Emasa pondrá en marcha en mayo de 2020 el servicio de alquiler de bicicletas

Movilidad

La empresa ha incluido en sus presupuestos de 2020 los 700.000 euros que requiere su implantación

Las cuentas contemplan también las nuevas zonas azul, naranja y verde

Ésta es la señalización del carril bici en la calle Fernando el Católico junto a las murallas de Cádiz. / Jesús Marín

En apenas medio año habrá en determinadas calles y plazas de la ciudad puntos con bicicletas del mismo modelo y diseño a disposición de los ciudadanos. El servicio de alquiler de estos vehículos de dos ruedas que lleva meses en la hoja de ruta del Ayuntamiento se activará, previsiblemente, en mayo de 2020. Finalmente será la empresa municipal de aparcamientos, Emasa, la que se haga cargo de la puesta en marcha de estas bicicletas de alquiler; una cuestión que quedó en interrogante cuando el pasado mes de septiembre presentó el alcalde el modelo que debía implantarse en la ciudad –a raíz de un estudio realizado por una empresa especializada en el sector– pero que ha resuelto los presupuestos de Emasa para el próximo ejercicio.

Fue el jueves cuando el consejo de administración de la empresa de aparcamientos, que preside el concejal de Movilidad, Martín Vila, aprobó el presupuesto para el próximo ejercicio. Y en él se incluye una partida expresamente destinada a “la prestación del servicio de alquiler de bicicletas”. A ello destina el importe que ya en septiembre se anunció que haría falta para poner en marcha esta nueva herramienta de movilidad. 700.000 euros, en concreto, que ya tiene aprobados Emasa para tal fin.

Esta partida económica permitirá cumplir la primera de las claves que resolvía el estudio presentado en septiembre: implantar el servicio al 100% desde el primer momento para asegurar su correcto funcionamiento y el éxito entre la ciudadanía. Advertían entonces los responsables de la empresa MC Estudio que una implantación faseada estaría condenada al fracaso, lo que por aquel entonces dificultaba la implantación ante lo elevado de la partida económica y las limitaciones del Ayuntamiento, que incluso no descartaba entonces externalizar este servicio a una empresa privada.

Con este ‘rescate’ que hace Emasa con Martín Vila al frente, la ciudad será dotada de un total de 460 bicicletas, que son las que se estimaron que harán falta para un correcto funcionamiento y la oportuna distribución por toda la planimetría de Cádiz; de hecho, se han establecido hasta 46 estaciones de bicicletas que se localizarán en puntos muy diversos desde Cortadura hasta la Caleta, con la premisa de que nunca haya una distancia de más de 500 metros entre una estación y otra, así como tampoco una distancia inferior a los 300 metros.

Una vez aprobado el presupuesto, Emasa tendrá que trabajar ahora en otros muchos detalles relativos a la implantación de este servicio. Entre otras cuestiones, tendrá que afrontar la implantación de un sistema que necesitará recursos materiales y económicos para entre otras cuestiones asegurar que siempre haya bicicletas disponibles en cada aparcamiento (en función de los flujos de desplazamientos que se produzcan en determinadas franjas horarias del día) o para reparar las bicicletas que sufran averías o roturas de piezas debido al uso ciudadano.

También tendrá que asumir la empresa municipal el sistema de funcionamiento que implantará, y que puede ser a través de una aplicación móvil que el ciudadano active y por la que quede reservada la bicicleta para el uso que se necesite en cada momento (lo que conlleva, lógicamente, un coste para su implantación y posterior mantenimiento).

El estacionamiento regulado

Esta medida prevista para 2020 se une a otra importante transformación en la movilidad de la ciudad que también gestiona Emasa directamente. Se trata de las nuevas zonas de estacionamiento regulado y sus correspondientes tarifas, que en el pleno de noviembre aprobó el pleno de manera inicial y cuya entrada en funcionamiento se espera para el primer trimestre de 2020.

Emasa ha previsto en su presupuesto de inversiones una partida de 124.070 euros que se destinará a la adquisición de 25 nuevos parquímetros que darán cobertura a esas nuevas zonas azules, naranjas y verdes que se van a implantar en toda la ciudad, a razón de 4.962,80 euros por parquímetro, a lo que hay que sumar una cantidad total de 18.318 euros en relación al mantenimiento de esas máquinas que gestionarán el aparcamiento regulado que cubrirá aceras y calzadas de buena parte de la ciudad –especialmente del casco histórico– de esos tres colores.

Conviene recordar, en este sentido, que la zona azul pasará a costar 1 euro la hora (10 céntimos más que en la actualidad) cuando entre en vigor la nueva ordenanza tarifaria, mientras que la zona naranja bajará hasta los 1,20 euros (frente a los 1,80 euros actuales) y la zona verde únicamente podrá ser utilizada por residentes con su correspondiente acreditación y por medio de una cuota anual de 50 euros que también será aplicable a la zona azul y a la naranja.

La plantilla de trabajadores cuesta a la empresa 2,5 millones de euros

Las cuentas aprobadas por el consejo de administración de Emasa, y a las que ha tenido acceso este periódico, reflejan un saldo positivo a final del año 2020 de algo más de seis mil euros (6.740,29 euros, en concreto), lo que garantiza la viabilidad de la empresa.

Este presupuesto de 2020 contempla una partida de gastos que supera los dos millones y medio de euros destinado al personal de Emasa. 1.922.992,44 euros se destinarán directamente al pago de sueldos, salarios y asimilados, a lo que se suman otros 578.015,96 euros en concepto de cargas sociales.

Esta elevada carga de gasto se sostiene, principalmente, por el ingreso de más de tres millones y medio de euros por las prestaciones de servicios que hace Emasa. En concreto, 3.604.686,62 euros que están previstos ingresar en 2020, a lo que se suman otros 79.094,35 euros derivados también de la explotación.

Además del personal, Emasa afrontará gastos de aprovisionamiento, de explotación (de más de 800.000 euros, entre tributos y servicios exteriores) y de amortización del inmovilizado (333.294,85 euros).

En definitiva, un ejercicio económico que se prevé cerrar con esos 6.740,29 euros que reafirman la viabilidad de Emasa.

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