Paquita Sauquillo:“La guerra de Ucrania nos replantea un nuevo cambio internacional”
Entrevista a Paquita Sauquillo | Presidenta de Movimiento por La Paz
La abogada madrileña, con una amplia trayectoria en política y en la lucha por los derechos civiles y laborales, ha participado en un curso de verano de la UCA
Paquita Sauquillo quizás no es demasiado conocida para el gran público pero detrás de esta mujer hay una larga trayectoria en lucha por los derechos civiles y laborales y ha tenido una extensa carrera política donde llegó a ser disputada de la Asamblea de Madrid, senadora y eurodiputada por el PSOE. Como abogada pertenecía al bufete donde se produjo la matanza de Atocha en 1977 pero las circunstancias hicieron que no estuviera allí aquella noche, pero sí su hermano Javier, que fue uno de los asesinados. Como abogada, llevó el escándalo del aceite de colza. Paquita Sauquillo ha estado esta semana en Cádiz para participar en uno de los cursos de verano de la Universidad de Cádiz con la charla ‘La paz entre guerras’. Asimismo también ha aprovechado para hacer una visita al centro de refugiados ucranianos que esta organización tiene en El Puerto y donde ha visto cara a cara a algunas de las víctimas de esta guerra en la misma Europa.
-¿Qué es lo que le ha traído a Cádiz?
-Me han traído dos cosas. Por un lado, ver el centro de refugiados para ucranianos que tiene el Movimiento por la Paz, que lleva desde el mes de marzo y que tiene casi 70 personas, mayoritariamente mujeres y niños, con motivo de la desgraciada guerra que estamos viviendo y están viviendo, sobre todo los ucranianos. También estoy aprovechando para ver todos los programa que tiene el MPLP aquí en Cádiz, que aunque es una delegación que lleva poco tiempo implantada, desde 2017o 2018, está haciendo un buen trabajo y estamos haciendo otras labores de atención a personas asiladas y refugiadas de otros conflictos, un programa de mujeres y otros muchos.
La tercera razón, venía a dar un curso a la Universidad de Cádiz sobre 'La paz entre guerras' y ha sido muy interesante para mí porque estaban muy motivados loa alumnos que asistían al curso y por otro lado, me había invitado el profesor Téllez, que es un especialista en la historia. Y además Cádiz me gusta mucho, es la ciudad mas antigua poblada de Europa y tiene un cielo que con solo mirarlo descansa, y me recuerda mucho a La Habana.
-¿Por qué es útil Movimiento por la Paz?
-El objetivo que tenemos es la cooperación al desarrollo, trabajar con los inmigrantes desarrollando y ayudando a desarrollar su país y en trabajar en la educación por la paz y en trabajos relacionados por los derechos humanos, en la lucha contra la intolerancia, el racismo, la xenofobia. En ese sentido somos especialistas. Estamos en 12 países, tenemos más de 40 trabajadores en toda España, tenemos muchos voluntarios y le damos mucha importancia a ello. Estamos en diferentes redes: en la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales, en el Foro contra el Racismo, en el observatorio Oberaxe, de estudio contra el racismo y la xenofobia; yo soy miembro de la Plataforma del Tercer Sector, que se creó hace diez años ; y soy vicepresidente de la Plataforma de Voluntariado de España. También formamos parte de una organización internacional llamada Solidar, que es una red que tiene casi 60 ONG de los diferentes países de la UE y ahí trabajamos en colaboración con otros países.
También sacamos una revista llamada Tiempo de paz, que el último número que presentamos online desde Cádiz que es sobre qué ha pasado en los Balcanes después del conflicto que tuvieron. Escriben bastantes personas de los diferentes repúblicas balcánicas y es interesante. Hay que evitar las guerra, durante las mismas hablan las armas y la violencia, pero en la posguerra, hay que reconstruir los países y hay que intentar que se eviten ya los roces que han tenido y los enfrentamientos pero hay que reconstruirlos no solo físicamente. Este numero es interesante. Hay muchas veces que se está muy atento cuando los conflictos están teniendo lugar pero se olvidan una vez que han terminado. La revista la sacamos cuatro veces al año y se hace desde 1984 y cubre un papel importante en información internacional y en educar sobre la paz.
-Ahora está en pleno apogeo la guerra en Ucrania. ¿Ha tenido algo especial en esta guerra en cuanto a la solidaridad?
-El conflicto ha tenido algunas cosas positivas. Por ejemplo, la Unión Europea y las ONG europeas en el apoyo ante una guerra y una invasión injusta que ha ocasionado Putin a Ucrania. La segunda es que es verdad que nos hemos volcado más los europeos en Ucrania que desgraciadamente en otros conflictos bélicos como los que están sucediendo en Mali, Siria o Iraq. Eso tiene una parte positiva pero también negativa porque la víctimas son iguales sean ucranianos o malienses. También se volcaron cuando la Guerra de los Balcanes y los bosnios, porque nosotros trajimos a 2.500 de ellos.
Ha tenido la ventaja de que la UE ha puesto en marcha una directiva que no lo había puesto en marcha desde la guerra de Bosnia. Esta se sacó una directiva para poder acoger a asilados y refugiados temporalmente. Esto no se había puesto en práctica desde entonces. Esas son las dos ventajas. La solidaridad de la Unión y la solidaridad de los ciudadanos.
Yo creo que la guerra de Ucrania nos está proponiendo un nuevo cambio internacional. El cambio que se ha producido en la UE desde pues de la II Guerra Mundial que creíamos que estaba estabilizado el papel de la ONU, el multilateralismo, los valores que la UE tenemos de democracia, derechos humanos, el papel de la mujer. Esto se produjo sobre todo después de la caída del Muro de Berlín. Eso nos hizo pensar que ya no iba a haber separación entre los países occidentales y los del Este de Europa. Yo creo que esta invasión injusta y guerra de Putin ha puesto algunas cosas de relieve desde el punto de vista internacional. Una de ellas es el papel de la OTAN. Donde creíamos que estaba en una fase en la que casi no iba a existir, como decía Macron, y que ahora se ha revitalizado en la reunión que hubo en junio en Madrid. Ha conseguido que haya habido países que eran neutrales y que ahora han querido participar del instrumento militar. Para nosotros desde un punto de vista pacifista, es muy importante la cuestión de la seguridad compartida, que en su día sacó el presidente sueco Olof Palme, que desgraciadamente después fue asesinado, que hablaba de esa seguridad compartida y que ya a partir de la caída del Muro de Berlín pensábamos que habría un horizonte nuevo. Desgraciadamente, la guerra de Ucrania ha puesto en cuestión esto. Ha puesto en cuestión el poco papel que Naciones Unidas, su actual secretario Antonio Guterres, no ha sido capaz de afrontarlo pese a que ha conseguido que 141 países se pronuncien en contra de una guerra injusta; ha conseguido que 34 se abstuvieran y cinco votaran en contra. Pero desgraciadamente, si sumas los ciudadanos de los diferentes países, es mayor la población de los que se abstuvieron y votaron en contra que los que nos unimos en contra de esa guerra.
Eso nos tiene que plantear que hay algunos países o estados como la India o China, que están replanteándose un modelo y que no es el que creíamos que ya estaba en marcha. Yo creo que la guerra de Ucrania nos hace replantearnos no solo el horror de la guerra sino también una situación internacional que va a ser nueva, queramos o no.
Por otro lado, creo que se ha modificado la estrategia de la OTAN como instrumento de defensa armada planteado el papel nuevo de Rusia. En la estrategia Rusa era aliada y ahora no lo es. Esto habría que recomponerlo y debemos ir hacia un nuevo modelo pero las guerras tienen que acabar.
Yo creo que hay que ver cómo termina esto sin que haya demasiado claro un vencedor. Eso le es difícil entenderlo a los ucranianos. Y por otro lado, Putin no está dispuesto a parar hasta que no consiga lo que quería conseguir. ¿Las causas que han causado la invasión? Habría que analizarlo. Hubo una reunión entre China y Rusia en febrero de 2022 donde planteaban esto que digo, que había que ir a un nuevo modelo multilateral y que China, India y Rusia tenían que contar más de lo que estaban contando en el marco internacional. Pero a pesar de ello no tiene ninguna justificación una guerra y eso hay que acabarlo.
-¿Qué es lo que ha visto en ese centro de refugiados de El Puerto?
-Me encontré muchas mujeres pegadas al teléfono y pendientes de lo que estaba pasando en los lugares donde están combatiendo sus maridos, sus padres y sus hermanos. Me encontré a gente que mentalmente están muy tocados. Están contentos de estar aquí, le estamos intentando de tratar lo mejor posible, el local que nos ha dejado Afanas tiene muy buenas condiciones, pero tienen el corazón allí. La cabeza la tienen allí. Aquí se quedará alguno pero con el precedente de los bosnios, fueron contados con los dedos de la manos. Los ucranianos quieren volver y algunos lo han hecho. Agradecidos por la solidaridad recibida, pero su cabeza y si corazón están allí. Los niños, en cambio, sí se le veía muy integrados y están escolarizados desde el principio.
-¿En qué situación estamos en España en el tema de la xenofobia?
-En España ha habido un cambio radical. Ahora hemos cumplido los 50 años del juicio 1001 del CCOO y en ese momento había mucha gente en la cárcel de Carabanchel e imagino que aquí también, que estaba allí por el hecho de ser homosexual. Claro, hemos avanzado muchísimo en ese sentido. Aquí algunas personas piden asilo por el hecho de ser homosexuales y estar perseguidos en sus países y en Movimiento por la Paz hemos asesorado a algunos en este sentido. Dicho eso, también hay un retroceso. Hemos avanzado mucho en la ley, pero en la práctica sigue habiendo problemas de xenofobia, sobre todo contra el emigrante que no es el del mismo color de piel y contra el emigrante pobre. Si es rico, sea del color que sea, se le pone la alformbra. Hay un pequeño retroceso o al menos no hay un avance.
Ese retroceso algunos partidos políticos lo utilizan como se ha visto en las campañas electorales. Me preocupa que aquí en Andalucia, tanto en Huelva como en Almería, hay muchos inmigrantes que viven en condiciones infrahumanas, pero son los que están sacando el trabajo para que algunos estén económicamente viviendo muy bien. Encima, para colmo, está causando un rechazo hacia esas personas.
En Europa somos una población mayor. Vas por la calle y ves a muchas personas mayores y muchos de ellas están acompañadas por personas emigrantes. Necesitamos población joven, y necesitamos emigrantes para poder mantener las pensiones y para que podamos convivir no solo con una edad mayor sin joven.
-¿Qué le sugiere cuando escucha ese mensaje que cala en algunas personas de que el inmigrante es el enemigo?
-Son mentes enfermas laos que lo dicen porque es mentira. El problema del paro o de desigualdades sociales que desgraciadamente tenemos, no tiene nada que ver el emigrante. No te quita el puesto el trabajo sino que mas bien aporta. Los que piensan eso son personas que están muy influenciados fanáticamente o no ven la realidad como es.
-La paz en el mundo. ¿Se considera una utopía?
-Pero la utopía hay que hacerla realidad. Yo hago mía la frase que dijo John Fitzgeral Kennedy en 1961 con motivo del conflicto con Cuba y creo que también es válida para el tema de Ucrania. Aquí están sufriendo por supuesto los ucranianos, que son las primeras víctimas; los rusos que no se están enterando de lo que está pasando y el mundo en general porque hay lugares donde está habiendo hambrunas, como en África. Parece que esto no va a acabar pero yo soy optimista y creo que que la guerra tiene que hacerse los esfuerzos posibles para acabar. La frase de Kennedy dice: “No negociemos jamás por miedo pero no tengamos miedo jamás de negociar”. No hay que tener miedo de negociar. No tengamos miedo de llegar a acuerdos. Habrá que afrontarlo para acabar cuanto antes con el sufrimiento de un pueblo y la destrucción de toda una zona.
Creo que hay que llegar a acuerdos par la reconstrucción de un país y también con Rusia. El hecho del una invasión es un horror pero a lo mejor hay que suavizar las palabras contra Putin porque hay que buscar fórmulas de entendernos. La humanidad necesita que haya paz y lo que estamos viviendo pensábamos que no íbamos a volver a vivirlo después de la II Guerra Mundial.
Intento ser optimista. Es verdad que las coas a veces se reproducen. La guerra no termina a veces cuando terminan las armas.
También es necesario buscar en las guerras las responsabilidades. Por ejemplo en la Convención de Ginebra se dice que no se pueden atacar los centros civiles y en esta guerra estamos viendo que se está haciendo. No se pueden atacar a los centros civiles ni violar a las mujeres, que fue un avance en la guerra de Bosnia. Hay que perseguir a los que cometen estos actos y hay que tener tribunales porque será la única manera de que la paz se mantenga.
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