La Escuela de Hostelería sobrevive en Valcárcel a la espera del traslado
Las instalaciones de Pastelería se han adaptado para dar algunas clases prácticas de Cocina
En noviembre clausuraron las cocinas de la Escuela de Hostelería Fernando Quiñones. Días después, ante las protestas y movilizaciones de alumnos y profesores, anunció la Diputación Provincial que el equipamiento sería trasladado a Chiclana. Llegaron entonces las protestas y críticas a la marcha de la ciudad de esta rama formativa. Hace unas semanas se anunció una nueva sede, el edificio Europa en la capital gaditana. Y mientras todo esto ha ido sucediendo en los últimos tres meses, y a la espera de que ese traslado se haga realidad, alumnos y profesores siguen sobreviviendo como pueden en las instalaciones del edificio Valcárcel.
La Escuela de Hostelería está funcionando de la mejor manera que puede hacerlo mientras no se lleva a cabo el traslado al edificio Europa. Y para ello, ante el paso del curso y los problemas que ello puede derivar en la formación de los propios alumnos -al no disponer de cocinas para realizar las clases prácticas necesarias-, se han improvisado algunas soluciones de emergencia.
El director de este centro, Miguel Sancha, explica que tras las vacaciones de Navidad se ha procedido a adaptar las instalaciones de Pastelería (que no están clausuradas) para cubrir determinadas horas y clases prácticas de las ramas de Pastelería, Cocina y Sala. Esta sala, de unos 80 metros cuadrados, es del todo insuficiente para lo que requieren las clases sobre todo de cocina, ya que entre otros inconvenientes existen solo dos fuegos, que son suficientes para Pastelería pero no para Cocina, que necesitaría de una veintena de estos fuegos para dar la correcta formación al alumnado.
Con esta medida provisional, apenas se puede dar un 40 o 50% de lo que recoge la normativa, pero mejor eso que nada. La prioridad en este particular son los alumnos de segundo curso, que a partir de marzo se suelen incorporar a la Formación en Centros de Trabajo (en los distintos establecimientos de hostelería y de turismo con los que tiene convenios esta escuela). Para ello, estos alumnos utilizan estas instalaciones improvisadas por las mañanas. Y además, a los alumnos de primer curso de Cocina y Gastronomía y de Dirección en Cocina se les ha ofrecido que acudan a la escuela dos tardes por semana para realizar estas prácticas, algo que comenzó ayer mismo.
Además, se han habilitado otras dos aulas para que los alumnos de Servicios en restauración puedan igualmente realizar parte de los contenidos prácticos. Una medida esta última que ha provocado la pérdida de algunos servicios de la escuela, como la sala de medios audiovisuales. "La situación es incómoda, dista mucho de ser la idónea, pero no podíamos quedarnos de brazos cruzados mientras se produce el traslado al edificio Europa. Es una situación con muchos inconvenientes en el día a día", explica Sancha, que agradece por ello "el enorme espíritu de colaboración que hemos encontrado tanto en el profesorado como en el alumnado para poder minimizar en la medida de lo posible el cierre de nuestros talleres prácticos".
Sobre ese traslado al edificio Europa, el director de la escuela explica que están trabajando con los técnicos de Diputación para el diseño y adaptación de las cocinas y salas a las nuevas instalaciones, a lo que entiende que acompaña también un proceso burocrático que tiene que llevar a cabo la institución provincial. "Estamos muy contentos, deseando que llegue el traslado", asegura Sancha, que entre otras ventajas destaca la facilidad de acceso e incluso aparcamiento de aquellos alumnos que vienen de la provincia (un alto porcentaje). Por ello, agradece a la Diputación y al Ayuntamiento que finalmente se encontrase un lugar para la Escuela de Hostelería en la ciudad, "porque eso ayudará a no perder nuestra identidad y que la ciudad siga contando con un centro de este tipo", indica.
Mientras no llegue ese momento, en Valcárcel seguirán sobreviviendo como pueden alumnos y profesores. "Estamos sacando el curso como podemos. Se trata de una situación bastante atípica que estamos intentando solucionar como podemos y con los medios que tenemos", concluye Sancha.
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