Frente a frente

El Nazareno protagoniza una histórica visita a la Patrona con motivo del vía crucis que anoche recorrió las calles del barrio de Santa María

Frente a frente
Frente a frente
Pablo-Manuel Durio Cádiz

07 de marzo 2015 - 01:00

"No sabemos adónde mirar. A Ti que eres fruto bendito de la Virgen, o a Ella que dio el fruto de Su vientre. Vosotros sois Cádiz. Cádiz sin ninguno de los dos no se entiende, y sin ninguno de vosotros seguro que no existiría". Estas emocionadas palabras del prior de los dominicos, Pascual Saturio, resume a la perfección la cita histórica que anoche tuvo lugar en el interior de Santo Domingo. Por primera vez, el Nazareno visitaba a la Virgen del Rosario. Regidor y regidora perpetuos frente a frente. Y como queriendo congelar el momento, Saturio pidió a los cargadores que dejaran al Señor unos segundos, efímeros pero intensos, frente a Su Madre, a los pies del altar mayor de Santo Domingo.

Sólo en dos ocasiones anteriores la historia había citado a las dos imágenes. Según explicó el propio Saturio, ocurrió en 1885, cuando ambos compartieron tres meses en la Catedral; y en 1965, con motivo de las misiones. La de ayer fue la tercera, aunque era el primer encuentro en la casa de la Patrona, que vestía el terno morado propio de este tiempo litúrgico.

Ya con el Nazareno vuelto hacia el final del templo, se rezó una de las estaciones previstas allí. Un leve viento que se colaba por las puertas abiertas al Compás movía la cabellera del Señor de Santa María, en una estampa sobrecogedora que muchos procuraron inmortalizar en todo tipo de cámaras y teléfonos móviles que vaticinan una Semana Santa plagada de improvisados fotógrafos. Era casi medianoche, de una noche que se tornó muy fría y con mucho viento. "No nos dejes nunca, Jesús el bien plantao", pedía desde el altar mayor Saturio cuando el Nazareno se dirigía Santo Domingo arriba buscando Botica.

Esta histórica visita fue posiblemente el momento cumbre del vía crucis que ayer protagonizó el Nazareno por las calles de su barrio de Santa María. Un vía crucis que también tenía tintes históricos porque no se suele celebrar -la última vez que el Regidor salió de esta forma fue en 2001, en el acto penitencial que organiza el Consejo de Hermandades- y que llevó a la devota imagen por buena parte del barrio, como medida indemnizadora de su junta de gobierno ante el revuelo provocado por la decisión de no discurrir por Sopranis y Botica en el regreso a Santa María la noche del Jueves Santo.

Precisamente, esta polémica suscitada hace ya unos meses pero que ha aumentado en las últimas semanas con la aparición de pancartas en balcones y carteles en fachadas, no quedó anoche (desgraciadamente) al margen del acto penitencial. De hecho, nada más asomar la parihuela a la calle se oyó de entre la multitud agolpada en Santa María: "¡No quitarlo de su barrio, hombre!", a lo que otra mujer respondió con una crítica vociferada más extensa. Este tipo de episodios se repetirían posteriormente en otros puntos del recorrido, aunque no terminaron de entorpecer el rezo de las estaciones, que se iba intercalando con las piezas interpretadas por la capilla musical, casi siempre marchas procesionales.

Pese a esas críticas, lo cierto es que anoche el Nazareno se empapó de Santa María. El recorrido diseñado por la hermandad incluía calles por donde nunca antes había transitado el Señor y la excesiva lentitud con la que el cortejo fue discurriendo convirtieron el vía crucis en prácticamente una salida extraordinaria.

En ese lento caminar, antes de la visita a Santo Domingo se vivió un momento similar en la Merced, donde el Nazareno también se plantó a los pies de la Virgen mercedaria y ante los titulares de Sentencia; y en la puerta de San Juan de Dios también tuvo lugar otro encuentro, siendo recibidos por la hermandad de la Santa Caridad.

Hasta ese momento, era muchísimo el público que contemplaba el vía crucis. Sin duda, hay imágenes que tienen poder y que su presencia capta la atención de toda una ciudad; y el Nazareno volvió a dar muestras anoche de eso. Santa María, Suárez de Salazar, la Merced o la plaza de las Canastas se quedaban pequeños para dar cabida a todos los que querían contemplar a Jesús desde la cercanía que ofrece la parihuela. Eso sí, el frío y el viento, unido a la lentitud del cortejo, hizo mella a partir de la plaza de San Juan de Dios, donde el público descendió notablemente.

Un centenar de hermanos y devotos precedían al Señor portando velas de promesa; y en el cortejo participaban también representaciones de las cofradías de la parroquia, sus hermanos mayores, los anteriores hermanos mayores del Nazareno (Santiago Posada y José Luis Suárez), los concejales José Blas Fernández, Juan Antonio Guerrero y Jesús Tey -el portavoz socialista, Fran González, acudió a la salida desde el interior del templo pero no acompañó a la imagen-, el presidente del Consejo, Martín José García; y el sacerdote Sebastián Llanes. Este cortejo lo cerraba el párroco de Santa Cruz y director espiritual del Nazareno, Balbino Reguera, que iba de preste tras la parihuela.

Así finalizaba la noche en la que el Nazareno salió a la calle para recorrer todo su barrio; y en la que regidor y regidora se encontraron frente a frente en una histórica visita en el interior de la casa de la Patrona.

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