“Bienvenidos a los clientes gaditanos”

La historia de El Corte Inglés en Cádiz

El Corte Inglés tardó años en encontrar un espacio adecuado para abrir su tienda en Cádiz, cuyos vecinos iban el día de la Patrona a comprar en Sevilla

Teófila Martínez e Isidoro Álvarez el día de la inauguración de El Corte Inglés en Cádiz
Teófila Martínez e Isidoro Álvarez el día de la inauguración de El Corte Inglés en Cádiz / Julio González

Cádiz/Era tradición en el centro de El Corte Inglés de la plaza del Duque de Sevilla que, en la festividad de la Virgen del Rosario, se saludase a la clientela procedente de Cádiz que a modo de excursión aprovechaba el día de la Patrona para hacer sus compras en el centro comercial de referencia en España.

Cuenta Carlos Díaz que siendo alcalde de Cádiz mantuvo una reunión con altos cargos de El Corte Inglés. Estaban interesados, desde hacía años, en abrir una tienda en la capital de la provincia. Recuerda Díaz que le pusieron sobre la mesa una serie de informes económicos sobre la ciudad "que no teníamos ni en el Ayuntamiento". El problema es que El Corte Inglés buscaba un espacio de referencia en la trama urbana, algo nada sencillo de conseguir en esta ciudad.

En su momento se barajó el solar ocupado por un chalé en plena Avenida, frente a San Felipe Neri, y estuvo a punto de cerrarse un acuerdo para transformar la antigua fábrica de tabacos.

Nada de ello salió adelante. Mientras, en Jerez de la Frontera se había abierto una de las primeras tiendas de la marca Hipercor, complementada por Tiendas Corty, una especie de El Corte Inglés, pero en pequeño.

A la vez, la empresa sevillana Proinsur Proinsurpropuso la construcción a la entrada de la ciudad, en el suelo de la antigua cárcel provincial, de un complejo comercial donde se ubicaría Alcampo. Cuentan que entonces hubo más de una presión para evitar la llegada de esta marca, a fin de no saturar un mercado, el de las grandes superficies, que ya entonces, hablamos de la última década del pasado siglo, empezaban a tener una fuerza relevante poniendo en crisis al comercio tradicional.

Ante las dificultades a la hora de ubicarse en Cádiz, El Corte Inglés cierra en 1995 la compra de Galerías Preciados, su histórico competidor en el conjunto del país. La marca creada por Pepín Fernández ya tenía una tienda en la capital de la provincia desde 1954, que amplió a un edificio emblemático en plena calle Ancha en 1966. El local, en todo caso, era escaso en superficie por lo que fue uno de los primeros en cerrarse cuando Galerías Preciados quebró.

Sin embargo, El Corte Inglés sí mantuvo la tienda que su competidor tenía en el recién creado complejo de Bahía Sur que, aunque ubicado en San Fernando, sus primitivos promotores intentaron abrir en un principio en Cortadura, a la salida de la capital.

Con un pie ya en la Bahía, y con la tienda de Jerez funcionando muy bien, la dirección de los grandes almacenes continuó con la búsqueda de suelo en Cádiz.

Y se encontró en los terrenos ociosos de Astilleros, que iban a ser urbanizados por el Ayuntamiento. En su diseño se reservó un terreno, muy amplio, ubicado a pie de la futura llegada del segundo puente sobre la Bahía.

El Corte Inglés abrió, por fin, su centro en Cádiz en 2001. Entonces era uno de los mayores de Andalucía, apenas superado por el de Marbella. Estamos, aún, en tiempos de expansión económica que el grupo español aprovechó para extenderse por todo el país (comprendo incluso algunas de las tiendas de la cadena británica Mark & Spencer), en un proceso que, con la crisis, tocó de lleno a sus cuentas.

La cadena mantuvo su tienda de Jerez, abrió otro centro comercial, de menor tamaño, en Algeciras, extendió su marca Supercor, ubicó Sfera en los centros urbanos y puso en marcha Bricor, hoy integrada en el edificio del barrio de Astilleros, donde también funciona Hipercor.

El centro comercial de Cádiz fue uno de los primeros de la cadena en todo el país en reservar espacio para el ocio, con la apertura de un multicines y la creación de una peculiar plaza, con vistas espectaculares al puente de la Constitución de 1812, con una amplia oferta gastronómica.

El cierre de la tienda en San Fernando implica para Cádiz un refuerzo de su actual plantilla, cifrada en unas 800 personas, a la vez que se incrementarán las marcas de moda y de otras secciones que hasta hoy se podían adquirir en Bahía Sur pero no en el Centro Bahía de Cádiz.

El aumento del personal, aún no cuantificado, mejorará la atención al público, marca de esta cadena.

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