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Covid en Cádiz: “Sabemos que las vacunas tienen efectos secundarios de los que nadie habla aún”

Un gaditano confiesa las razones que le han llevado a no vacunarse y a optar por otros medios que piensa que sí curan el coronavirus

“Veo aún mucho miedo y muchas dudas”

Una persona presta su brazo para que le pongan su dosis de vacuna contra el Covid. / Lourdes De Vicente

S.L.C optó por no vacunarse. Prefiere no dar su identidad “no porque me dé vergüenza sino porque trabajo de cara al público y no querría que nada de esto me perjudicara ni a mí ni a mi familia”, pero admite estar muy convencido de la decisión que tomó en su momento. Y no desde que el Covid entró en nuestras vidas sino desde antes.

Tiene hijos, y ninguno de ellos está vacunado, “pero les doy plena libertad para que hagan lo que crean conveniente”. S.L.C. no es partidario de llamar ni a la insumisión ni a ningún tipo de revolución. Pertenece a un colectivo denominado Soberanía y Salud y coordina un grupo de whatsapp de unos 257 gaditanos y ahora quieren adentrarse en el mundo de Telegram: “Ahí organizamos reuniones, hablamos de todo lo que está ocurriendo. Tenemos muchas dudas y compartimos pensamientos e ideas de lo que va ocurriendo cada día”.

Habla de dudas y fundamenta su decisión en que las vacunas contra el Covid que ahora se está inoculando “no han pasado las fases de ensayo necesarias”. No tiene formación ni en farmacia ni en nada parecido sino que admite que la información que maneja procede de internet y de fuentes muy diversas de especialistas, doctores, expertos, que, a nivel mundial, mantienen tesis muy distintas a la corriente oficialista.

La teoría del grafeno mantiene que las vacunas está provocando infartos

S.L.C. afirma que ”las vacunas contra el Covid no están en la fase cuatro que es en la que deberían estar. Se han aprobado y validado a modo de urgencia y sabemos que puede tener algunos efectos secundarios de los que nadie habla aún”. Aclara que esa fase cuatro es cuando ya se ha aplicado a un amplio sector de la población y se ha mantenido una vigilancia sobre su recorrido a lo largo de varios años. “Aquí ha primado la urgencia por encima de esta última fase que es la que se han saltado”.

Por la información que S.L.C. dice poseer, deberían haber dejado pasar entre siete y diez años antes de aplicar cualquier tipo de vacuna contra el Covid, aunque afirma que también entiende que aquí la inversión de capital ha sido muy superior a la de otros casos de vacunas por lo que los plazos se acortan y el proceso ha sido bastante más rápido, pero ahora toca ver qué consecuencias tendrá”.

Critica también que hay una falta de información que tanto a él como al resto de las personas del colectivo de Soberanía y Salud les ha llevado a la confusión y consecuentemente a no vacunarse.

Comenta que se muestra muy reacio a admitir en su grupo a personas que mantienen teorías conspiratorias como las que arguyen otros grupos basadas en que con la vacuna va incluido un chip para controlar a la población. “Todo eso nos hace daño y tratamos de evitar a todos los que quieren acercase a nosotros con teorías como esas. Lo mismo que desconfío de la vacuna por no tener pruebas suficientes, tampoco confío en esas tesis porque igualmente carecen de pruebas”.

Defiende un producto denominado MMS, “que no es lejía” y que cura el coronavirus

El propio S.L.C. relata a este periódico que una de la últimas teorías que le han llegado ha sido la de la presencia de grafeno en las vacunas contra el Covid. Esta sustancia, según una tendencia negacionista, está presente en las vacunas contra el coronavirus y es responsable de coágulos de sangre, trombosis cerebrales y de que se peguen las cucharas en los brazos recién vacunados. Pero va más allá... El teórico de esta tesis fue Andreas Noack que, al parecer, fue asesinado durante una sesión de YouTube en la que divulgaba la presencia de grafeno en las vacunas contra el coronavirus.

Noack afirmaba que “el óxido de grafeno forma estructuras en el torrente sanguíneo que actúan como pequeñas hojas de afeitar que pueden cortar los vasos sanguíneos. No se descomponen”.

S.L.C. ni afirma ni apoya esta tesis pues considera que tampoco tiene información ni pruebas suficientes. “Estas teorías lo que hacen es confundir más a todos”.

S.L.C. dice que él puede haber pasado ya el Covid y, en estos momentos, ser inmune a la enfermedad, de manera que considera que no tiene por qué ponerse una vacuna para luchar contra algo “a lo que ya probablemente soy inmune”. Por eso defiende que la vacunación no tienen por qué ser masiva. “De todas formas, me gustaría que fuera un médico el que me recomendara la vacuna y no el Gobierno directamente. Un médico que viera mis síntomas, me lo explicara todo, con los pros y los contras...”.

Para rizar el rizo, este gaditano de 49 años de edad, se mantiene convencido de que hay otras formas de curar el Covid que no se están dando a conocer.

Concentración para reclamar la liberalización de las patentes de las vacunas contra la covid -19 / D.C.

“¿Entonces cree que hay otra manera de curar el coronavirus”?, le pregunta Diario de Cádiz. “Claro que sí”, declara convencido. Hace referencia a un producto llamado MMS que, según él, es uno de los más recomendados. “No es un fármaco sino un potabilizador de agua que es de venta legal en España y lo puede comprar cualquier persona a través de internet”. Su tesis la apoya en que ya hay muchos testimonios que dan prueba de la fiabilidad de este producto que se están censurando.

Tanto él como los seguidores de este sistema MMS este agua potabilizada mejora la salud e incluso cura no sólo el Covid sino “otras muchas patologías que tengas”.

Él confiesa que ya ha probado este producto. Explica “que no es lejía. Es parecido pero no es lejía. Y lo que hace es oxigenar las células del cuerpo y hace que combatan mejor a los virus. Oxigenan mejor y el cuerpo mantiene una lucha mucho más eficiente contra los virus”.

Se le preguntó si este producto tiene algo que ver con el que el presidente Trump invitaba a tomar a la población estadounidense, pero admitió que “no tiene nada que ver. Es un producto en el que se mezclan dos gotas con agua. Uno es el producto en sí y lo otro es el reactivo. Se mezclan, se esperan unos segundos y te lo bebes”.

No es partidario de las teorías de la conspiración pero, a la vez, se muestra convencido de que las autoridades sanitarias conocen las bondades de este producto pero que prefieren que no se extienda su uso.

S.L.C admite que ahora se encuentra en una fase de observación y prefiere esperar a ver qué tipo de efectos tiene estas vacunas sobre las personas que se la están poniendo y luego verá si se la pone.

El entrevistado tiene claro que el sistema MMS “podría ser uno de los avances más grandes de los últimos cien años. De hecho me consta que se están haciendo pruebas clínicas a nivel privado. Hace falta una financiación alta, dicen que de unos 15 millones de euros. Sé que poquito a poquito se irá dando a conocer. No sé si la OMS lo aceptará, pero seguro que, al final, se creará un sistema similar y aceptado de manera oficial”.

S.L.C. quiere aprovechar la entrevista para lanzar un mensaje: “La gente debe perder un poco el miedo. Hay que respetar las medidas sociales recomendadas. Y cada uno que haga lo que piense que le pueda proteger mejor. La vacuna, la mascarilla lo o lo que sea... Veo miedo, dudas, temores. Veo gente muy nerviosa y dicen, incluso, que están aumentando los suicidios, algo que me preocupa. Sé que toda estar historia tendrá un final feliz”.

S.L.C. ha pedido a este periódico que si algún lector desea obtener más información sobre sus teorías y sobre el grupo que él coordina, se pongan en contacto con él a través del correo electrónico conscientescadiz@protonmail.com

¿Antivacunas, negacionistas...?

La cuestión semántica es un punto caliente a la hora de mantener una conversación con personas que, como S.L.C., se prestan a una entrevista con los medios. Advierte que no les gusta que les llamen negacionistas o antivacunas. “¿Es tan importante esta cuestión semántica?”. “Muchos usan el lenguaje para manipular, para manejar las creencias de la población en general. No soy antivacunas. Lo que quiero es esperar a ver la reacción que tiene en el resto de personas. Si hay personas que se prestan a vacunarse por la razón que sea, yo opino que tengo que esperar. Habrá gente antivacunas, pero yo no lo soy”. Y en cuanto al término negacionista, S.L.C. afirma que “estos términos los usan para segmentar a las personas o a los grupos o a la población en general. Creo que no ayudan en nada sino que lo que hacen, al final, es enfrentarnos a los unos contra los otros. Nos quieren dividir entre buenos y malos, entre partidarios de las vacunas y los antivacunas. Creo que todos esos términos se usan de manera maliciosa”.

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