Colectivos instan a Urbanismo a que controle excesos en las terrazas

Urbanismo | Cádiz

Vecinos de Cádiz-5 de abril, Facua, Agaden, la Asamblea Ciclista, Los Tres Arcos y La Zancada se hacen eco de quejas vecinales por ruidos y masiva ocupación del espacio público

Terrazas en la calle de La Palma, hace unos días. / Joaquín Hernández Kiki
J. M.

25 de agosto 2019 - 06:00

Cádiz/La Federación de Asociaciones de Vecinos 5 de Abril, Facua-Cádiz, Agaden-Ecologistas en Acción, la Asamblea Ciclista Bahía de Cádiz, la Asociación de Vecinos Los Tres Arcos y la Asociación de Peatones La Zancada han elaborado un escrito, al que ha tenido acceso este periódico, en el que instan al concejal de Urbanismo, Martín Vila, a controlar los excesos que se cometen en algunas terrazas de bares y restaurantes en el casco histórico.

Los seis colectivos se hacen eco de numerosas quejas vecinales por ruidos a altas horas de la madrugada y de la ocupación masiva de espacios públicos, a unos niveles muy superiores a los permitidos por la nueva ordenanza ya vigente pero inaplicada hasta ahora.

En el escrito, que tienen previsto entregar mañana mismo, dicen querer “llamar la atención de esta concejalía y sobre todo trasladar las protestas de numerosos vecinos del casco histórico que han llegado a nuestros colectivos en estas últimas semanas, referentes a la ocupación masiva de la vía pública hasta altas horas de la madrugada por parte de usuarios de los numerosos establecimientos de hostelería, que además ocupan con sus terrazas zonas cada vez más amplias de nuestras calles y plazas. Las molestias a las que nos referimos se concretan especialmente en altos niveles de ruido”.

“No es un problema nuevo. Cádiz es una ciudad que, progresivamente, sin prisa, pero sin pausa, se ha ido terciarizando a lo largo de las últimas décadas”, argumentan. “No cabe duda de que en un contexto de crisis y desmantelamiento industrial, el sector turístico y hostelero se presenta como uno de los pocos elementos de desarrollo de la economía local”, reconocen.

“Sin embargo, el problema se plantea cuando se trata de armonizar los intereses y sobre todos los derechos de la ciudadanía residente y los usuarios de los establecimientos turísticos y hosteleros –aseguran– El derecho al descanso, a la salud y a un medio ambiente saludable, priman sobre el beneficio económico y hace ineludible solucionar cuanto antes este problema”.

“A este respecto, –recuerdan– la normativa municipal que regula los horarios y actividades de los establecimientos es frecuentemente incumplida, muy especialmente en los períodos vacacionales y en las numerosas festividades que se pueden encontrar a lo largo de nuestro calendario. Ante las denuncias y quejas de vecinos y asociaciones, en los casos más recurrentes las autoridades municipales proceden a sancionar e imponer una multa, como medida más frecuente para paliar el problema. Pero el problema persiste. De hecho, numerosos colectivos vienen llamando la atención del Consistorio en estos últimos años y han planteado gran cantidad de propuestas y medidas concretas, para resolver el problema”.

Proliferación y ocupación masiva de terrazas

“Relacionado directamente con el exceso de ruido y contaminación acústica, nos encontramos con la proliferación desordenada de terrazas y la ocupación masiva de los espacios públicos de nuestras calles y plazas”, añaden.

“También en este caso, existe una ordenanza municipal que regula la ocupación de estos espacios. Lamentablemente, esta normativa tampoco se está cumpliendo hasta la fecha, y a la vista de todos se presentan terrazas que exceden con mucho lo permitido a cada establecimiento, llegándose a ocupar porcentajes de superficie muy superiores a los permitidos por la ordenanza (un tercio del espacio como máximo en plazas), que llegan a suponer la ocupación, y consiguiente privatización, de gran parte de nuestras calles y plazas. Asistimos a la transición de espacios públicos y peatonales a espacios dedicados casi en exclusiva al uso hostelero o restaurador”.

Turistificación y apartamentos turísticos

Por último alertan sobre la turistificación: “La proliferación de pisos turísticos, especialmente en el casco histórico, es un elemento que incide fuertemente en la actividad hostelera y supone una mayor presencia de usuarios en nuestro espacio urbano. Por otra parte, el comportamiento y la convivencia de algunos usuarios de las viviendas turísticas no siempre se atienen a las normas de respeto y convivencia más elementales con los vecinos residentes”.

“Se agrava la situación por el hecho de que numerosos pisos turísticos realizan su actividad en la más absoluta ilegalidad, operando en una situación de competencia desleal sobre aquellos que sí están registrados como pisos con actividad turística y asumen por ello una fiscalización”, añaden.

“Así, contribuyen al agravamiento de la turistificación como problema, pero en cambio no contribuyen al desarrollo de medidas que, desde las administraciones públicas, pudieran paliar de alguna manera la escasez progresiva de vivienda y el encarecimiento de los alquileres, que ellos mismos originan”, concluyen..

“Corresponde al Ayuntamiento zonificar y limitar las licencias y sancionar si no se cumple la ley”

En su escrito, los seis colectivos vecinales y sociales urgen al Consistorio a “una decidida y firme actuación por parte del que regule, arbitre y administre los espacios públicos de la ciudad, y sobre todo que haga cumplir la ley”.

“Si existe una normativa en cuanto al ruido y otra respecto a la regulación de las terrazas, que además fueron fruto del trabajo colectivo y del consenso del pleno municipal, lo sensato es aplicar ambas con los medios de que se disponga y sobre todo con constancia y regularidad. Ambos problemas no pueden abordarse tan solo bajo la presión puntual y esporádica de las denuncias y las quejas de ciudadanos. Deberían ser fruto de una política permanente, constante y diaria”.

A este respecto, insisten en un paquete de medidas “que ya enviamos a esta misma concejalía en octubre de 2018: Con respecto a las viviendas de actividad turística, somos conscientes de que una parte importante de las competencias se encuentran en manos de la Administración autonómica. No obstante, entendemos que al Ayuntamiento corresponde también la labor de establecer un sistema que zonifique, limite y regule la actividad, la concesión de licencias, permisos y sobre todo las sanciones a quienes no cumplan, en coordinación con la Consejería”.

“También sería importante evitar que la ciudadanía inicie un movimiento de hostilidad a la actividad turística, ya iniciado en otras ciudades. Los movimientos de oposición activa y visceral al turismo fracturan socialmente a la ciudadanía entre quienes por motivos laborales o empresariales dependen de la actividad y aquellos otros que sufren sus consecuencias”.

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