Comienza el plan de reordenación del 'centro económico de Cádiz'

EL DESARROLLO DE LA CIUDAD LA NUEVA APUESTA ECONÓMICA

Ayuntamiento y Zona Franca ponen en marcha la oficina que se encarga de la gestión del antiguo polígono exterior · La primera actuación: un edificio con dos plantas para locales y una torre para oficinas y hotel

Imagen de una de las calles del recinto exterior de la Zona Franca.
José Antonio Hidalgo/Cádiz

15 de mayo 2011 - 01:00

El Ayuntamiento de Cádiz y el Consorcio de la Zona Franca han puesto en marcha la nueva oficina que se va a encargar de gestionar una de las operaciones más singulares que se van a desarrollar durante los próximos años en la ciudad y de cuya acertada ejecución dependerá buena parte del crecimiento económico de la capital: la definitiva reordenación del antiguo polígono exterior de la Zona Franca, cuya transformación radical ya diseñada creará en sus 440.000 metros cuadrados de superficie un moderno parque económico complementado con equipamientos ciudadanos, zonas verdes, viviendas, comercios y nuevas vías de comunicación. Un plan de más que complicada ejecución para el que el nuevo Plan de Ordenación se da un plazo de ejecución de ocho años.

La oficina, que se ubica en el edificio Melkart, dentro del recinto interior de la ZF, está dirigida por Ernesto Martínez, exdirector del Área de Urbanismo del Ayuntamiento. Se calcula que casi el 45% del suelo industrial está vacío o infrautilizado hasta el punto que hay 325.000 metros cuadrados de suelo en uso cuando según el PGOU actualmente en vigor se podría haber alcanzado 701.000 metros cuadrados, lo que saca a la luz el escaso aprovechamiento que durante años se han dado a estos terrenos.

Al equipo de la nueva oficina se le presenta por delante un duro trabajo. Por lo pronto, se está trabajando ya en la elaboración de un detallado estudio sobre todo el polígono: número de locales abiertos o cerrados, propietarios de los mismos y la situación actual, número de empleados, situación laboral en la que se encuentran y perspectivas económicas de los mismos; a la vez se va a informar a la totalidad de los empresarios radicados en la zona del proyecto que se pretende realizar y los más que numerosos beneficios que pueden conseguir con esta operación.

Se quiere conocer también cuáles son las expectativas de estos empresarios, si quieren permanecer en la zona o marcharse o si pretenden crecer en espacio. La idea es que dentro de la reordenación de este terreno se les ofrezca suelo y espacio "a la carta". La oficina también se encargará de buscar empresarios dispuestos a ubicarse en la ciudad.

De esta forma, el Plan se sustenta sobre una serie de ordenanzas que permitirán adaptar el diseño definitivo atendiendo a las necesidades del conjunto, aunque manteniendo una serie de premisas.

El objetivo es crear un gran equipamiento de desarrollo económico "moderno". Para ello se rechaza de plano viejos diseños de polígonos industriales. Por contra, se contará con calles anchas abiertas al paseo. Entre las calles Gibraltar y Algeciras se tendrá un uso de carácter industrial-escaparate, con oficinas en las plantas superiores y con pequeñas plazas y zonas verdes en sus accesos, todo ello complementado con solares destinados a hoteles o equipamientos, que se fijarán según las mismas necesidades que tengan los propios empresarios (por ejemplo, la necesidad de levantar una guardería infantil).

Entre Algeciras y el recinto interior se ubicarán preferiblemente industrias como talleres, mientras que los terrenos más cercanos a Cortadura quedarán unidos al resto mediante dos grandes rotondas, evitando la ruptura que provoca hoy la carretera del puente Carranza, similar a la que en su día supuso la vía del tren.

Se asume que esta operación será complicada por cuanto se actúa sobre decenas de propietarios. El propio Ernesto Martínez lo compara con la rehabilitación del casco antiguo, donde hay fincas con varios dueños a los que se han tenido que localizar y poner de acuerdo. La propia actuación en el futuro centro de negocios necesitará de naves de realojos que la Zona Franca está ya preparando junto a las antiguas instalaciones de la Compañía Sevillana.

La intención del Ayuntamiento y la Zona Franca es actuar primero en la gran parcela formada por el centro comercial Supersol y varias naves que lo rodean. Los propietarios son las dos administraciones públicas y varios titulares privados que están dispuestos a participar en la operación. El proyecto, que se quiere convertir en un ejemplo de cómo se puede actuar en toda esta operación, supone levantar un edificio 'emblemático' para usos terciarios dedicando la planta baja y la primera para la ubicación de locales comerciales, completándose con una torre, que podría alcanzar una altura máxima de veinte plantas, para uso hotelero y de oficinas.

Otra gran parcela sobre la que se está trabajando es la de Navalip, junto a la glorieta de la Zona Franca, que se convertirá en la 'puerta' de entrada a esta nueva área de desarrollo económico. En la antigua fábrica naval, el Ayuntamiento va a construir el Palacio Metropolitano de Espectáculos. El Consorcio está negociando la adquisición de este suelo.

El resto de las operaciones se irán desarrollando a lo largo de los próximos ocho años. Ese es el plazo que se marca el nuevo Plan de Ordenación Urbana, pendiente de aprobación por la Junta. Se presupone un plazo muy ajustado habida cuenta de lo complicado de la operación. En todo caso, destaca la alcaldesa, Teófila Martínez, que la puesta en marcha de este proyecto deberá de ir parejo con la recuperación económica. "En ese momento la ciudad estará preparada para atender las demandas de ubicación de los empresarios, con lo que es despegue económico será más fácil".

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