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Delphi, una fábrica fantasma

Cádiz C.F.

Recorrido por los restos de una factoría que lleva 15 años sin actividad

Sportech City Cádiz presenta su proyecto de desmantelamiento que durará cinco meses

Imagen actual de la nave donde se hacían las columnas de dirección y las cremalleras. / Jesús Marín
Melchor Mateo

29 de junio 2022 - 14:10

Delphi es una fábrica que murió hace 15 años. Donde antes había unos 2.200 empleados directos fabricando componentes de automóviles, hoy es una factoría fantasma que sólo recuerda al pasado en la magnitud de sus instalaciones pero que, entre el desuso y el expolio sufrido desde su cierre, espera a ser desmantelada en breve.

Son unos terrenos que va a ser el entierro de lo que fue Delphi y que espera alumbrar un nuevo proyecto, pero ni eso está tan claro. Hay un propietario que ha adquirido los terrenos pese a un proceso que podía acabar en expropiación, Sportech City Cádiz (empresa vinculada al Cádiz C.F) y que desea poner una ciudad deportiva asociada a la salud y la tecnología. Y por otro lado, una institución, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz que inició antes de que el Cádiz comprara el suelo la petición de uso portuario para acabar expropiando el terreno para hacer un nodo logístico y que sirva como ampliación para La Cabezuela. Quien lo haga al final, lo decidirán los tribunales.

Sportech City Cádiz ha organizado este miércoles una visita guiada por las instalaciones de Delphi donde, en primer lugar, ha explicado el proceso de desmantelamiento de la antigua fábrica. Para ello ha contado con la ayuda de dos ex trabajadores de Delphi, como Pedro González y Alonso Macías, que en el caso del primero hizo una explicación de cada una de las naves que se fueron visitando.

Ha sido un recorrido más mirando al pasado y a lo que fue la actividad de una enorme fábrica que pensando en el futuro y en lo que va a ir en cada sitio si el proyecto del Cádiz Club de Fútbol sale adelante.

De todas las naves e instalaciones, lo único que se va a mantener es la zona de oficinas, que es la parte que da a la autovía y que tiene una porticada muy significativa. Curiosamente, uno de los lugares donde se puede ver más la ruina es este lugar, donde ha habido muchísimos destrozos y ha habido un importante expolio donde se han llevado todo lo que se podían llevar. La presencia de algún colchón también indicaba que ese sitio ha sido utilizado para pernoctación.

Las cristaleras brillan por su ausencia, paneles de techo quitados, las cámaras de los techo han sido desprovistas de todo el material, mobiliario destrozado como efecto de 15 años por falta de actividad desde que la compañía norteamericana se marchara en un proceso de deslocalización.

Pedro González ha explicado que en aquella fábrica se llegaron a hacer amortiguadores para todo el mundo y se fabricaban un millón al mes: "teníamos que trabajar como un reloj suizo y no había stock". A partir de ahí ha empezado un recorrido con naves con números, como la 39 y que recibía el nombre de Utilities para dotar de energía a toda la planta.

En un momento en el que se habla de ferrocarril por la zona, allí se ven los viarios de un supuesto tren que tendría que haber servido para llevar materiales y recoger productos pero que nunca estuvo operativo. O la inmensa nave donde se hacían las columnas de dirección y las cremalleras. También la piscina que era el punto más delicado desde el punto de vista medioambiental donde generaba un lodo contaminado con cromo y que debía ser tratado de una manera especial.

O la pequeña central generadora de energía eléctrica que se construyó debido a lo que tenía que pagar Delphi. Pedro González recuerda que gracias a ello se desvió un ramal del gaseoducto que venía de Argelia a la zona.

Tanto Eri Berri que va a pilotar el proyecto de desmantelamiento de las instalaciones como los propietarios insisten en que no va a ser una demolición de edificios y estructuras, sino de un desmontaje.

Estamos hablando de una superficie total de parcela de 276.586 metros cuadrados, mientras que construida a desmantelar es de 98.680 metros cuadrados durante un proceso que se va a prolongar durante cinco meses desde el inicio de los trabajos.

Los residuos existente en la zona objeto del proyecto son piedra, maderas, basuras, mobiliario y diferentes metales procedentes de las estructuras de los edificios existentes. En este sentido, el residuo más peligro en toda la zona es unos pocos metros cuadrados donde hay amianto, para lo que se ha realizado un plan específico para el desmontaje del edificio que tiene este material.

Una vez que se vaya realizando el desmontaje de todas las estructuras, los residuos se irán clasificando por su tipología y posteriormente se llevarán a puntos de recogida o gestores autorizados para su reciclaje o su eliminación.

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