“Al principio, no sabíamos cómo afectaría el Covid a los trasplantes”

Entrevista con Mikel Celaya, coordinador de trasplantes del hospital Puerta del Mar de Cádiz

“Este año, por fortuna, hemos aprendido a convivir con el coronavirus

Celaya destaca que cada vez es mayor el uso del registro de voluntades anticipadas donde el paciente deja patente su intención de donar sus órganos en caso de fallecimiento

De izquierda a derecha, Lourdes Benítez, enfermera coordinadora, Antonio Gordillo, coordinador sectorial de la provincia, y Mikel Celaya, coordiinador de trasplantes del Puerta del Mar de Cádiz
De izquierda a derecha, Lourdes Benítez, enfermera coordinadora, Antonio Gordillo, coordinador sectorial de la provincia, y Mikel Celaya, coordiinador de trasplantes del Puerta del Mar de Cádiz / D.C.

–No habrá sido fácil conseguir las altas cifras de trasplantes renales registradas en 2021 con el Covid como compañero de viaje. ¿No?

-Al comienzo de la pandemia, el número de trasplantes sí se vio afectado. Nos enfrentábamos a una enfermedad desconocida. No sabíamos a qué atenernos y cómo podía afectar a los trasplantados con inmunosupresión. El colapso de las UCI fue muy intenso y los donantes salen de la UCI y los trasplantados van a la UCI. Y si allí no había camas todo era más difícil. Este año, por fortuna, hemos aprendido a convivir con el virus y a convivir con este aumento de la ocupación y, bueno, hemos conseguido ir recuperando de manera progresiva las cifras que manejábamos antes.

-¿Y es fácil esa convivencia?

-El hospital está sectorizado. Los pacientes con coronavirus ingresan en una zona, los que necesitan una hospitalización convencional están en plantas aisladas Y ahora sí se ha normalizado la actividad y contamos con más o menos recursos dependiendo un poco de las olas.

-¿La variante Omicron lo ha puesto más fácil?

-La irrupción del Omicron ha supuesto una tasa de contagio muy importante a nivel poblacional. Es más que evidente. En lo referido a ingresos hospitalarios, en comparación con enero del año pasado, la situación es mucho mejor, al menos de momento. El año pasado en estas fechas teníamos el cien por cien de ocupación en las UCI con pacientes con coronavirus. La situación ahora es totalmente diferente.

-¿Aprovechamos la entrevista para reivindicar más infraestructuras para su servicio?

-Mire, para el buen funcionamiento de los trasplantes es crucial el tema de los recursos humanos. El material humano que tenemos es excelente. Somos un equipo multidisciplinar donde trabajan médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, técnicos de laboratorio, etcétera. Hacen todos un trabajo excelente a pesar de que, durante la pandemia, han tenido que dar el 150%. Y gracias a ellos y a la generosidad de los donantes hemos logrado mantener las cifras.

-¿Gracias a donantes y familiares? Será básicamente a los familiares. ¿No? Porque la mayoría de donaciones serán entre donante cadáver y donante vivo...

-No crea. Tenemos un alto porcentaje de trasplantes procedentes de donante vivo aunque la mayoría procede de donante cadáver. Hay cada vez más pacientes que hacen uso del registro de voluntades anticipadas donde dejan claro que quieren ser donantes y esa voluntad se respeta. Pero todavía, en la mayoría de los casos, son los familiares los que deciden dar voz a la voluntad de fallecido.

-¿Cada vez se tienda más al uso del registro?

-Sí. Es así. O bien acuden al registro de voluntades o bien se lo comunican a sus seres queridos y lo normal es que ellos respeten su voluntad.

-¿Y los familiares suelen ser receptivos cuando el fallecido no ha dejado dicho nada al respecto?

-Hay un poco de todo. Cada vez son más los familiares que lo proponen directamente. Cuando un paciente ingresa en la UCI con un daño cerebral, que es el grupo patológico del que más donantes salen, y se informa a los familiares sobre las posibilidades de supervivencia, su evolución y si puede desencadenarse una muerte cerebral, son ellos mismos los que preguntan si en el caso de que fallezca podría ser donante. No olvidemos que ser donante de órganos es un derecho recogido en el BOE, y nunca una obligación para nadie.

-¿Y el porcentaje de aceptación es alto?

-Altísimo. Aumentando año tras año. Estamos en torno a un 85% de aceptación.

-¿Son las creencias religiosas un obstáculo en ocasiones?

-Todas las religiones defienden la donación de órganos. No hay ninguna que tenga contraindicada la donación de órganos.

-¿El paciente fallecido por coronavirus puede ser donante?

-Un paciente que ha tenido coronavirus puede ser perfectamente donante de órganos. El requisito ahora mismo es que no sea infeccioso. También depende mucho de la causa que lo haya llevado al fallecimiento. Si se trata de un fallo multiorgánico en el contexto del coronavirus, pues evidentemente no puede serlo. Tiene que cumplir unos requisitos de seguridad porque lo más importante siempre en un trasplante es siempre la seguridad del receptor.

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