La Cónsula de Málaga lleva otro ritmo

Cada consorcio funciona como un mundo aparte aunque los cierres y los impagos son generalizados

J. G. Cádiz

01 de febrero 2016 - 01:00

La ciudadanía malagueña se hecha hoy a la calle para reivindicar la vuelta a la normalidad en los centros formativos de hostelería de La Cónsula y La Fonda. Se trata de dos consorcios similares a la Escuela de Hostelería de Cádiz, aunque cada uno ha funcionado de un modo autónomo. De hecho, el curso académico 2015/2016 comenzó en La Cónsula, no exento de problemas, a diferencia del centro gaditano, que lleva sin actividad docente desde que finalizara el 2013/2014.

Los fogones malagueños se apagaron el pasado diciembre y las aulas se han cerrado a la vuelta de las últimas vacaciones de Navidad debido al proceso de integración del consorcio en el SAE. De ahí que las movilizaciones se hayan recrudecido en estas últimas fechas en la Costa del Sol.

Los consorcios escuela que se crearon en 1997 dependían en un 80% de la Junta de Andalucía, mientras que un 20% pertenecía a los diferentes ayuntamientos de las ciudades que albergaban estos centros. En cada localidad se crean estudios específicos de la actividad tradicional del lugar para el reciclaje de trabajadores que provienen de reconversiones industriales. Cádiz y Málaga abren entonces sus estudios en Hostelería, alcanzando durante este tiempo altos niveles de excelencia y reconocimientos como referente nacional.

Es a partir de 2013 cuando comienzan los problemas administrativos en todos los consorcios con un cambio en el modelo de gestión. Los estudios pasan de depender de Empleo a Educación, se pone en entredicho los modelos de subvención provenientes de Europa, comienza un proceso de disolución de los consorcios para integrarlos en las agencias instrumentales y, finalmente las competencias vuelven a trasladarse de Consejería recuperándolas Empleo. Este embrollo administrativo se alarga desde la primavera de 2013 a la actualidad. Los impagos, movilizaciones y parones formativos son continuos y con altibajos, pero en cada consorcio llevan un ritmo diferente.

La Escuela de Hostelería de Cádiz tiene unas ocho nóminas pendientes, mientras que el centro almeriense vinculado a la industria del mármol tiene más de veinte mensualidades impagadas. La cocina de La Cónsula ha estado funcionando hasta hace un mes, cuando en Cádiz va camino de dos años sin servicio -no hay suministro de gas desde junio-. La diferencia de trato de la administración regional con cada centro, la heterogeneidad de la formación que se imparte y la inclusión de diversas entidades en cada consorcio y en cada consejo rector (los ayuntamientos de cada localidad y otros entes como Horeca, en el caso de Cádiz) han dificultado que fueran de la mano en sus reivindicaciones.

En el caso de Málaga, donde se encuentra ubicada La Cónsula, el Ayuntamiento aportó el 20% del presupuesto, de modo que se ha paliado en parte los impagos de la Junta. La falta de liquidez provocó el cierre del restaurante y la huelga de los profesores que llevan meses sin cobrar, pero dando clases. El cerrojazo al curso viene provocado por la integración en el SAE, con la cesión global de activos y pasivos y la liquidación del consorcio, que se ha visto dificultada por continuar la actividad. Este paso se dio en la Escuela de Hostelería gaditana el pasado noviembre, que sin embargo no puede retomar las clases porque no tiene alumnos ni presupuesto para hacerlo, lo que sí fue autorizado por la Junta a comienzo del curso en el caso malagueño, el único en Andalucía.

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