Faltan límites y control paterno
Expertos consultados coinciden en señalar que sucesos como la difusión del video con contenido erótico de menores en Cádiz obedecen a que nadie media entre ellos y el ordenador
Trending Topic, Twitter, Facebook, Ciberbullying... Los padres deben empezar a familiarizarse con estos términos para evitar sucesos como el ocurrido en Cádiz esta semana, cuando se conoció que tres menores de edad habían distribuido un video de contenido sexual en el que aparece una menor. No vale eso de "la tecnología es para los jóvenes, yo soy de otra época". Es necesario, y así lo entienden los expertos consultados por este medio, que los progenitores estén al tanto de las novedades de las redes y de los dispositivos móviles. Y que controlen cómo los utilizan sus hijos. Estar encima de ellos evitaría las funestas consecuencias que ha acarreado el citado video colgado en Twitter.
"El uso del internet con sentido común no es diferente al mundo real, pero en internet es más fácil hacer daño. Los padres deben saber controlar esto e intentar que la brecha digital sea más estrecha. O sea, intentar ponerse al día de las nuevas tecnologías aunque sus hijos les llevan la delantera en el manejo de las mismas", señala el psicólogo Fernando López Arjona. A su juicio, el control puede llavarse mejor obligando al menor a usar el ordenador en zonas comunes de la casa e intentar que no sea el único que controle el acceso a internet. "Se deben controlar el número de horas ante el ordenador. Hay niños que van dormidos al colegio porque han estado hasta las tantas ante la máquina", destaca.
Alerta López Arjona de la rapidez y la facilidad con la que se puede arruinar la vida a una persona. Basta pulsar una tecla para subir un video. El psicólogo lo explica de esta manera: "Una persona que difunde un video de contenido comprometedor sería incapaz de imprimir fotos suyas desnuda y empapelar la ciudad. Eso es lo que se hace cuando se sube a las redes sociales un material videográfico, pero con menos esfuerzo y tiempo". Recuerda además que en la sociedad actual "es habitual el chantaje a adolescentes a los que han grabado en situaciones comprometidas". Y, sobre el caso que nos ocupa, se pregunta: "¿Cuál era el objetivo?, ¿hacer daño o chantajear?".
El 'ciberbullying', uso de los medios telemáticos para ejercer el caso psicológico entre iguales, es uno de los temas centrales que trabaja la Fundación Márgenes y Vínculos en su ya dilatada labor de protección de la infancia en la provincia de Cádiz. Su presidente, Francisco Mena, estima que en estos tiempos "es más necesaria la educación en valores". Lamenta que en esta sociedad "parece que todo el mundo tiene un afán especial por publicar, por aparecer en las redes sociales. Se sube todo a las redes y se cometen delitos. Esto es propio de una sociedad carente de valores". Critica que las familias "están dejando la educación exclusivamente en manos de los profesores y eso es un error. Los hijos son hijos, no amigos ni colegas. En eso hemos caído los padres. A los hijos hay que imponerles reglas, normas, deberes, valores...".
Márgenes y Vínculos trabaja desde hace tiempo "intentando concienciar a padres y educadores de los peligros de las nuevas tecnologías". Colabora desde hace años con el Ayuntamiento de Cádiz, formando cada año a 3.000 escolares en materia de prevención. "Estamos preparando un material para concienciar a los menores del cuidado que deben tener y a los padres para que sepan detectar si sus hijos están haciendo algo incorrecto con los ordenadores y los dispositivos móviles", explica Mena.
La fundación que preside incide en la necesidad de mantener en el anonimato a los menores protagonistas del video y de su distribución. "Entendemos que hay que publicar las noticias, pero que se preserve el derecho a la intimidad del menor por encima de todo. Y eso no ha ocurrido al cien por cien en los medios, algunos buscando el morbo en exceso. Una vez colgado el video se debe intentar que desaparezca de las redes sociales. No obstante puede seguir circulando de modo privado, y eso es más difícil de controlar", reconoce.
"No hay límites y la autoridad no la asume nadie". Así de claro lo ve Eduardo Medina, un psicopedagogo acotumbrado a trabajar con jóvenes. Y una falta de información y de formación tal que hace que unos menores "no sean conscientes de lo que están haciendo ni de dónde pueden llegar difundiendo videos de este tipo".
Según Eduardo Medina, se ha perdido entre muchos jóvenes "el límite de lo que es ético y lo que no lo es, la moral, lo que molesta al otro....". Tampoco es cuestión de demonizar a los adolescentes en una sociedad "donde cada vez es más difícil encontrar una referencia moral".
Según Eduardo Medina, internet "como mundo libre, tiene las ventajas e inconvenientes del mundo libre. Y muchos padres creen que internet y los profesores son los encargados de educar. Padres que con el frenético ritmo de vida que llegamos quieren tranquilidad en casa y la encuentran cuando sus hijos están delante del ordenador". Por ello, este psicopedagogo considera que una de las causas que llevan a un uso nocivo de internet y las redes sociales es que entre el menor y el ordenador "no hay nadie que medie, nadie que le diga qué está bien y qué está mal, qué contenidos son apropiados y cuáles no lo son. Los padres no han querido asumir ese papel". Medina insiste en que los jóvenes y menores que rondan la mayoría de edad "lo tienen todo a la mano, de forma muy explícita, en el móvil, pero la excusa no puede ser que los padres no entienda de ordenadores".
Aporta como solución "una información más veraz para los menores, pero para eso los padres deben hablarles con confianza aunque el tema pueda parecerles delicado. No valen pudores. Contarles y escucharles. No hay otra fórmula".
La sociedad tiene también mucha culpa de que se den situaciones como las del escarnio público al que se ha sometido la menor protagonista del video en cuestión. "Si eso ha sido trending topic -así se define al video más visto en Twitter-, es que esta sociedad tiene un problema. Antes, situaciones como las del video se quedaban entre los muros del instituto, en meros cotilleos. Ahora suponen un linchamiento público", concluye Medina.
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