El Ebro se vuelve afluente de La Caleta

Carnaval de Cádiz

La afición aragonesa vibra con las coplas en la Sala Mozart de Zaragoza

1.900 personas de pie con los grupos de Santander, Carapapa, Love y Aragón

'El Marqués de Cádiz' sobre el escenario en la sala Mozart
El público en pie despide a la comparsa 'El marqués de Cádiz' en Zaragoza.

¡Qué bonito es Zaragoza!, ¡Qué bonito está mi Cai! Daba igual. En la Sala Mozart, un auditorio impresionante, lleno hasta la bandera con 1.900 personas, la simbiosis entre ambas localidades fue posible gracias a la gala organizada por la Fundación Andaluza de Catalunya (Andacat), en una nueva apuesta de este colectivo, añadida al espectáculo del Liceo barcelonés que se repetirá este domingo por tercera vez. Los maestros de ceremonias, Manolo Casal y Modesto Barragán, salían a escena entre cánticos, algunos de ellos cadistas, con bufandas incluidas. “El bar del AVE no ha vendido nunca tanto”, contaba Casal al respetable en referencia al viaje de ida. Damos fe.

Las primeras emociones llegaron cuando los presentadores disculparon la ausencia de Manolo Santander, que debía cantar con su chirigota ‘La maldición de la lapa negra’. El autor, aquejado por un problema de salud, no pudo viajar. Los chirigoteros de La Viña salían a escena a darlo todo por su capitán con Carlitos Pérez en el papel que Santander ha encarnado este año como Davy Jones. La “cosiquitiquitita” del pasodoble de presentación elevó la temperatura. El público venía con la tarea hecha de casa y coreó el estribillo que rechaza el pescao en blanco. El popurrí acabó con Francis Rodríguez bailando a pie de escenario con la edil de Fiestas del Ayuntamiento gaditano, María Romay. A petición del público (lo hubiesen cantado de cualquier forma) el pasodoble al Cádiz Club de Fútbol de ‘La familia Peperonni’. Antes de abandonar el escenario Manolo Casal llamó a Manolín Santander, que viajaba para cantar con su comparsa, ‘La gaditaníssima’, a quien aplaudió el público puesto en pie homenajeando a su padre. Lágrimas saladas y caleteras.

No se iba La Viña del escenario. De allí es su autor, David Márquez ‘Carapapa’, que en escena y disfrazado con su comparsa ‘El marqués de Cádiz’ agradecía la acogida de los aficionados aragoneses y dedicaba la actuación a Manolo Santander. Los marqueses que poco necesitan para ser ricos, que su nobleza obedece a “un reino donde reinan las mojarritas”, recordaban en su primer pasodoble cúales son sus posesiones, imposibles de comprar con dinero, y rendían tributo a los pensionistas en el segundo. Estruendo de risas para el cuplé de los tatuajes masculinos según el nombre de cada novia y para el que habla de los sueños que tienen con cada película o serie que ven. En el estribillo pedía Paco Aragón, uno de los componentes, ex de la chirigota del Canijo, a los espectadores que encendieran la linterna del móvil “como si esto fuese un concierto de Paul McCartney”. El colofón a una actuación elegante de tronío llegaba con la interpretación de una letra dedicada a los aficionados al Carnaval de fuera de Cádiz, de la comparsa ‘El G-15’. Todo el auditorio Mozart de pie.

Vuelta al cachondeo con mitos e iconos del Carnaval de Cádiz: el Love y compañía en el año de su despedida. Memoria viva de la fiesta. Empezaron con fuerza: popurrí de presentaciones. Luego, apología de los Reyes Magos de ‘Una chirigota con clase’, todo un clásico, y ¡cinco cupleses! enchampelaos de ‘Los prejubilaos’. El grupo realizó una transformación instantánea de antología a ‘Los juancojones’, explicada científicamente por un Love en estado puro. Lógicamente cayó el cuplé ‘En donde yo mejor me lo pasé’, canturreado por parte del público. Al final, momento discoteca con ‘Los puretas del Caribe’. Con el público de nuevo levantado, la afición aragonesa gritaba el “Love, quédate”.

Cierre ‘gaditaníssimo’. La comparsa de Juan Carlos Aragón. Abriendo boca Ramoni en una presentación rematada con fuerza antes de criticar en un pasodoble el puritanismo de quienes no aceptan la libertad de las coplas. Los carnavales para que no se paren los corazones y la guitarra levantando la mano ante tanta injusticia. Turno para la antología con Ramoni, Saúl y Waxi iniciando el pasodoble de ‘Los comparsistas se las dan de artistas’, rematado luego por el grupo. El pasodoble al amigo de ‘Los condenaos’, el final del popurrí de ‘La sereníssima’, el pasodoble a la madre de ‘Los mafiosos’ y el credo cantado y rezado de ‘Los peregrinos’ finiquitaron una actuación repleta de fuerza que fue premiada por el auditorio con otro levantamiento masivo, cerrándose así una mágica gala.

La jornada había comenzado de la manera más cariñosa. Integrantes de agrupaciones carnavalescas de la Casa de Cádiz en Zaragoza recibieron en la estación de trenes a la expedición gaditana para cantarle varias coplas gaditanas.

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