Cultura quiere proteger los pisos de San Severiano, memoria de la Explosión

Considera estas viviendas como parte del patrimonio etnológico de la ciudad · La delegación informa de "forma desfavorable" el documento del avance del Plan General de Ordenación Urbana de Cádiz

Los pisos en la avenida de San Severiano fueron los primeros en levantarse para atender a los afectados por la Explosión
Los pisos en la avenida de San Severiano fueron los primeros en levantarse para atender a los afectados por la Explosión
José Antonio Hidalgo/ Cádiz

23 de febrero 2010 - 01:00

Su valor arquitectónico es mínimo, y aún menos su valor como "espacio etnológico de convivencia", pero aún así se debe de preservar. Son las viviendas ubicadas en el primer tramo de la avenida de San Severiano, popularmente conocido como el barrio de Astilleros, que se levantaron tras la explosión de 1947. Es esta circunstancia histórica la que ha llevado a la Delegación Provincial de Cultura a reclamar al Ayuntamiento su inclusión en el catálogo de Patrimonio Etnológico de la ciudad dentro del nuevo PGOU, actualmente en elaboración.

Es éste uno de los matices que plantea Cultura al documento urbanístico y que le ha llevado a "informar desfavorablemente" sobre el mismo aunque, según el Ayuntamiento, se mantienen reuniones entre los técnicos para solventar las dudas sobre el Plan.

El catálogo etnológico pretende preservar los parajes, espacios, construcciones o instalaciones vinculados a formas de vida, cultura, actividades y modos de producción propios de Andalucía, protegiéndolos y "elaborando medidas concretas para que los usos y formas de vida en ellos desarrollados" se mantengan.

En este catálogo se deben incluir lo que Cultura denomina como "viviendas de la explosión", ubicadas en la avenida de San Severiano. Lo justifica afirmando que "el valor etnológico de ellas radica en el recuerdo de la explosión en agosto de 1947 de un polvorín de la Armada en Cádiz, que se ha integrado en la memoria colectiva de los gaditanos. Estas viviendas han permanecido como las construidas para realojar a los perjudicados".

Afirma el informe de Cultura que "su valor no estriba tanto en su arquitectura o en que sea especial espacio etnológico de convivencia, que no lo es, pero sí en permanecer simbólicamente en la memoria de los ciudadanos por ser 'las viviendas de la explosión".

Curiosamente, el 90% de los vecinos de este barrio, que cuenta con 350 pisos, firmaron un acuerdo con una inmobiliaria gaditana para el derribo de sus casas y su sustitución por edificios de nueva planta. A la vez, el nuevo PGOU incluye San Severiano dentro de las áreas de rehabilitación de barrios, sin descartar la renovación del parque de viviendas.

EMBARCADEROS

Pero la protección reclamada por Cultura va más allá. El informe remitido al Ayuntamiento, y al que ha tenido acceso Diario de Cádiz, evidencia también la necesidad de incluir en el patrimonio etnológico la estrecha relación de la ciudad con el mar, centrándose en este caso en "los lugares en que encontramos fondeadas, varadas o atracadas pequeñas embarcaciones", como el puerto deportivo de Puntales, el ubicado en la Punta de San Felipe, el club de la avenida de la Bahía "y todos aquellos espacios marítimos antropizados por el amarre de estas embarcaciones, que se han de considerar como vestigios culturales de la tradición marinera", incluyendo las zonas de amarre en el propio puerto de la capital.

En pleno debate sobre la recuperación del muelle del Socorro, en el castillo de San Sebastián y la actuación igualmente prevista en el paseo Fernando Quiñones, Cultura también indica al Ayuntamiento el valor etnológico de La Caleta y su entorno mencionando la importancia de todos los edificios que la rodean y su carácter de zona de reunión social.

Junto a todo ello, la Junta requiere al equipo del PGOU que incluya también en el catálogo todas las casas salineras existentes en el Parque Natural de la Bahía, ya que se menciona sólo la de la Dolores, lo que supondrá la protección de todas ellas. También se cita al molino mareal de sierra, aunque esté en estado ruinoso, y a las piedras molturadoras del Molino de Belén, que se encuentran semienterradas en el margen del caño del Carrascón.

Existen otros equipamientos ciudadanos que se incluirán en el catálogo etnológico especialmente curiosos. Así, proponen los técnicos de Cultura el taller de encuadernaciones ubicado en la calle Beato Diego 4, destacando que "se trata de un oficio artesanal que aún se desarrolla en este lugar" y el taller de imprenta existente en General Luque 6, como otro local histórico de valor artesanal.

EL CARNAVAL, OLVIDADO

Respecto a las celebraciones que se llevan a cabo en la ciudad, curiosamente Cultura lamenta que al referirse a la fiesta del Carnaval "sólo se recoge el Teatro Falla, pero no el sinfín de lugares en que la ciudad bulle y son también emblemáticos de la fiesta por antonomasia. Se debe hacer un listado de lugares y espacios relacionados con el Carnaval".

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