Visto y Oído
Broncano
San fernando/"La preocupación de la ciudad, a la que yo represento como máxima autoridad, ha sido permanente". Las palabras de la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, al término de la reunión con los miembros del comité de empresa de Navantia San Fernando ponen de manifiesto la importancia que para el devenir de La Isla tiene el presente y el futuro de los astilleros isleños. La falta de encargos y por tanto la reducción de los puestos de trabajo y de faena para la industria auxiliar se traduce en una merma insuperable para la economía local. Son 300 años construyendo barcos y no hay duda de esa estrecha relación entre el funcionamiento de la factoría de La Carraca y sus consecuencias para los negocios de la ciudad y para la población. Por tanto, tampoco hay fisuras en el apoyo que muestran estos colectivos y el movimiento vecinal a los trabajadores de Navantia con comunicados difundidos a través de los medios de comunicación y por las redes sociales.
"Estamos 100% con la plantilla y con sus protestas. San Fernando necesita que la carga de trabajo de Navantia, en este caso el contrato de las corbetas con Arabia, salga adelante", defiende el presidente la Asociación Isleña de Hostelería y Turismo (Asihtur), Lolo Picardo, que recuerda que La Isla no cuenta con otra industria. El sector naval ha sido y es la actividad tractora del municipio, su motor económico. De ahí que la incertidumbre de la plantilla de Navantia se haga extensible a los empresarios, los ciudadanos y los representantes políticos de San Fernando. "Esta situación desestabiliza a toda la ciudad y el entorno. Hablamos de 6.000 puestos de trabajo, fundamentales para la economía de San Fernando por lo que supone además para la industria auxiliar que arrastra el astillero", comenta Manuel Luna, presidente de la Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe). Por eso el colectivo ha estado en contacto con la Federación del Metal, a la que han mostrado su apoyo; también con los representantes sindicales del astillero isleño, a los que respaldan en su movilizaciones.
"Es demasiado importante para quedarnos callados y no hacer nada", insiste Luna, lo que muestra el grado de conciencia que en la ciudad se tiene sobre la necesidad de que Navantia San Fernando siga con su actividad: reparaciones, construcción y Sistemas (la antigua fábrica de artillería). "Aquí siempre se han construido barcos militares y armamento", expone Picardo para expresar su sorpresa acerca de las dudas que el contrato de las corbetas para Arabia Saudí ha despertado. No sólo ahora, con motivo del bloqueo de la entrega de armas al país saudí (no hechas en Navantia) que con las noticias de ayer parece ya resuelto, sino también en los años anteriores a la firma del acuerdo. Los 300 años de construcción naval a los que hacía referencia la regidora en sus declaraciones de ayer no existirían sin la construcción de barcos para la Armada española, pero también para otras marinas extranjeras. "Estamos muy orgullosos de ello", proclamó Cavada, que ponía de relieve la seriedad de la compañía a la hora de cumplir con los encargos en tiempo y forma. Con el ejemplo de la entrega del último BAM (Buque de Acción Marítima) a la Marina española, "un producto 100% del astillero de San Fernando". O con la relevancia de la sección de Sistemas, por ser "uno de los espacios tecnológicos más innovadores del mundo dentro de la construcción naval" (y la dotación de equipos de todo tipo para su funcionamiento).
La alcaldesa de San Fernando reiteraba la idea de la importancia de la carga de trabajo de Navantia para la ciudad "porque es nuestra industria". "Si no hay carga de trabajo para nuestro astillero, si los astilleros no tienen esa vida, tampoco la tiene San Fernando. Nuestro desarrollo económico pasa por la carga de trabajo de los astilleros", reconoció. Ni siquiera la llegada de otra empresa generaría un número tan elevado de mano de obra intensiva y cualificada como la que genera la antigua Bazán. Por eso la firma del contrato con Arabia Saudí se había celebrado tanto en la localidad. "Habíamos celebrado que se formalizara el contrato de las cinco corbetas con Arabia, que durante muchos años se ha negociado incansablemente, y que supone la creación de 6.000 puestos de trabajo. Tener años de carga de trabajo en el astillero es darle vida a muchos espacios que a día de hoy no tienen actividad", abundó.
A pesar de las palabras de tranquilidad del Gobierno, el equipo de gobierno municipal compartía la "incertidumbre del comité y de los trabajadores" a la espera de las garantías que esperaban podrían llegar a lo largo del día (de ayer). Al igual que los propios isleños. El presidente de la federación de vecinos Isla de León, Antonio Romero, considera que los representantes sindicales hacían bien en "no fiarse de nadie". "No es que no nos creamos las palabras que dicen desde el Gobierno, pero hace falta que la otra parte también haga un gesto", planteaba. En un comunicado remitido ayer antes de que se conociera el paso dado por el Gobierno de ordenar el envío del encargo de 400 bombas a Arabia Saudí, el colectivo vecinal manifestaba esa preocupación por el futuro del astilleros. "Le pedimos a nuestros representantes políticos que de una vez por toda se fijen en nuestra provincia, que es una de las más castigadas por el desempleo, y que hagan todo lo posible para que este problema se solucione satisfactoriamente, ya que va en ello el salvaguardar miles de puestos de trabajos en la Bahía y sobre todo en nuestra ciudad", reclamaban. "Son puestos de trabajo directos e indirectos que dependen de Bazán. Es la única industria y no se la puede machacar constantemente", advertía el dirigente vecinal.
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