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Patrimonio subacuático
En apenas unos días la historia de un gran navío del siglo XVII que podría venir de las Américas y que por algún motivo que se desconoce se hundió frente al puerto de Cádiz está a punto de salir a la superficie. Lo hará literalmente, a bordo de una gran estructura metálica que permitirá sacar del agua por primera vez en la historia de España para su estudio en tierra un pecio de gran entidad, de unos 20 metros de eslora por 7 u 8 metros de manga. Un pecio bautizado como Delta 1 que probablemente fue construido en la segunda mitad del XVII a través de un sistema constructivo atlántico, propio de la que sería una embarcación potente y fuerte.
Esta operación "sin precedentes" ha sido detallada en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) de la mano de su presidenta, Teófila Martínez, y la jefa del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) del lAPH, Milagros Alzaga, junto al Consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal, y el alcalde de Cádiz, Bruno García, en un encuentro con los medios en el que también han participado la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo; el comandante naval de Cádiz, Jaime Boloix y el director del IAPH, Juan José Primo Jurado.
Durante la presentación, Martínez ha concretado que Autoridad Portuaria ha invertido 2,6 millones de euros en este proyecto con el firme compromiso de proteger y estudiar el patrimonio sumergido en Cádiz, desde aquellos hallazgos que tuvieron lugar en 2011 al hilo de la construcción de la nueva terminal de contenedores. “Y la obra nos ha ofrecido la oportunidad de conocer restos arqueológicos de un valor incalculable que de otra forma no hubiera sido posible”.
La jefa del CAS, Milagros Alzaga, ha descrito cuál va a ser el procedimiento que va a facilitar la investigación del Delta 1, que se va a realizar en el Muelle 5 de Navantia bajo una carpa de 20x25 metros. Una vez izado lo que queda de la embarcación, que será la parte más baja del barco , "se colocará un geotextil grueso, una capa de arena de 20 centímetros de alto sobre la que se depositará el barco. Cuando la quilla toque la arena se pondrán los sacos terreros para que sirvan de amortiguación y los restos de la embarcación se posicionen antes de iniciar el estudio".
Una vez en tierra, se va a quitar el geotextil con el que se cubrió en 2012 cuando tuvo lugar el primer traslado, se limpiará el barco, se eliminarán las concreciones que tenía "y a continuación se realizará una cobertura fotográfica y fotogramétrica del pecio, no solo de lo que se está viendo, sino de las distintas etapas que formaron parte de la construcción del navío".
Así, primero se realizará la cobertura del casco interno del barco, que es la parte que se pisa, luego se levantará la capa y se pasará a las cuadernas, que es el esqueleto del barco y se volverá a repetir el procedimiento, se realizará la cobertura, se levantarán maderas, y se pasará al casco externo, llamado de sacrificio, que servía para proteger el casco original del barco, ha narrado Alzaga. "Cada madera será estudiada, se limpiará, se escaneará, se fotografiará, y se tomará una muestra de cada una para un estudio cronológico e incluso para saber de qué árbol procede y cuándo se taló".
En la carpa habilitada se dispondrá de un sistema que mantendrá el pecio húmedo con el fin de que no se seque, "o se perdería irremediablemente". A medida que se vayan estudiando las piezas se sumergirán con doble etiquetado en unas piscinas con agua del mar que estarán fuera de la carpa, y "una vez que tengamos acopio, se introducirán en las estructuras creadas para fondear los restos junto al muelle de la Punta San Felipe". Por último, será geoposicionado y se cubrirá nuevamente de sedimento, geotextil y sedimento para su absoluta protección.
Para la ejecución de estos trabajos, cuyo plazo de ejecución es de seis meses y que se han adjudicado a la empresa Divership Servicios Subacuático S.L., será necesario contar con el visto bueno de la Armada y de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y para su puesta en marcha ha sido fundamental la coordinación con Autoridad Portuaria, el CAS y Capitanía Marítima.
Junto a los restos de estructura naval excavados en 2013 aparecieron otra serie de materiales que brindaron datos relevantes de la cronología, ha recordado la jefa del CAS. Se trata de 27 cañones de hierro fundidos en Suecia, 22 lingotes de plata alargados y en torta procedentes de las minas del alto Perú (actual Bolivia) con marcas de la orden real de 1651; también se localizó una campana con la leyenda 'Jesús, María y José' datada en 1751, aparte de cerámicas, vidrio, liendreras, suelas de zapatos o huesos de animales que sirvieron para contextualizarlo.
Pero lo más importante en esta investigación que afrontarán los técnicos del CAS será "descubrir cómo se construían los barcos en el siglo XVII, pues no tenemos conocimiento, salvo una serie de órdenes, que son unos documentos donde se explica el calado que debían tener, la longitud máxima o los sistemas de clavazón, pero no cómo era la construcción", ha avanzado Alzaga.
De forma paralela se va a afrontar la investigación documental con el objetivo "de saber el nombre del barco, que aunque es difícil hay que intentarlo, pues incrementará el conocimiento de su historia, nos permitiría saber dónde ha sido construido, cómo ha sido su vida útil, que hacía en el puerto de Cádiz y cómo se hundió".
Una vez finiquitada la investigación se va reconstruir la historia desde punto de el vista científico y también se divulgará para que la sociedad lo conozca. Para ello se va a recrear en 3D, lo que permitirá conocer y contextualizar el pecio "a nivel general y también particular del puerto de Cádiz y de la ciudad. Porque Cádiz está unido a dos grandes hitos, su posición geográfica y su puerto, que ha sido su gran motor económico, el que ha impulsado el comercio, la interculturalidad y que durante tres siglos fuera junto al de Sevilla puerto de América", ha concluido la jefa del CAS.
Como ha recordado la presidenta de la APBC, Teófila Martínez, “durante el dragado en zanja para la cimentación del muelle de cajones de la fase I de la nueva terminal de contenedores apareció un primer pecio que denominamos Delta 1 en febrero de 2011”.
Desde el primer momento, "la obra contaba con las preceptivas cautelas arqueológicas, pero debido a la capa de fango de gran espesor en la que estaba sepultado el pecio resultó imposible detectar". Después se supo que se trataba de este barco del siglo XVII.
Entonces se depositó en la zona de la fase 2 de la terminal, que la Autoridad Portuaria acaba de comenzar, por lo que es necesario un nuevo traslado en esta relevante operación histórica.
Por su parte, el alcalde de Cádiz, Bruno García, ha hecho hincapié en “la importancia del cuidado de todo el patrimonio y del subacuático en particular, porque eso es apostar por nuestra historia y por nuestro futuro”. El alcalde, de este modo, ha agradecido a la Autoridad Portuaria y a la Consejería de Cultura el trabajo que están haciendo en ese cuidado del patrimonio, mientras que el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, ha destacado la importancia histórica y valor patrimonial de estos restos, así como la relevancia de la labor que desarrolla el Centro de Arqueología Subacuática en Cádiz.
Recordar que a los 2,6 millones de euros invertidos en esta operación magna hay que sumar otros 3 millones de euros destinados al replanteo del proyecto que exigieron los hallazgos subacuáticos y la indemnización a la constructora debido a la paralización de la obra.
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