Deseos a la futura "primera ministra o presidenta"
José Pedro Pérez-Llorca destaca el "talento y el talante" de la premiada y lo que debe a la "meritocracia" francesa
Cádiz/José Pedro Pérez-Llorca, ilustre abogado, ex ministro de Administración Territorial y de Asuntos Exteriores en distintos gobiernos de UCD, y uno de los ponentes de la Constitución Española de 1978, tiene suficientes credenciales en su currículum para referirse, como hizo, a los logros de Anne Hidalgo como un producto, por supuesto de su tesón y cualidades personales, pero también de la "meritocracia" en Francia, el país que la acogió de niña, la vio crecer y la educó en un sistema educativo único.
Pérez-Llorca fue el encargado de glosar los méritos de la ganadora del I Premio Federico Joly, y contó como en cuanto "desembarcó" sobre la mesa el nombre de Anne Hidalgo como una de los candidatos a la distinción, "se produjo una inmediata unanimidad". La alcaldesa de París "arrasó, lo que no es extraño, dado que ella acostumbra a ganar elecciones", destacó en su discurso el presidente del jurado.
Pidió permiso a Hidalgo para referise a ella como "nuestra cañaílla", lo que provocó un claro asentimiento de cabeza acompañado por una sonrisa de parte de la premiada, e inmediatamente pasó a explicar cómo "ha podido triunfar de esta manera" en su carrera profesional y política. Y puso en primer lugar como factor al "sistema escolar francés" y la consecuencia en la que desemboca: la meritocracia. "Anne Hidalgo ha aprovechado este sistema para prosperar, y eso dice mucho de ella, de su interés, perseverancia y talento", dijo, a la vez que destacaba "el carácter de tierra de acogida de Francia, que favorece el triunfo" de cualidades de las que dispone sobradamente la alcaldesa, "talento y talante".
El presidente del jurado, que también integraron el pintor gaditano Hernán Cortés, el director de Publicaciones del Grupo Joly, José Antonio Carrizosa, y el director de Diario de Cádiz, David Fernández, recordó la importancia que en la carrera de Anne Hidalgo tuvo el encuentro con una figura que hizo escuela, Martine Aubry, hija de Jacques Delors, es decir, uno de los padres de la Unión Europea.
Añadió Pérez Llorca otra cualidad evidente en la premiada, "las fidelidades a sus orígenes geográficos y familiares" entre los méritos tenidos en cuenta por el jurado y que figuran entre los requisitos del Premio. Destacó el carácter de "gran figura pública" que ha alcanzado Hidalgo en Francia, "lo cual dice mucho en favor" del país vecino, y no minimizó el valor de su imagen, "su simpatía arrolladora y sonrisa avasalladora".
De manera directa aludió a su convicción de que las metas políticas de la política hispano francesa no se acabarán en la alcaldía de París. Habló de lo que él considera que es el destino de Ana Hidalgo, y casi se disculpó: "Perdona que te ponga deberes -le dijo-. En Francia hay muchas cosas que hacer, como por ejemplo resolver el debate sobre la financiación del Estado de Bienestar". Lo que al principio era una sugerencia acabó en confesión abierta de un deseo, que terminó siendo expresado de manera clara: "Me gustaría que fueras primera ministra o presidenta de la República francesa", aunque acabó bromeando sobre el tamaño de su victoria cuando dijo que "tampoco hace falta que sea un triunfo arrollador".
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