Cultura impide el derribo de la Aduana en la plaza de Sevilla
Nuevo revés al desarrollo del plan urbanístico · Los técnicos contratados por la Junta consideran que el edificio, de apenas medio siglo, tiene un valor histórico y arquitectónico que hay que preservar
La Junta de Andalucía asestó ayer un golpe casi mortal al actual Plan Plaza de Sevilla, una operación urbanística en el corazón de la capital y considerada como esencial para afianzar su desarrollo económico, comercial y administrativo coincidiendo con la apertura del segundo puente sobre la Bahía.
La operación en la plaza de Sevilla ya estaba herida. Herida tras cuatro años de parón en las obras, con dos edificios, el vestíbulo y la rehabilitada marquesina ferroviara de 1905 ya concluidos pero sin abrir a pesar de la millonaria inversión realizada en ellos; y herida también por las propias dificultades que Adif, la empresa pública estatal encargada de gestionar buena parte del proyecto, tenía a la hora de ejecutarlo ante una crisis económica que ha devaluado el suelo de oficinas, ocio y comercio cuya venta debía y debe financiar la operación.
La herida de ayer ha sido, sin embargo, más dolorosa y, sin duda, más difícil de curar: la Consejería de Cultura ha optado finalmente por incluir el edificio de la Aduana en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea para, posteriormente, integrarlo en el inventario de bienes del Patrimonio Histórico Andaluz.
En resumidas cuentas, Cultura considera a la Aduana como un edificio protegido y como tal no podrá ser derribado.
El problema es que la Aduana es una pieza esencial en el diseño de la futura plaza. Como otros edificios administrativos del entorno (Capitanía y Casa del Mar) debía ser derribado para crear una gran plaza pública y para recuperar la portada histórica de la estación de Renfe que data de 1905 y será, si el proyecto no se tuerce, en un recinto dedicado al ocio y al comercio que abra paso a las modernas instalaciones ferroviarias.
Sin embargo, cerca de diez años después de conocerse el primer avance de la reordenación de esta zona, un colectivo ciudadano propugnó el mantenimiento de la Aduana al considerar que el inmueble tenía un valor arquitectónico que merecía preservarse. La Aduana se levantó en la década de los años cincuenta del pasado siglo al estilo de otros edificios administrativos de la dictadura franquista.
Ayer, la delegada de Cultura, Yolanda Peinado, declaraba a Diario de Cádiz que "no creo que el mantenimiento de este edificio vaya a afectar al Plan Plaza de Sevilla ya que tendrá que integrarse en el proyecto". La justificación de los técnicos de Cultura para preservar el inmueble se centra en cuestiones "históricas que hay que mantener", según Peinado.
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