el propio contrato de trabajo hasta los aspecto de seguridad e higiene. Monseñor Ceballos dice que "la Iglesia no puede permanecer insensible a los grandes problemas humanos, como el de la siniestralidad laboral".

Asimismo alude al índice general de Accidentes de Trabajo y cita que entre enero y mayo en España se produjeron 640.138 accidentes laborales, de ellos 767 mortales; 110.234 ocurrieron en Andalucía, con 129 víctimas, y en la provincia de Cádiz concretamente 16.565, con 20 trabajadores muertos, así como otro en Ceuta.

El prelado pregunta al respecto porqué no se hace el mismo esfuerzo que se está llevando a cabo para erradicar los accidentes de circulación, "muchos de los cuales son en realidad accidentes de trabajo".

Igualmente señala que año tras año la media de accidentes de trabajo es la misma y que los "mal llamados" accidentes laborales se pueden evitara , para lo que considera necesario cumplir y hacer cumplir las leyes y generar un nivel de conciencia colectiva tal que resulte insoportable convivir cada día con ese drama, "que tanto sufrimiento está trayendo a los trabajadores y trabajadoras y a sus familias".

Caballos resalta que "la persona, imagen de Dios, debe ser la medida de todo ello; ella y su seguridad ha de ser lo primero, por encima de cualquier otra consideración, interés o benéfico.

Ante esa situación, el obispo Ceuta proclama que "la gloria de Dios es que las personas viva y que el trabajo es para la vida".

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