Europa paraliza su ayuda para la futura terminal de contenedores

Sin la aportación de Bruselas, el puerto de Cádiz tendría que suspender la obra y devolver 25 millones de euros pedidos a cuenta, lo que significaría su "ahogamiento financiero"

Joaquín Benítez Cádiz

27 de febrero 2013 - 01:00

La Comisión Europea podría dejar al puerto de Cádiz sin su aportación económica para la construcción de la futura terminal de contenedores de la Bahía de Cádiz, lo que podría significar no sólo la suspensión definitiva de la obra sino que podría desembocar en el "ahogamiento financiero" de la Autoridad Portuaria presidida por Rafael Barra.

La crucial obra para el futuro del puerto tiene un coste aproximado de unos 120 millones de euros, de los que 60 llegarían de la mano de la CE, con su aportación a través de los fondos Feder y el resto, otros 60 millones de euros, vendrían de la mano del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Según una notificación procedente de la Comisión Europea, concretamente llegada desde el gabinete de Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia, en contra de todo lo esperado, por parte de la CE, "todavía no se ha tomado una decisión sobre la co-financiación del proyecto", lo que se traduce, según confirma el presidente de la Autoridad portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), en la paralización temporal del dinero que debería llegar desde Bruselas. Esto en lo referente a los Feder.

En cuanto al préstamo preconcedido y firmado por la ex consejera de Economía de la Junta y actual vicepresidenta del BEI, Magdalena Álvarez, en septiembre de 2011, tal y como recordaban ayer desde el gabinete de Almunia, "la solicitud para un préstamo al Banco Europeo de Inversiones está condicionada a la decisión que adopte la Comisión Europea". Es decir, si no llegan los 60 millones del Feder, el puerto de Cádiz se queda también sin los 60 del BEI. Y a pesar de que el propio Rafael Barra lo reconocía en días pasados, ni que decir tiene que el puerto de Cádiz no cuenta con recursos propios como para hacer frente a esta magna obra sin ayudas externas, lo que se traduciría en una automática paralización de la misma.

Y no sólo eso, sino que ya hay una buena parte o, al menos, una parte del futuro muelle de contenedores construida y pagada a la UTE adjudicataria de la obra, constituida por Acciona y por Fomento Construcciones y Contratas (FCC). Esto ha sido posible gracias a un adelanto de las ayudas, pedido y concedido por Europa, de cinco millones de euros que se solicitaron incluso antes de empezarse la obra. Y no siendo suficiente, a cuenta del préstamo del BEI, la Autoridad Portuaria se ha endeudado con dos entidades bancarias por valor de 20 millones de euros. Coincide además que a finales del año pasado, la APBC pidió, tal y como le permite la ley, otro adelanto de los fondos regionales procedentes de Europa por valor de 8,5 millones pero, por suerte o por desgracia, aún no han llegado a entrar en las arcas de la APBC. En resumen, si la Comisión Europea opta por no otorgarle su cofinanciación al proyecto de la futura terminal de contenedores de la Bahía de Cádiz, el puerto presidido por Barra tendría que devolver 25 millones de euros, lo que llevaría al ente marítimo al "ahogamiento financiero", según palabras usadas por el propio Barra.

La duda existencial que aborda desde hace unos meses a la Comisión Europea sobre la viabilidad económica del proyecto no responde a ningún fallo en su gestión ni en su planificación por parte de la APBC sino que se debe a un cambio de criterios para la concesión de las ayudas.

La primera de las alarmas se encendía en Bruselas allá por el mes de octubre. El motivo, el aeropuerto de Castellón. Los eurodiputados utilizaban el caso levantino como el paradigma de "inversión ineficaz de fondos públicos". El fantasma del aeródromo castellonense provocó una congelación momentánea de todas las ayudas europeas y abrió un período de reflexión en Bruselas que acabó con un apretón en los criterios a tener en cuenta a la hora de que Europa ayude a la construcción de una infraestructura.

El punto de inflexión provocó la ralentización de la llegada de los 8,5 millones de euros solicitados, en un nuevo adelanto, por Rafael Barra para hacer frente a los gastos que iba generando la obra del muelle de contenedores. De hecho, fuentes cercanas a la APBC destacan que la formalidad en los pagos de los trabajos de FCC y Acciona está resultando modélica, siempre gracias a los adelantos y a los préstamos contraídos por el ente portuario.

Pero el cambio radical de criterios a la hora de cofinanciar una obra surge a raíz de una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo sobre una ampliación de un aeropuerto alemán (Leipzig Halle). Un aeródromo cercano consideró que con esas mejoras podría quitarle clientes. Europa dicta que para evitar esas falsas competencias, en casos similares se dará tratamiento de Ayudas de Estado y, como tales, se estudiarán caso por caso en la Comisión Europea.

Si el interesado no es capaz de demostrar que el proyecto que necesita cofinanciar no falsea la competencia o que no altera los intercambios comerciales y que, por lo tanto, no es una Ayuda de Estado, corre el serio riesgo de quedarse sin ayuda y sin la obra.

En ese momento está el puerto de Cádiz. Con el tiempo en contra, ya que desde la CE le dictan que "cuanto antes" demuestre que el dinero que necesita no es Ayuda de Estado.

Y para más inri, la normativa europea exige que el puerto esté listo antes de diciembre de 2015, de manera que si la burocracia europea no da un sí a la cofinanciación pronto, la terminal no se terminaría en fecha y habría que devolver, sí o sí, las ayudas.

El propio Rafael Barra detalla que si en mayo o junio de 2013 no se tienen aprobadas las ayudas para Cádiz, sea cual sea la decisión final de Europa no habrá dinero para seguir encarando la obra, "hasta ahí aguantamos, si no, no podríamos con más endeudamiento". El presidente de la Autoridad Portuaria estima que el puerto gaditano entraría en un estado que él denomina de "ahogamiento financiero".

La cuenta atrás sigue y la Autoridad Portuaria sigue luchando contra la burocracia europea y contra los tiempos que impone la tramitación de algo que se consideraba siempre más que concedido. Recordar que cualquier papel que sale del puerto en relación con este tema, tiene que pasar por Puertos del Estado, luego por Hacienda y finalmente, ésta lo remite a Bruselas, lo que se traduce en días y días y semanas y semanas que pueden hacer peligrar la viabilidad del nuevo muelle y hacer caer al puerto de Cádiz en un pozo sin fondo que podría provocar incluso su desaparición.

Tal y como muestra el cuadro de la página anterior, este cambio de criterio a nivel europeo ha provocado la paralización de tres proyectos con fondos europeos que ya se estaban ejecutando en España, entre los que se encuentran tres de carácter portuario. Además del muelle de Cádiz, se habla de la paralización de las nuevas instalaciones portuarias en Punta Langosteira así como unas obras de abrigo del puerto de Granadilla.

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