El Club Naútico Alcázar de Cádiz, en situación de bloqueo
La entidad se encuentra en una posición económica deficitaria y no puede asumir el coste de las obras del puerto deportivo, que, además, para poder continuar, necesitan que el Ayuntamiento construya la pasarela peatonal
Los socios no aceptan un incremento de la cuota para solucionar la situación económica y, ante estas circunstancias, la junta directiva ha decidido adelantar las elecciones
Cádiz/El Club Náutico Alcázar se encuentra en una situación económica deficitaria y con un ambiente social dividido que impide a la junta directiva poder tomar medidas para solucionar ese déficit, de forma que la entidad está actualmente estancada y con un futuro un tanto incierto.
El presidente del Club Alcázar, Alejandro Robles Cueto, y el tesorero de la entidad, José Macario Rodríguez, lamentan que la actual junta directiva no cuenta con las herramientas necesarias para revertir la situación y ha decidido adelantar las elecciones.
Alejandro Robles y José Macario Rodríguez cuentan que el punto de inflexión se produjo en el año 2018, cuando el Club Alcázar obtiene la concesión administrativa por 20 años para construir y explotar un puerto deportivo, algo que se ratificó en asamblea ordinaria por unanimidad.
El presidente de la entidad apunta que el proyecto del puerto deportivo venía de la anterior junta directiva. Y destaca que los nuevos estatutos del Club, que son del año 2017, recogen en el artículo 10: "La construcción de un puerto deportivo con diques de protección y pasarela de acceso a los puntos de atraque, así como la obtención de la concesión de la lámina de agua para la ubicación del mismo y estadía de las embarcaciones, con el fin de garantizar la seguridad y legalidad, es un objetivo prioritario para los intereses del Club. Para la consecución del mismo se destinarán los esfuerzos y medios disponibles".
Según explica Alejandro Robles, la concesión administrativa implica que el Club tiene que construir el puerto deportivo (el coste del proyecto es de dos millones de euros) y pagar el canon de la concesión, que son 43.000 euros al año.
Dado que es necesario que la zona de los pantalanes tengan calado y la zona próxima al Club es de poco calado, se presentaron dos alternativas: dragar o construir una pasarela peatonal de acceso. "Como no era viable dragar, porque el coste era inasumible para el Club, se optó por la pasarela", afirma el presidente. Esta pasarela tiene un presupuesto de 600.000 euros.
Así, el proyecto tiene varias fases de ejecución que incluyen inversiones comunes por parte de todos los socios (la construcción de la pasarela y de un dique de abrigo o rompeolas flotante) e inversiones individuales (cada socio asume el pago de su plaza de amarre).
A los socios se les presentó en asamblea distintas alternativas de financiación del puerto deportivo, y hubo problemas al plantear cómo afrontar las inversiones colectivas.
Robles comenta que teniendo en cuenta el coste de la pasarela, vieron que el presupuesto total del proyecto era inasumible para el Club; entonces, se le ofreció al equipo de Gobierno del Ayuntamiento la posibilidad de que la pasarela fuera de titularidad pública y aceptó. "En diciembre de 2019 se hizo un cambio de la titularidad de la pasarela a favor del Ayuntamiento de Cádiz, pero a día de hoy, a finales de 2021, ni ha salido la licitación de la obra. El proyecto está parado y mientras no se ejecute esa pasarela, el Club no puede continuar con el proyecto", expresa.
En cuanto al rompeolas, a finales de 2018, se aprobó en asamblea el presupuesto más económico de las seis empresas que se presentaron (era de 300.000 euros y el siguiente más económico tenía un coste de 700.000 euros). Pero ha habido unos problemas técnicos de diseño que han provocado que las uniones entre los rompeolas no soporten la fuerza del oleaje al que están expuestos, sobre todo los días de levante. Alejandro Robles indica que ya se han construido dos terceras partes de ese dique de abrigo pero al encontrarse con este problema, se paró la obra y no ha podido continuar "sobre todo porque a día de hoy, el Club no dispone de fondos para afrontarla".
Según el presidente de la entidad, "se ha llegado a la situación económica actual porque en los ejercicios 2019, 2020 y 2021 hay tres factores importantes que antes no existían". Uno es el pago del canon administrativo de 43.000 euros anuales, que empezaron a abonarse en 2018; otro es el incremento en un 30% del gasto en personal, ya que a la subida del salario mínimo interprofesional se ha sumado el inicio del pago de los pluses de antigüedad de los trabajadores, "que es una cantidad importante", según Alejandro Robles, ya que en 2020 todos los empleados del Club cumplieron un decenio de antigüedad. A todo esto se une que en diciembre de 2019, el Club firmó un préstamo, aprobado en asamblea, para poder afrontar las obras. "Este préstamos requiere una amortización anual de en torno a 28.000 euros", detalla el tesorero.
Así, "estos tres factores importantes han hecho que la situación económica del Club se haya mermado considerablemente y haya un déficit estructural. Eso quiere decir que no podemos hacer ningún tipo de inversión en el puerto deportivo, dado que los ingresos no cubren los gastos ordinarios de funcionamiento del Club", expresa el presidente.
División interna
Desde el año 2019, la junta directiva ha planteado en varias asambleas un aumento de la cuota o el establecimiento de una cuota extraordinaria "para cubrir el déficit que preveíamos que iba a ocurrir", afirma Alejandro Robles, añadiendo que no se ha podido aprobar porque "hay un pequeño grupo de socios que en los últimos años se ha dedicado a bloquear cualquier iniciativa y propuesta de la junta directiva y que ha encontrado en los problemas técnicos que han surgido con el rompeolas un motivo para desprestigiar a la junta directiva y bloquear el funcionamiento del Club". Lamenta, sobre todo, que este grupo "de tres o cuatro socios" ha creado un ambiente hostil, "una división interna en un momento en el que es necesario estar más unidos que nunca".
Para el presidente, "el camino fácil ha sido decir que todos los problemas son por la mala gestión de la junta directiva, sin ninguna prueba".
Asegura que en las asambleas de julio y septiembre de 2021, se presentó la situación económica de déficit, aportando un informe técnico de las cuentas del Club avalado por una economista, "y se planteó, para revertir el déficit, subir la cuota de los socios 9 euros al mes y una derrama extraordinaria de 125 euros para poder seguir con la obra del abrigo. Pero esto no fue aprobado por la mayoría de los asistentes. El sector minoritario de 3 ó 4 socios motivaron al resto para votar en contra. El argumento que dieron fue que era incierto que existía ese déficit estructural".
Posteriormente, realizaron otra asamblea extraordinaria presentando a los socios un plan de viabilidad para los próximos tres años que pudiera reconducir la situación deficitaria y así continuar con los proyectos del puerto deportivo. También se votó en contra.
Antes esta situación económica y la ruptura social que existe en el Club Alcázar, la junta directiva ha decidido adelantar las elecciones.
"Aquí hay un desgaste personal y una situación en la que no avanzamos y es inviable de gestionar. La junta directiva tiene una ilusión muy grande de terminar el puerto deportivo y tiene claro el camino para solucionar los problemas que existen en el Club, tanto los económicos como los técnicos del rompeolas, ya que la empresa constructora ha planteado una solución aprobada por el ingeniero de caminos director de obras del Club, pero es necesario que haya una estabilidad social que no hay y por eso hemos decidido adelantar las elecciones", manifiesta el presidente.
Alejandro Robles y José Macario Rodríguez recuerdan que en las dos últimas décadas, "todas las juntas directivas han salido expulsadas del Club por el mismo grupo que está ahora bloqueando el funcionamiento ordinario". Y con estos antecedentes, atisban un futuro incierto para la entidad: "Vemos poco probable la viabilidad futura del Club, el sostenimiento y su buen gobierno", concluyen.
Implicaciones en el barrio
La situación del Club Alcázar ha creado cierta inquietud en el bar que se encuentra en sus instalaciones. Su gerente, que apostó por este negocio en plena pandemia, cuenta que se hizo cargo del establecimiento considerando el futuro puerto deportivo y si éste no llega a construirse, también le afectará a él.
Por su parte, la presidenta de la asociación de vecinos Fuerte de San Lorenzo, Pilar García, lamenta las circunstancias actuales del Club Alcázar y espera que se solucionen pronto los problemas porque, en su opinión, la creación de un puerto deportivo en Puntales "engrandecería y daría mejor imagen a esa zona del barrio, que ahora mismo está muerta". Asimismo, piensa que podría ser un gran reclamo turístico.
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