"Filipinas y España están unidas por la historia, la cultura y la sangre"

Un lugar decorado con mucho busto. Ramón Power (Puerto Rico), el almirante Grau (Perú), José Miguel Carrera (Chile), Duarte (República Dominicana) tienen desde ayer un nuevo compañero en los jardines de la Alameda Apodaca, con vistas a la Bahía de Cádiz. Se trata de José Rizal, héroe nacional de Filipinas, que se ha sumado a la lista de personalidades a las que la ciudad ha querido rendir un sincero homenaje por su contribución a las relaciones entre España y los países que estuvieron bajo su influencia durante cientos de años.

Con este motivo se desplazaron hasta la ciudad el embajador de Filipinas en España, Carlos Salinas, el senador Edgardo Angara, el cónsul general Catalino R. Dilem Jr. y otras autoridades, acompañadas por el cónsul de Filipinas en Cádiz, Fernando Blanco, y el decano del cuerpo consular en la ciudad, Fernando Lepiani. Todos ellos, junto a autoridades del Ayuntamiento de Cádiz y representantes de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil e instituciones como la Universidad de Cádiz, la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras, o el Casino Gaditano, participaron en el descubrimiento de un busto a José Rizal, obra del artista Raimundo Folch.

Enrique García-Agulló, presidente del Club Liberal 1812, ejerció de maestro de ceremonias para dar la palabra primero al senador Angara, que visitaba por tercera vez Cádiz. Angara se refirió a la alcaldesa como "dinámina y hermosa" y destacó la relación comercial entre Filipinas y Cádiz a través del galeón que hacía escala en Acapulco. "Pero lo más importante de Cádiz -subrayó- fue La Pepa", más que un legado, "un espíritu". El senador, que abandonará en fechas próximas este cargo, quiso dejar claro que el Día de la Amistad Hispano-Filipina (que se celebra por undécima ocasión este año, promovida por él) es el único caso actualmene en todo el mundo de convivencia y reconocimiento entre un país colonizador y el colonizado.

El embajador Salinas comenzó hablando del vínculo "fuerte y profundo" entre España y Filipinas, dos países "unidos por la historia, la cultura y la sangre". Recordó el decreto del presidente filipino Emilio Aguinaldo, que ordenó que los últimos españoles de Filipinas, tras el sitio de Baler, "fueran tratados como amigos". "Demostró -dijo- que la verdadera victoria se define con magnanitud". Carlos Salinas se mostró firmemente convencido de que la Constitución de 1812, que fue la primera en su país, "encarna los ideales de nuestro héroe nacional". Al busto realizado por Raimundo Folch lo definió como "un símbolo de gratitud al pueblo de Cádiz, que nos ha abrazado como uno de los suyos, no sólo como aliados, sino como parientes de la misma familia". El embajador filipino abogó por que los gobiernos de España y Filipinas "fortalezcan el vínculo comercial y cultural" y "continúen con la tradición de mutuo respeto y colaboración constante de cara a las generaciones venideras". Lo que definió como un "humilde regalo" es, en su opinión, una muestra "de los muchos años de colaboración que nos quedan por delante". Tras sus palabras, intervino la alcaldesa Teófila Martínez, que agradeció el "constante interés" demostrado por el Gobierno de Filipinas, representado en la figura de su embajador, por participar en los actos del pasado Bicentenario. La alcaldesa definió a José Rizal como "un hombre de bien que buscó el bien y el progreso de sus conciudadanos" y destacó su obra en español, recitando varios versos de Mi último adiós del joven que murió fusilado por las tropas españolas hace ahora 117 años en Manila.

"Gracias por compartir con nosotros el ansia de ser iguales", concluyó Teófila Martínez, para dar paso al violinista Alfonso 'Coke' Bolipata, que interpretó una pieza ante el nuevo busto, flanqueado por las banderas de Filipinas y España. Un busto que ha sido realizado por Raimundo Folch, artista con doble nacionalidad española y filipina que reside en Valencia. "Es un orgullo que una obra mía permanezca en una ciudad como Cádiz", manifestó el artista, que fue galardonado, entre otros, con el Premio Baumel-Schwenk del Carrousel du Louvre de París en el año 2011.