El Club de Pesca Santibáñez concentra a más de 150 socios en sus actividades

En un entorno privilegiado, a escasos metros de las marismas pertenecientes al Parque Natural de la Bahía de Cádiz, se encuentra el Club de Pesca Santibáñez.

Este club, con solo tres años de vida y más de 150 socios, cuenta con unas 50 embarcaciones para la pesca deportiva.

Como sede tienen una parte de la que fue la antigua granja de Santibáñez, en la que las cabezas de ganado paraban antes de dirigirse al matadero de la ciudad cercana. De momento los pescadores tienen que hacer sus actividades en las instalaciones que tienen, rehabilitadas en parte por ellos mismos, aunque esperan que pronto tengan un lugar "un poco mejor". Y eso es lo que recoge el nuevo PGOU del Ayuntamiento de Cádiz, el cual quiere dotar a la zona de una infraestructura (miradores, senderos ciclables, accesos) que permita el uso para el ocio manteniendo el respeto a la flora y fauna de la zona.

Pero para Manuel Muñoz Correa, presidente del club, el lugar es algo secundario ya que para los propios pescadores la mar se convierte en su verdadero espacio de recreo. "Si podemos tener un lugar para guardar las embarcaciones, y hacer algunas de nuestras actividades mejor, pero por ahora estamos bien con lo que tenemos, lo nuestro es el mar".

Entre las actividades que desarrollan están tres salidas de pesca al año, de las cuales una es un concurso oficial, que este año se realizó en el día de ayer tras posponerse hace dos semanas por el fuerte viento de levante. Además este club realiza más actividades. El día del Carmen, coincidiendo con la salida de la Virgen a la mar por parte del club de La Casería, sus embarcaciones le ofrecen un cortejo y una ofrenda floral. Una vez concluida la salida regresan para celebrar el día del club rodeados de sardinas en un ambiente de lo más familiar.

Y es que la asociación tiene miembros de todas las edades entre los dieciocho y los setenta años, además añade Manuel, "tenemos desde parados a médicos" por lo que quién no pesca con ellos es porque no quiere.

Cuando se acaba el buen tiempo, el solecito, y "la calor" el agua se manifiesta más indomable, pero las ventajas de practicar este deporte en un espacio como es la bahía son muchas. Y para cuando el agua cae desde arriba siempre quedan actividades en el local. Son los propios pescadores quienes imparten los cursos "los veteranos enseñamos a los más jóvenes" comenta el presidente. Talleres de nudos, de maniobras en la mar o de seguridad en las embarcaciones son algunos de los que con frecuencia realizan.