"Empezamos siendo intuitivos y terminamos siendo reivindicativos" para llevar la voz andaluza a lo audiovisual

QUINTA JORNADA DEL SOUTH INTERNATIONAL SERIES FESTIVAL

Alberto Rodríguez y Rafa Cobos conversan sobre sus preocupaciones comunes, sobre cómo enfocan la escritura y la dirección, sobre las diferencias entre el cine y las series y sobre cómo partiendo de lo local se llega a lo universal

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Alberto Rodríguez conversa con Rafa Cobos y el presentador de la cita.
Alberto Rodríguez conversa con Rafa Cobos y el presentador de la cita. / Julio González

Cádiz/Dos creadores, una visión. Bajo esa tesis el South Series Festival subió a la palestra a los sevillanos Rafa Cobos y Alberto Rodríguez, dos personas que comparten un punto de vista común que les ha llevado a crear seis películas juntos -7 vírgenes, After, Grupo 7, La isla mínima, El hombre de las mil caras, Modelo 77- y dos series -un episodio de Apagón y las dos temporadas de La Peste.

Ante esta labor prolífica y exitosa, con muchos premios alzados, Alberto Rodríguez no tiene manera de negar la mayor, "sí hay una visión común. Uno tiene una idea, el otro la entiende y trata de mejorarla o la toma como viene. Es como una partida de tenis y la idea salta de uno a otro sin parar, aunque no en una búsqueda de consenso, sino de encontrar lo mejor".

Rafa Cobos confirma que "el 80 o el 90% de mi trabajo ha sido con él, sí que hay una visión bastante próxima". Cobos ha sido el guionista en todas esas creaciones conjuntas y recientemente ha dado el salto a dirigir su primera serie, El hijo zurdo, en la que reconoce que "sí ha buscado otro espacio de singularidad y especificidad". Sobre su nueva experiencia resumió que "dirigir es un marrón" y que la escritura es su lenguaje natural donde se siente más cómodo.

Esa preocupación común Cobos la explica en "lo relacionado con lo social y lo político, en contar el mundo en el que vivimos y sus espacios denunciables". Rodríguez contó que una vez le pidieron que intentara evitar decir que hacía cine social, "pero es que el cine social es todo, lo audiovisual es una herramienta muy poderosa" y lo ejemplificó en lo bien que conocemos Nueva York de tantas veces que lo hemos visto en las películas y que nos han aportado un retrato social de la ciudad.

Rafa Cobos durante la charla
Rafa Cobos durante la charla / Julio González

"Cuando escribimos trasladamos al guion preguntas que se nos han quedado sin respuesta porque seguro que hay gente que se ha hecho las mismas cuestiones", explica Rodríguez que la intención no es responder esas preguntas sino plantearlas y "que sea del modo más divertido para el espectador". "Abordamos el proceso primero como espectadores, qué me apetece ver, y luego como directores ya afrontamos el cómo hacerlo".

La intervención de Alberto Rodríguez y Rafa Cobos en el Palacio de Congresos ha estado abierta a muchas cuestiones planteadas por los propios asistentes, cuyo punto culmen ha llegado con una disertación que llegó a levantar el aplauso del resto de butacas sobre lo centralista que es la industria del cine y cómo estos dos creadores sevillanos han mantenido la esencia de la tierra en sus trabajos. Efectivamente, 7 vírgenes, After, Grupo 7, La isla mínima, La Peste y El hijo zurdo están ambientadas en suelo andaluz, algo que Rodríguez explica "quizás por accidente más que otra cosa, pero hemos partido de lo local para contar historias que luego han funcionado internacionalmente y nos lo han permitido".

"Lo local va ganando su sitio", añade el cineasta tras explicar que hace años, tras presentar 7 vírgenes en el Festival de San Sebastián, leyó una crítica que la ponía de "estupenda si hubiera entendido algo". La riqueza de entender las formas de hablar ha mejorado y es "mucho más enriquecedor para el espectador", pero esa voz andaluza en lo audiovisual "no ha sido premeditada".

Rafa Cobos habla con más contundencia de este aspecto. "Forma parte de nuestro viaje personal y profesional" y defiende esa voz andaluza como "algo intuitivo, trabajas desde donde te sientes cómodo y con el tiempo se va convirtiendo en algo más militante". Ejemplifica en su propia piel que para 'El hijo zurdo' "partía de mis emociones, de mí con el hecho de ser padre y haber nacido en un sitio concreto", de modo que lo cultural y lo social se convierte en una "cuestión identitaria" y sentencia que "empezamos siendo muy muy intuitivos y terminamos siendo muy reivindicativos".

Alberto Rodríguez
Alberto Rodríguez / Julio González

En lo referente a las divisiones entre el mundo del cine y las series, Alberto Rodríguez considera que son "dos disciplinas distintas de un deporte, es como comparar en atletismo una carrera de 5.000 con un maratón, que en este caso sería la serie donde hay un componente más industrial, con un volumen de trabajo que no te permite ir al detalle". Cobos matiza también que hay dos formas de hacer televisión y que meter las dos series en las que ha trabajado (La Peste y El hijo zurdo) en la misma coctelera es imposible. Para Rodríguez los cuatro capítulos que dirigió en la serie Hispania fueron "un master en supervivencia". "Al principio respetaba hasta la última coma" para terminar "cambiando el guion para contar en esta secuencia lo que no se había podido contar en la anterior". "Con esa experiencia me daba miedo hacer televisión a esa velocidad, con días de 19 secuencias es imposible, pero aprendí mucho y con La Peste dejamos claro que no íbamos a ser convencionales, que lo íbamos a hacer a nuestra manera".

En definitiva, el South nos deja las visiones de dos creadores que comparten unas preocupaciones comunes, una manera de trabajar en la que se entienden bien y una experiencia enriquecedora para todos los asistentes.

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