Salud sin fronteras
La IA y la humanización
Cádiz/La calle se ha vuelto a cobrar otra vida más. Una de aquellos que no tienen nombre y a los que se les vuelve la espalda. Pocos se acordarán de que Antonio, un granadino que superaba los 50 años de edad, pernoctaba con asiduidad en los bajos de Entrecatedrales, un lugar propicio para las personas sin hogar al ofrecer algo de resguardo en las noches de lluvia.
Aunque su fallecimiento no fue propiamente en la calle, ya que fue atendido en el hospital Puerta del Mar de una dolencia estomacal el pasado fin de semana y de allí ya no salió, su marcha significa una nueva derrota para la sociedad, que no termina de dar una respuesta certera a esta problemática.
La voz de alarma la dio el pasado martes en su cuenta en la red social Facebook la asociación Calor en la Noche, una de las que ha tratado a Antonio con frecuencia en su estancia en Cádiz. "Cuando murió tu amigo Joaquín, nos lo decías: 'Cualquier día seré yo, la calle acabará con mi salud'. Mucha gente te echará de menos, tu sonrisa amable, tu charla amena, las artesanías hechas con piedrecitas de La Caleta que conservaremos con cariño. Tu 'casa' de Entrecatedrales, siempre tan ordenada. ¡Descansa en paz, querido Antonio!", reza el recuerdo lanzado por esta entidad para volver a reflejar la situación que sufren los que no tienen absolutamente nada.
El presidente de Calor en la Noche, Manuel Mení, comentó sobre lo que le ha sucedido a Antonio que "el pasado viernes, un grupo de calle fue a verlo y se lo encontró mal. Estaba en muy mal estado. Los chavales le dijeron que si le pedían una ambulancia para que un médico le atendiera, ya que la situación que veían no les gustaba. Él les contestó que a ver si se le pasaba y se quedó dormido un poco".
Sin embargo, al día siguiente su situación no mejoró, por lo que fue atendido en el centro hospitalario de las dolencias estomacales, por las que tuvo que ser operado. No fue capaz de recuperarse de esta intervención quirúrgica y en la mañana del lunes falleció.
Antonio llevaba más de cinco años en situación de sinhogarismo. Mení recordó de él que era "una persona que con nosotros tenía mucha amistad. Era amable al máximo, atentísimo, educado y con unas condiciones humanas muy buenas".
Junto a esto, también apuntó su habilidad con la artesanía para buscarse la vida. "Era un hombre que cogiendo en La Caleta conchas y piedrecitas te hacía collares, pulseras y zarcillos", comenta.
Éste es el segundo fallecimiento de una persona sin hogar que se produce en la capital gaditana durante 2018. La primera muerte fue a principios de febrero. S.L.M., natural de El Puerto de Santa María, pero que estaba censada en Cádiz, pereció en los bajos del Balneario de la Palma a sus 41 años de edad.
En este caso, nada se pudo hacer por salvar su vida tras dar aviso su pareja, con quien vivía en los bajos del Balneario de la Palma -uno de los lugares más frecuentados por personas sin hogar durante los meses de invierno-, al Centro de Acogida Municipal.
Cabe recordar que la Delegación Municipal de Asuntos Sociales, a través de la Mesa de Personas sin Hogar, aprobó la semana pasada el Plan de Inclusión Social 2018-2021, por el cual se pretende mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables con una actuación transversal.
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