Ésta es la GENTE

Una radiografía de la ciudad a través de los testimonios de 18 ciudadanos que analizan el presente y reflexionan sobre el cambio del equipo de Gobierno

Ésta es la GENTE
Ésta es la GENTE
T. García / B. Estévez Cádiz

14 de junio 2015 - 01:00

"La política debe hacerse delante de la gente". Cuando José María González Kichi aún no ostentaba el bastón de mando de la ciudad defendía esta declaración de principios en cada uno de sus mítines y ruedas de prensa. Su deseo es que la participación ciudadana se convierta en "patrimonio político" de Cádiz. El viernes, cuando el candidato de Por Cádiz sí se Puede supo que iba a convertirse en alcalde, reconocía el poder ciudadano con otra de esas poderosas sentencias: "La fuerza de la gente es la que nos ha traído hasta aquí, y la fuerza de la gente es la que tiene que cambiar la ciudad".

Gente como ésta. Gente con trabajo y sin empleo, con un techo digno y sin él. Gente comprometida, especialista; gente currante y emprendedora. Gente conocida y anónima. Gente que despierta a la vida y gente que viene de vuelta... Gente de Cádiz que nos presta su voz para hablar sobre el presente, su presente, y sobre lo que espera o recela de esa nueva política participativa que promulga el nuevo regidor. Ésta es la gente.

>>JAVIER BENAVENTE

INVESTIGADOR

El mar que baña Cádiz rebosa de riquezas aún sin explotar. Lo afirma Javier Benavente, coordinador técnico del Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI.Mar) que lidera la Universidad gaditana. El investigador, que nació en Valladolid hace 43 años y desembarcó en Cádiz hace 25 para estudiar Ciencias del Mar, apunta que uno de los objetivos del CEI.Mar es justo sacarle partido a esa enorme riqueza desarrollando líneas de investigación centradas en el turismo, el medio ambiente, los puertos, la pesquería, etc. "Ya se están desarrollando algunas iniciativas de pequeñas spin-off encaminadas a sacarle partido al mar y al entorno en el que nos situamos".

Además, el investigador señala otras líneas de investigación que se están potenciando desde la UCA, como la de arqueología subacuática, así como la existencia de grupos punteros dentro de la Facultad de Medicina y los dedicados a la agroalimentación. "Esperemos que en un futuro cercano sean capaces de generar retorno a la sociedad y que a medio plazo contribuyan a crear puestos de trabajo", desea.

Benavente está esperanzado con el cambio que acaba de producirse en el Ayuntamiento, cree que servirá para "revitalizar la ciudad, abrir las ventanas y volver a conectar con la ciudad". Eso sí, a José María González y al resto de gobernantes les pide "una mayor coordinación y colaboración" entre el Ayuntamiento y la Universidad. Aclara que hay colaboración y que es "buena", pero le gustaría que fuera "más natural y directa". "A veces es demasiado formal. Debería existir una relación más imbricada".

Confía en el cambio y también tiene esperanza en el futuro y en la juventud. El experto en riesgos costeros apuesta por los universitarios: "Tras haber explotado una estructura basada, principalmente, en el ladrillo y en el turismo, los egresados deberían apostar por crear nuevas oportunidades de negocio mucho más sostenibles y abrir así una economía más diversificada y menos dependiente de multinacionales y grandes empresas".

Eso sí, el investigador considera que a Cádiz le falta "carácter emprendedor". "Debemos tomar la iniciativa e impulsar acciones empresariales", anima.

>>OMAR OSUNA

PROMOTOR MUSICAL

Omar Osuna le tiene cogido el pulso al latido musical y cultural de la ciudad. Este licenciado en Periodismo que se gana la vida como promotor de conciertos, no en vano es uno de los artífices de uno de los festivales más interesantes de los últimos años, No Sin Música, no tiene muy clara, sin embargo, la relación a tres bandas entre el ocio cultural, el ciudadano y la propia ciudad. "No estoy de acuerdo con los que dicen que en Cádiz no hay nada, creo que hay una oferta interesante pero, quizás, no llega a la ciudadanía. Lo que aquí se hace no tiene el éxito que tendría en otras ciudades", valora. Osuna, un tipo inquieto y siempre interesado por dar un paso más sobre el terreno ganado, no ignora la situación "de paro y necesidad" que se vive en nuestro sur aunque tampoco pasa por alto que "los ciudadanos sí que asisten a las cosas que les interesan, que siempre suelen ser las mismas...". No lanza estas palabras con desprecio, pero sí con cierta tristeza pues explica que "al final quieres traer cosas diferentes y te la juegas... Pero, bueno, a lo mejor la culpa es nuestra que no sabemos mirar hacia dónde va la ciudad". Porque "Cádiz es una zona complicada". Lo dice Omar. Y los managers, y los artistas, y los gerentes de las salas de conciertos... Por eso, el promotor reclama "apoyo institucional pero, sobre todo, que los dejen trabajar". El cómo viene en forma de "un plan para la cultura, el ocio y el turismo a largo plazo".

De esta forma, el emprendedor gaditano -No sin Música también es el nombre de su empresa- espera de los nuevos servidores públicos "que se dejen de proyectos cortoplacistas", "que se den cuenta que la música es un motor económico y cultural", "que utilicen este sector como reclamo" y "que no le tengan tanto miedo a las iniciativas privadas pues la gestión mixta entre lo público y lo privado es el paradigma", de hecho, en esa relación, también pediría "que se difundan con más eficacia las ofertas de colaboración", enumera.

"El turismo musical en Cádiz no ha despertado", resume. Y ya es hora de empezar a moverlo.

>>JAVIER SÁNCHEZ

DESEMPLEADO

Seis años hace de la última vez que tuvo la oportunidad de trabajar durante varios meses seguidos, 12 en total. Fue en un supermercado del casco histórico, como reponedor. Desde entonces, este gaditano de 41 años no ha vuelto a ser contratado por un período de tiempo similar o superior. Justo la semana pasada estuvo currando como albañil en una "obrilla", pero eso ya acabó. "Sólo fueron días sueltos", comenta resignado.

Sánchez vive con sus padres y no percibe ingresos. Tiene experiencia como panadero, albañil y reponedor en supermercados, y también "muchas ganas" de trabajar "en lo que sea". Ansía encontrar un empleo, así que con frecuencia entrega currículos y contacta con amigos y conocidos por si tuvieran algo que ofrecerle. Pero pocas veces ocurre eso. Asegura que en varias ocasiones se ha planteado abandonar Cádiz en busca de una oportunidad laboral, pero reconoce que hasta el momento no se ha atrevido a dar ese paso. "No lo descarto. Esa puerta está ahí, no la cierro".

El gaditano lamenta el poco empeño que -considera- ponen las administraciones en generar empleo en la provincia. "No hay una apuesta seria por crear nuevos puestos de trabajo". Y tampoco confía en que la situación vaya a mejorar con los nuevos gobiernos local y autonómico. "No tengo mucha confianza en los políticos, pero soy partidario de un cambio en el Ayuntamiento. No estoy contento con la gestión que ha venido desempeñando Teófila Martínez. A ver qué ocurre ahora con Kichi...", dice dejando entrever su escepticismo.

>>PEPA FERNÁNDEZ

AMIGAS AL SUR

"¿Dónde voy a meter a los 87 niños que tengo todos los días esperando un plato de comida?". Tan cruda y tan real, esta es la principal preocupación que atraviesa la cabeza de la responsable de Amigas al Sur, Pepa Fernández. Un entripado que se convierte, también, en paradigma de su visión de la ciudad en la que vive, "necesitada, pobre, triste". Así está Cádiz para esta incansable luchadora que hace nueve años puso en marcha, junto con otras vecinas, un taller de costura en el Cerro del Moro que acabó derivando en un "comedor solidario", que nunca ha contado "con ningún apoyo institucional", al que acuden familias de diferentes barrios de la ciudad que no pueden llevar el pan a su mesa.

¿Qué puede pedir a los próximos servidores públicos esta mujer, madre también, y que lleva adelante una casa de dos habitaciones donde viven, como pueden, cinco personas? Su respuesta, por sencilla, por lógica, por inteligente, nos sobrecoge: "Que se vengan un día por aquí, sobre la una y media de la tarde, y miren a la cara a las madres y a los niños, que miren bien cómo se ponen las criaturas con un triste dulce o un yogur que se les ofrezca".

Porque Pepa cree en la empatía. En que no hay coraza tan dura que no se resquebraje cuando se mira, cara a cara, a la necesidad. "Creo que estamos viviendo de los peores tiempos en Cádiz -decide-, yo lo noto en que socialmente ahora estamos peor, hay gente que no tiene lo básico, la comida, pero también hay cortes de luz, de agua, gente que no tiene para una bombona o para medicinas..." Cree en la empatía, sí, pero sabe que muchos representantes públicos nunca han cruzado sus ojos con esta realidad. "Eso mismo, hija, tú lo has dicho, representantes. Eso es lo que quiero yo, que los que vengan nos representen porque hasta ahora mismo no veo yo buena voluntad por representarnos, por venir a los barrios a conocernos y a mirarnos. Que ya son muchos años, ¿sabes? Y muchos desengaños...".

A Pepa la dejamos luchando, como siempre, con Amigas al Sur por una labor, la de dar de comer a más de 80 niños. Y este año, quizás, no sea posible... "Cada vez estamos peor...", musita.

>>Mª ROSA VENDOIRO

COMERCIANTE

Con siete años ya estaba detrás del mostrador de la mercería Rebeca, regentada por sus abuelos. Posteriormente, el negocio pasó a manos de su madre y desde hace 18 años es ella, María Rosa Vendoiro, quien está al frente de esta tienda -ahora corsetería- que acumula nada menos que 70 años. "Cerraron Moral, Durán, Solves, Merchán... creo que ahora mismo soy la decana de los comerciantes de Cádiz", comenta tras el añejo mostrador de la céntrica calle San Francisco.

Vendoiro se considera una "superviviente" y califica como "valientes" a todas esas personas que están abriendo nuevos negocios en la ciudad. "Sin duda es un acto de valentía porque la cosa en el sector está muy mal". "Cada vez hay más franquicias, y los comerciantes, minoristas y detallistas nos vemos obligados a luchar contra molinos de viento. Y encima sin recibir ninguna ayuda del Estado ni del Ayuntamiento", se queja.

Es por ello que al nuevo equipo de Gobierno le pide, además de subvenciones, una mayor promoción del centro como enclave comercial, así como más plazas de aparcamiento y que "ponga menos trabas con el papeleo y la burocracia". "Es una pena que no se mire más por el comercio en una ciudad comercial por naturaleza y tradición como es Cádiz". Y rotunda, añade: "Lo que da identidad a una ciudad es el comercio tradicional. Los escaparates de las franquicias son todos iguales vayas donde vayas. La identidad la aportamos los comerciantes". Además, recalca la importancia del trato personalizado y el asesoramiento que brindan a la clientela. Un trato, subraya, que no se encuentra en franquicias ni en grandes superficies, "donde se limitan a cobrarte".

>>ANA BARRIOS

PROPIETARIA DE VIVIENDA

Chiclana fue la localidad que esta gaditana y su entonces pareja eligieron para vivir juntos. Adquirieron un chalé con una parcela de 500 metros cuadrados y 115 de casa, de cuatro dormitorios. Allí convivieron durante seis años, hasta que se separaron. Ana y su hijo siguieron en la casa por una temporada, pero finalmente ella renunció a las comodidades de la casa de campo para regresar a su ciudad natal e instalarse, junto a su pequeño, en un piso de 40 metros cuadrados, situado en una cuarta planta sin ascensor y por el que ha pagado 450 euros mensuales durante cuatro años.

Las razones que motivaron el cambio fueron prácticamente dos: "estar cerca de mi familia" y "vivir en Cádiz, porque a mí siempre me ha tirado mucho Cádiz". "Se vive mejor en un chalé que en un piso, pero se vive mejor en Cádiz que en Chiclana, donde dependes del coche para todo, hasta para comprar una simple barra de pan. Y además, allí no tenía amigos", explica.

Hace sólo unos meses, la delineante que trabaja para una subcontrata de Airbus ha podido adquirir una vivienda de 60 metros cuadrados y dos habitaciones en el Cerro del Moro. Pero puntualiza que ha sido posible gracias a una generosa aportación económica que le han proporcionado sus progenitores. "Si no, imposible". Se queja del alto precio de la vivienda en la capital gaditana. "Es muy difícil comprarte una casa en Cádiz con una nómina normal". Y a ello suma la dificultad de encontrar trabajo: "La mayoría de mis amigos han tenido que irse de Cádiz porque aquí no encontraban empleo". "El principal problema de esta ciudad es justo ése, la falta de empleo. Son muchos los jóvenes que se han ido y se están yendo por ese motivo, y a eso hay que darle una solución. Urge". Éste es el mensaje que la joven traslada a los miembros del equipo de Gobierno. Les pide que hagan "todo lo posible" dentro de sus competencias de empleo.

>>Mª ÁNGELES NAVARRO

ARQUEÓLOGA

Casi diez años lleva la arqueóloga María de los Ángeles Navarro ligada al yacimiento del Cómico. Ha experimentado en primera persona el descubrimiento y puesta en valor de "la constatación física" de los "casi, casi, tres mil años de Cádiz". En el yacimiento Gadir, desde sus nuevos cimientos. "En 2006 entré a formar parte del equipo en la excavación y desde que se inauguró la puesta en valor, hace poco más de un año, me encargo de hacer las visitas guiadas". Una cicerone de lujo que cada día descubre al público "de todas las edades y de diferentes procedencias" los secretos del Cádiz fenicio.

Por su experiencia profesional y por su trato directo con la ciudadanía, Navarro puede dar fe "del importante patrimonio de la ciudad" y del interés "cada vez mayor" de políticos y ciudadanos por mantenerlo y protegerlo. La arqueóloga asegura que "cada vez se hacen más cosas" y que Gadir es uno de esos trabajos "de referencia" en esta materia en Cádiz. Así, a los próximos representantes públicos Navarro les pediría " que se valore el trabajo que se ha hecho" y, sobre todo, "que se preocupen por conocer" el patrimonio de la ciudad, en general, y Gadir, en particular. "Hay que fomentar las visitas, aunque ya son innumerables las personas que se han acercado al yacimiento", se congratula.

>>JUAN JOSÉ DELGADO

ADMINISTRATIVO Y SEGURIDAD

Casado, padre de dos hijos, de 19 y 12 años, Juan José Delgado es un gaditano pluriempleado. Auxiliar administrativo desde hace más de veinte años y desde hace siete, escolta y vigilante. Rara avis en la ciudad. "Entre semana trabajo desde 2003 en Vicente Alonso S. L. y los fines de semana alterno con dos empresas gaditanas Menkeeper Seguridad y Unium Servicios. Necesito tres trabajos para poder cubrir las necesidades básicas de la familia", explica el trabajador de 43 años que tras unas primeras experiencias en discotecas se sacó el título de Vigilante y Escolta "para trabajar de forma más específica y profesional". Y aunque Delgado puede poner todos los días el pan en la mesa de su casa, una vivienda de alquiler, no es ajeno a los problemas de una ciudad "hundida, acabada y envejecida".

"En cuestiones de trabajo, todo es un desastre; en comercio, igual. No hay expectativas de futuro porque, por un lado, no hay polígonos industriales que produzcan y, por otro, el Ayuntamiento no colabora con los locales de ocio y de hostelería, todo son trabas, todos son problemas y los impuestos son muy caros", analiza Delgado que, sobre todo, tiene la preocupación del "futuro de sus hijos".

El mayor de los Delgado estudia Ingeniería Informática en la UCA y acaba de dejar su carrera en el Conservatorio, donde estudiaba trompa, "porque ya este año con los demás gastos de la Universidad no teníamos para la última matrícula; y tampoco hemos tenido ayudas en estos años ni para comprar el instrumento, ni nada, pero ya ahora no puede ser, una pena porque era el último año", se queja el padre que, además de más atención a las cuestiones educativas, reclama al nuevo equipo de Gobierno que actúe con urgencia "en los temas laboral, de vivienda y de asuntos sociales" para los que exige, también, "más control" pues, a su juicio, "hay gente que tienen ayudas sociales o casas de protección que no les corresponden y otros que de verdad la necesitan están a la espera; deberían de poner más inspectores para seguir los casos", propone.

>>VANESA RIVERA

ECOLOGISTA DE AGADEN

Suspende a Cádiz en cuestiones medioambientales. La bióloga, de 38 años, es la coordinadora de Agaden en la Bahía de Cádiz. Lleva justo la mitad de su vida trabajando en beneficio del medio ambiente, y es por ello que considera que en la capital gaditana "es necesario un cambio bestial, una mejoría bastante grande". Lamenta la "gestión chapucera" que se ha venido desarrollando.

"El Ayuntamiento no ha apostado realmente por el medio ambiente", y aporta varios ejemplos: la drástica eliminación de arbolado histórico, vertidos de agua en el Campo del Sur, los vertidos de arena en la playa Santa María del Mar, la falta de limpieza en el paseo de la Punta San Felipe... Y se detiene en criticar la gestión de residuos: "En varias ocasiones hemos reclamado al Consistorio que facilite el reciclaje de residuos a los vecinos del casco histórico para que no tengan que ir hasta la periferia para depositarlos. Pero nada, no ha querido poner medios. Nos ha hecho caso omiso".

En este punto, lamenta la escasa respuesta municipal. "Nunca han hecho caso a nuestros escritos de denuncia ni a nuestras alegaciones. El equipo de Gobierno nunca nos ha pedido opinión. Sólo hemos colaborado puntualmente con la Concejalía de Juventud, concretamente en un proyecto para dar a conocer los parques naturales de la provincia", puntualiza Rivera.

La ecologista sugiere al alcalde y a su equipo que, lo antes posible, realicen un análisis de las carencias y deficiencias existentes en la ciudad en materia medioambiental, con el fin de darles solución. Asimismo, les reclama una "apuesta seria" por la movilidad sostenible y el transporte público. Y a la ciudadanía también le traslada un mensaje: "Debe ser más crítica con la gestión medioambiental y tener una mayor conciencia sobre estos asuntos".

>>PACO CANO

GESTOR Y ESPECIALISTA EN POLÍTICAS CULTURALES

Con "un montón de ideas y de proyectos con una base social potente" regresó a Cádiz en 2011 el gestor y experto en políticas culturales Paco Cano. Tras 20 años viviendo en Madrid, Nueva York y Washington, el gaditano retornaba a la ciudad "con muchísima ilusión" que pronto se vio "torcida" por la "poca o nula comunicación" entre las instituciones públicas y la ciudadanía. "Me encontré con una ciudad en la que no había diálogo, donde el ciudadano no tenía cabida para aportar su experiencia porque no tenía receptores a los que dirigirse. Todo en la ciudad ya estaba dicho y decidido de antemano por lo que, como es normal, también me encontré con una sociedad civil desarticulada", relata.

Pero donde otros pueden ver un muro, Cano divisó una oportunidad. Así, al percatarse de que "no existía un plan estratégico para la cultura" pues el Ayuntamiento "sólo se apoyaba en una política perversa del espectáculo con grandes infraestructuras vacías y grandes eventos donde importaba más su inauguración que su pervivencia y desarrollo", el gestor comenzó a fraguar proyectos como Sin Murallas y Planeta Cádiz para, unos años después, poner en marcha un movimiento de transformación social desde la experiencia de ciudadanos especialistas en diversas materias . Nacía Plan C porque su artífice no detectó en la ciudad "un plan estratégico para la cultura, pero tampoco para la educación, ni para el turismo, ni para nada", incide.

"Plan C es una forma de diagnosticar qué modelo de ciudad queremos para después aplicar propuestas concretas para lograr los objetivos acordados. Algo que parece lógico pero que, hasta el momento, se hacía al revés, se hacían propuestas, se llevaban a cabo proyectos, pero sin tener objetivos", explica Cano que define a Plan C como "un elemento aglutinador" de ciudadanos "que ya estaban trabajando en este sentido pero de forma aislada".

Un planteamiento por el que ya "han evidenciado su interés" los "nuevos interlocutores políticos" por la oportunidad que supone obtener "un diagnóstico de la ciudad por parte de ciudadanos formados", asegura el gestor cultural que ve como algo "urgente y básico" que los próximos representantes de la ciudad "cambien su actitud ante el diálogo y que promuevan una sociedad activa recuperando, así, la parte humanista y poética, si se quiere, de la política". "No se puede construir una ciudad sin los ciudadanos", culmina el gaditano asegurando que confía "en el cambio".

>>RAFAEL LARA

COORDINADOR DE LA APDHA CÁDIZ

Rafael Lara, un activista ligado a la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía desde los años 90, descorre las cortinas y levanta las alfombras para contemplar la realidad al desnudo. "El equipo de Gobierno saliente ha convertido a Cádiz en un escaparate tras el cual se ocultan problemas que no se han abordado", así, al menos, lo observa el coordinador de la APDHA gaditana que cree que la ciudad ha atravesado "una de sus etapas más duras" a tenor "de los datos del paro, más alto que hace 20 años; la situación de la vivienda; las cifras de personas que se han ido de Cádiz y de un tejido industrial desmantelado". Lara advierte, como viene haciendo desde hace años, de "los recortes en derechos sociales" y de "la crudeza del problema de desnutrición infantil y pobreza de los niños" en la ciudad. "Desde el punto vista de los derechos, observamos que muchos están siendo violentados y mal atendidos por el Gobierno Municipal".

Por eso, "por la maltrecha situación social de muchos gaditanos", Lara pediría a los próximos servidores públicos que "hagan del Ayuntamiento un escudo para proteger a la ciudadanía", un lugar "abierto a los ciudadanos", "al servicio de las personas" y "donde se atienda a la gente".

El activista reconoce algunos logros de la anterior gestión municipal como "el soterramiento", al que califica como "el mayor acierto del gobierno de Teófila Martínez" pero pone en duda otras decisiones como "la creación del segundo puente" pues, en su opinión, existen "otras alternativas más eficientes para mejorar la comunicación de la ciudad".

Abordar "una auditoría para obtener la situación real del Ayuntamiento" y atender "los casos más urgentes de emergencia social con un plan de choque de inmediato" son las primeras medidas que Lara exigiría al nuevo ocupante del sillón de San Juan de Dios. "Lógicamente no basta con eso, después habría que hacer planes integrales completos y con seriedad; pero antes hay temas urgentes como, desde luego, que a nadie se le debe cortar la luz y el agua".

Rafael también sabe que, "aunque aún queda trabajo por hacer con el tejido asociativo de la ciudad", los nuevos servidores públicos se encontrarán con una ciudadanía "solidaria" y que "está empezando a movilizarse más que en etapas anteriores".

>>CARMEN SEBASTIANES

MÉDICA DEL SERVICIO DE ANESTESIA Y REANIMACIÓN DEL PUERTA DEL MAR

María del Carmen Sebastianes no se instaló en Cádiz con la idea de quedarse, pero esta médica malagueña que trabaja en el Servicio de Anestesia y Reanimación del Hospital Puerta del Mar lleva en nuestra ciudad, que ya también es la suya, treinta años. "He visto a Cádiz mejorar en los últimos tiempos y disfruto tanto de su cultura como de su entorno geográfico", opina Sebastianes que se dirige tanto al gaditano de a pie, para recomendarle "que no se deje llevar por el desaliento y que luche por sus ilusiones", como a los representantes públicos, a los que desea "mucho ánimo" y de los que espera "que sepan captar las inquietudes de los gaditanos y que trabajen para que todos los proyectos que sean factibles se lleven a cabo".

Sebastianes mira la ciudad de una forma positiva, perspectiva desde la que también observa la situación de la Sanidad en Cádiz, "con una red pública y con una estructura de apoyo en centros concertados" que posibilitan que "la asistencia sanitaria esté siempre cubierta y que la red sea competente ante cualquier emergencia de salud". Sin embargo, la médica puntualiza: "Ahora bien, en las situaciones programadas, la crisis, profunda y prolongada en el tiempo, se está notando, como en el resto de la provincia, en Andalucía y en otras comunidades, una disminución de recursos materiales y humanos, lo que está conllevando el aumento de listas de espera y una alta presión asistencial para los profesionales. Esto es común tanto a la atención primaria como a la hospitalaria".

Y aunque en materia sanitaria las competencias dependen de los gobiernos autonómicos, María del Carmen propondría a los próximos mandatarios municipales "que promovieran educación y prevención en salud dirigidas a la población, a través de los centros educativos, las asociaciones… Que sean receptivos y estén alerta a las demandas de la ciudadanía gaditana en cada momento para estudiar posibles soluciones que se adapten a la realidad". "Y que cuenten con los profesionales para ello", apostilla acertadamente.

>>ISABEL FERNÁNDEZ

PROFESORA DE SECUNDARIA Y REPRESENTANTE DE LA MAREA VERDE

El Consejo Escolar Municipal debe funcionar mejor. Ésta es la primera tarea que la profesora de Lengua en Secundaria y representante de la Marea Verde Cádiz encomienda a los nuevos mandatarios del Consistorio. Fernández se queja de que no está funcionando como un foro educativo en el que "plantear y analizar los problemas existentes en los centros", e igualmente considera que este organismo debe contar más con las asociaciones de madres y padres de alumnos. "Éste es el primer año que participo en el Consejo Escolar Municipal y me ha decepcionado. El último duró sólo 15 minutos".

Y ya metida en faena, también pide a los gobernantes que presionen a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía para que empresas locales puedan encargarse de gestionar el servicio de catering de los comedores escolares. Lo argumenta: "Actualmente están gestionados por macroempresas, y las administraciones deberían apostar por impulsar la economía local permitiendo que empresas locales se encarguen de esta labor". "El Ayuntamiento -agrega- debería presionar a la Junta en este sentido y apostar por municipalizar este servicio".

Fernández continúa repartiendo deberes, y como portavoz de la Marea Verde en Cádiz pide a Educación que reduzca el número de plazas de Infantil de 3 años "cuando dejan de ser necesarias", apuntando que este año se han ofertado 1.075 para un total de 887 demandantes. Eso sí, le exige que utilice "un único y definido criterio" para la supresión de unidades, y recuerda que los conciertos educativos "eran algo subsidiario, complementarios cuando hacía falta".

También manda ejercicios a las familias. Les pide una mayor implicación y participación en la vida de los centros, "porque nos consta que cuanto más se implican los progenitores, mejor funcionan las escuelas". "El colegio debe contribuir al cambio social, y para ello es necesario recuperar la actividad de los padres, de las ampas, aunque es cierto que algunas son muy activas, sobre todo de Primaria". Eso sí, denuncia que la Lomce ha restado poder de decisión a los progenitores en los consejos escolares.

Por último, le da un suspenso a la política de sustituciones de profesorado de la Junta. "Los equipos directivos deben realizar a veces auténticos malabares para cubrir puestos. Es un auténtico despropósito".

>>CARMEN RODRÍGUEZ

JUBILADA

En Carmen Rodríguez se abre el abismo entre dos palabras que, a priori, recogen un mismo significado. Carmen Rodríguez está jubilada, que no retirada. La enérgica y dispuesta mujer que hasta hace dos años regentaba junto a su marido un rinconcito de solera como es El Laurel, no pierde puntada de la actualidad social y política gaditana. Carmen está en el mundo y es , como toda persona que ama la lectura, una mujer de mundo.

"Yo estoy muy contenta porque ahora tengo más tiempo para los libros, mi locura. También estoy en el segundo año del Aula de Mayores de la Universidad de Cádiz lo que me está permitiendo, además de dar clases, visitar diferentes lugares y monumentos del patrimonio gaditano. ¡Y mi Caleta y mi nieto, ¿qué más quiero?!", ríe Carmen que, sin embargo, tuerce el gesto cuando toca analizar la ciudad de sus amores. "Muerta, Cádiz está muerta y triste, la gente no está alegre y te lo digo porque yo he visto el cambio de la ciudad desde detrás de una barra. Es un detalle tonto, pero puede servir de ejemplo, antes, la gente llegaba al bar y decía "llénale la copa a tal, o a cual", en los últimos años, además de menos afluencia, aunque a nosotros en El Laurel nos ha ido siempre bien, la gente se tomaba una copa y se iba rápido para casa para no verse en el compromiso de invitar. Que no se tiene, hombre...", reflexiona.

La gaditana que comenzó a trabajar en el negocio familiar de su marido a finales de los setenta se muestra esperanzada, aunque algo recelosa, con los cambios políticos en la ciudad. Carmen quiere un cambio, sí, pero no olvida experiencias pasadas, "que son muchos años ya", y las "promesas incumplidas". "He confiado en mucha gente que, después, han ido a lo suyo, pero es cierto que no hay que perder la esperanza. Yo ya soy mayor pero miro a mi hijo, licenciado en Comunicación Audiovisual y que está de camarero porque no encuentra trabajo de lo suyo; y miro a mi nieto, de mi hija la mayor, que afortunadamente sí trabaja en la profesión para la que estudió, y necesito tener esperanza", se convence. Escuchamos a Carmen y escuchamos a una generación. "Tus padres, los padres de todos ustedes, de la gente de tu edad y de la de mis hijos, nos hemos sacrificado para que nuestros hijos fueran a la universidad y, ahora, muchos se encuentran con sus estudios, con máster, con idiomas, y están en paro", se revuelve Carmen que, tras trabajar más de 30 años en el bar familiar y, antes, estar en la hostelería en Madrid, vender libros "¡y hasta ollas exprés!", recuerda, le ha quedado "una porquería de paga". Aun así, Carmen y su marido Julio tiran "bien".

Esta mujer, que nunca se cansa de aprender y de explicarse la realidad, ha votado "mucho desde el 77", por eso, se esfuerza por "mantener la esperanza en que la cosa cambie en Cádiz". "A peor no puede ir -resuelve- y sería una pena que no tuviéramos confianza en la gente nueva que, al menos, vienen sin quemar y, supongo, que intentarán hacerlo lo mejor posible".

>>JUAN CARLOS HENCHE

EMPRESARIO Y HOSTELERO

No está todo inventado en Cádiz. A la hostelería se le puede sacar mucho más partido. "El sector hostelero tiene aún un recorrido muy grande en la ciudad". Quien realiza esta afirmación es Juan Carlos Henche, empresario y uno de los socios del nuevo chiringuito Kalabeach.

El madrileño, de 56 años, apostó ya el pasado año por la provincia gaditana abriendo el chiringuito Atenas Playa en el Novo Sancti Petri. Y ahora, junto a otros tres socios -dos gaditanos y uno madrileño- ha desembarcado en la playa Victoria con este atractivo establecimiento hostelero que ofrece "una carta heterogénea e internacional" y "una atención directa y muy cuidada" a su clientela.

Henche desconoce cómo se ha venido gestionando el sector hostelero en la ciudad. No tiene referencias, pero sí, en cambio, razones para estar contento con el trato recibido. "No tenemos quejas hacia las administraciones. Hasta el momento se han portado perfectamente con nosotros", comparte.

Es por ello que sólo pide a los recién llegados dirigentes que se establezca un trato "algo más continuo y fluido" con las asociaciones profesionales de la hostelería. "Deben contar con las asociaciones gremiales para conocer cuál es el sentir y las necesidades del sector". "Pero insisto en que no hay quejas".

El empresario incide en "el potencial enorme" de Cádiz y señala hacia su costa: "Playas como éstas son difíciles de encontrar en el resto de la península. Es una maravilla disfrutar de este entorno natural. El turismo y la hostelería aún tienen recorrido aquí, claro que lo tienen". Pero lanza una advertencia: "Hay que ser cautos para no caer en la euforia del todo vale, porque ante todo hay que preservar las playas. Hay que apostar por iniciativas que permitan a los ciudadanos sentir la naturaleza cerca pero sin afectarla. Y eso se está haciendo aquí de diez".

También aprueba con nota alta el nivel de la hostelería. "Siempre hay cosas que mejorar, todos tenemos que mejorar. Pero considero que, en general, está a muy buena altura".

>>RAMÓN VELA

ESTUDIANTE DE MEDICINA

"Doy por hecho que si decido quedarme en España será en condiciones de precariedad". Lo dice un estudiante del tercer curso de Medicina mientras reflexiona sobre su futuro profesional. El gaditano, de 21 años y vecino de La Viña, está estudiando su carrera vocacional gracias a la aportación económica que recibe de la beca del Ministerio. Si no, imposible.

"Nuestro futuro, el de las venideras promociones de especialistas sanitarios, se vuelve cada día más oscuro e incierto... En Medicina tenemos una residencia (MIR) de cuatro años, y durante la misma nos vemos obligados a asumir la misma o mayor carga de trabajo que profesionales sanitarios cualificados. Y hay que sumar que debemos compaginar casi una jornada laboral completa con los estudios". "Si me veo obligado a emigrar, será con la firme intención de hacer todo lo posible por cambiar nuestra situación", agrega convencido. Vela es miembro de la Asociación Estudiantil contra la Precariedad (AECP). Recuerda que con el movimiento del 15M descubrió "la ilusión social" y fue consciente de "esa necesidad de hacer política de verdad fuera de unas instituciones obsoletas y al servicio de unos pocos". Es por ello que hace dos años decidió sumarse a la AECP. Aboga por luchar contra la precariedad "si queremos vidas dignas".

El universitario recalca que la educación pública tiene "muy buenos profesionales que hacen todo lo posible por ofrecer un servicio de calidad". Sin embargo, critica que las infraestructuras universitarias son insuficientes y mejorables, que faltan docentes y recursos materiales... Problemas que, señala, no sólo afectan a la UCA, sino a todas las universidades públicas. "La educación pública debe ser prioridad para los diferentes gobiernos", apostilla.

Vela espera que el nuevo gobierno municipal, el de "los currelantes", cuente más con la participación ciudadana y muestre más interés por tomar el pulso a la ciudad. "Espero un gobierno que se remangue y esté dispuesto a trabajar por mejorar la vida de sus vecinos". Y aprovecha esta oportunidad para reclamar una formación de calidad "sin especular con nuestro trabajo en forma de becaria permanente". Asimismo, también critica las prácticas de empresa "en las que te debes sentir pagado por experimentar la ilusión de tener trabajo".

>>JOSÉ GALLARDO

TRABAJADOR DE ASTILLEROS DE CÁDIZ

Con 39 años de trabajo a sus espaldas, el gaditano José Gallardo ha sido testigo de los buenos tiempos, los mejores y los peores de una de las factorías principales de una ciudad cuyo tejido industrial ha sido desmantelado poco a poco. Aún así, este trabajador que entró en Astilleros de Cádiz como mecánico ajustador, se siente "ilusionado" con el "futuro esperanzador" que le espera a la industria naval. "Hay oportunidades de mercado no sólo para reparación, que es a lo que nos dedicamos sobre todo en los Astilleros de Cádiz, también para construcción. Creo que estamos en una situación inmejorable para esta aventura que es hoy en día la construcción naval", explica aunque sin ocultar la cara negativa de estos años atrás "en los que se han ido perdiendo profesionales e incluso oficios específicos".

Gallardo también mira con buenos ojos tanto "el avance" de la ciudad en estos años como "la buena labor" de Teófila Martínez de la que "lamenta" que deje de ser alcaldesa aunque, eso sí, cree que el cambio era necesario "por higiene democrática".

Pero Gallardo tiene sus reticencias ante el nuevo primer edil porque "es de los pocos representantes que no ha venido por aquí para hablar con nosotros. No sé qué es lo que opina sobre Astilleros ni qué planes tiene". Por Cádiz Sí se Puede es "una incógnita" para Gallardo aunque desea que "cumplan las cosas que han prometido".

>>M. ROMERO

AFECTADA POR INFRAVIVIENDA

Imagínese viviendo en un habitáculo de 21 metros cuadrados, en una finca apuntalada y con problemas de goteras, de tuberías y de roedores y parásitos. M. Romero no se lo imagina, lo vive a diario. Lo padece. Esta joven, que procede de una familia desestructurada, lleva tres haciendo de este inhóspito espacio su hogar. Está ubicado en el barrio de La Viña, y por él desembolsa 200 de los 500 euros que percibe por un trabajo que está desempeñando.

No tiene otro sitio donde ir, al menos de momento. Está la número 113 en la lista de espera de Procasa, aunque "con mis características sólo tengo a nueve personas por delante", puntualiza. Aguarda la llamada con resignación y sin quejarse, "porque al menos tengo un techo. Peor sería estar en la calle, ¿no?". Al ya alcalde, Kichi, sólo le pide una cosa pero en beneficio de él mismo: "Que sea honrado. Que haga lo que pueda con lo que hay... No sé con qué se va a encontrar ahora en el Ayuntamiento, pero seguro que tiene que afrontar una situación difícil".

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