“La variante delta está afectando fundamentalmente a los no vacunados”
Entrevista a los virólogos Adolfo García Sastre y Ana Fernández-Sesma
Dos de los mayores expertos del mundo en covid-19 han estado en Cádiz para ofrecer una conferencia en el Hospital Puerta del Mar que fue retransmitida a otros centros
Cádiz/Los virólogos Ana Fernández–Sesma y Adolfo García Sastre son dos de los mayores expertos del mundo en covid–19. Él es director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York y profesor de la Escuela Icahn de Medicina (la Facultad de Medicina) de dicho hospital; ella es catedrática de Microbiología y Enfermedades Infecciosas de la Escuela Icahn. Esta semana han estado en Cádiz para ofrecer una conferencia en el Hospital Puerta del Mar que se retransmitió en directo a otros hospitales de la provincia y a las facultades de Medicina y Enfermería de Cádiz.
–En la conferencia, han hecho una puesta al día sobre la infección por covid–19, ¿cuáles son las últimas novedades?
–Adolfo García Sastre: La situación no ha cambiado mucho en las últimas dos semanas. Tenemos una nueva variante, que es la delta, que es más transmisible que las anteriores y donde entra, empieza a dominar. La variante delta se está propagando fundamentalmente entre los no vacunados y va mucho más rápido que las variantes anteriores. Eso quiere decir que hay que darse incluso más prisa en la vacunación para intentar frenar la variante delta. Y está claro que está afectando fundamentalmente a los no vacunados. Eso es lo más nuevo. En cuestión de vacunas, ahora la EMA ha autorizado la de Moderna también para los niños de 12 años en adelante, entonces, hay más posibilidades de vacunar a partir de los 12 años. Y se están haciendo ensayos clínicos para niños a partir de los seis meses; los resultados los presentarán a finales de este año, de tal modo que esperamos que a principios del próximo año se empiece a vacunar a esa población.
Otra novedad es que Pfizer y Moderna están pensando en pedir aprobación para su uso general, ya que hasta ahora, las vacunas están aprobadas solo para uso de emergencia, porque estamos en una pandemia y es una emergencia, y ya tienen datos de seguimiento de mucho tiempo de los vacunados; no hay efectos adversos a largo plazo y eso va a dar lugar a que puedan presentar los datos para su aprobación para uso general.
–En la conferencia, habéis hablado también de nuevas estrategias terapéuticas. ¿Cómo ha cambiado la forma de tratar esta enfermedad?
–A.G.S.: Se están haciendo ahora inhibidores que están en fase tres y son de más fácil aplicación, orales, que esperamos que den buenos resultados. Eso puede cambiar mucho también la forma de convivir con la enfermedad. Si se pudiera desde el diagnóstico tomar una pastilla que te evita que el virus siga creciendo dentro de tu organismo, daría un gran impacto. Eso todavía no existe pero hay varios inhibidores que se están probando. Y luego hay otros inhibidores, como el que trabajo yo, plitidepsina o aplidina, que está desarrollado por una empresa española, PharmaMar, que está también en fase tres, pero es para pacientes que requieren hospitalización.
–Entonces, hay resultados esperanzadores.
–A.G.S.: Sí, pero todavía tenemos que ver los resultados de fase tres. Funcionan muy bien preclínicamente en modelo de animales, los ensayos de fase uno son prometedores, pero son con muy pocos pacientes, entonces, no se puede concluir todavía que sean efectivos o no.
–¿Por qué aparecen nuevas variantes del virus?
–A.G.S.: El virus está en su infancia, acaba de entrar en humanos. Se propaga en humanos pero no es un virus de humanos y está todavía intentando encontrar la mejor forma de estar adaptado a nosotros, y aparecen mutaciones puntuales que le hacen que sea más efectivo. ¿Pero qué significa más efectivo? Significa más transmisible, no más virulento. Porque al virus le da igual ser más virulento o no. Lo que quiere es multiplicarse y si te mata en un día, no se puede multiplicar, pero si está replicando contigo siete días asintomático tiene muchos contagios. Eso es lo que le interesa al virus. No se puede hacer un virus perfecto porque tiene que trabajar con un genoma, pero sí que se está adaptando cada vez un poco más a esta transmisión más rápida.
–Entonces, ¿puede que surjan más variantes?
–Ana Fernández–Sesma: Sí, pero el virus ha tenido oportunidad de mutar y ha mutado menos que otros que conocemos, porque tiene una capacidad de corrección de estas mutaciones. Pero realmente no parece que con todas las oportunidades que ha tenido, si no ha surgido una variante muchísimo más letal, vaya a surgir, aunque no se puede descartar.
–A.G.S.: Pero tiene que haber una ventaja para él. Si el virus tiene, por ejemplo, una mutación que le hace afectar al riñón, a no ser que eso contribuya a que sea capaz de transmitirse mejor, es una mutación que no se selecciona porque no aporta ninguna ventaja al virus.
–A.F.S.: Pero el hecho de que haya tantos contagios promueve que haya potencialmente más mutaciones, porque hay más copias del virus que se están produciendo constantemente. Entonces, según va copiando, va habiendo posibilidad de mutación. Por eso, lo que hay que evitar son los contagios para que haga menos copias y haya menos posibilidad de que mute. Y eso es lo que se intenta desde el principio: evitar contagios para evitar que este virus cambie y pueda ser incluso peor. Pero yo siempre le digo a la gente, cuando me pregunta por las variantes, que a mí me da suficiente miedo la original. Lo que hay ya es malo, es suficientemente malo, entonces, no me voy a asustar más por una variante que por el virus que ya está, porque ¿qué vamos a cambiar? Los tratamientos van a ser los mismos, que son pocos, y las vacunas, las mismas. Entonces, no tiene sentido estar asustando constantemente porque pueda surgir una variante, cuando realmente lo que tenemos que manejar es lo que está aquí.
–A.G.S.: Lo importante es que el virus continúa circulando y cuanto más vacunes, menos circula. Pero si el virus se hace más transmisible, hay que vacunar más rápido. Es como una carrera entre la vacuna y el virus.
–¿Todas las vacunas son igual de eficaces para todas las variantes?
–A.G.S.: No son igual de eficaces todas las vacunas, pero no se han hecho estudios comparativos. Cada estudio se ha hecho en un sitio distinto para cierta vacuna y dan unos niveles de eficacia que son un poco diferentes y es fácil que tengan distinta efectividad, pero lo importante no es tanto si una tiene una efectividad del 90% y otra del 80%, lo importante es si es lo suficientemente buena como para acabar con la pandemia. Ponte en el ejemplo de que tienes una vacuna que te da el 80% de efectividad, eso quiere decir que tú te vacunas y tienes el 20% de posibilidad de contagiarte. Si te pones una del 90%, tienes una posibilidad del 10% de contagiarte. Claro, mejor tener la del 10% que la del 20%, pero hay que tener en cuenta que el contagiarse no solo depende de que te hayas vacunado tú, también depende de cuánta gente se vacune. Si hay mucha gente vacunada y tú mismo con una vacuna de efectividad del 80%, tienes menos probabilidad de que te infectes que si hay diez vacunados con una vacuna del 90% y el resto no está vacunado. Entonces, es importante que se vacune el mayor número de gente porque es la mejor forma que tienes de estar protegido. Las vacunas te protegen con la efectividad que tienen en ti y con la gente que está vacunada, que disminuyen los contagios.
–A.F.S.: Hay gente que dice que le han puesto la vacuna mala, y yo le digo que las vacunas que tenemos son buenas o buenísimas. Entonces, te pones la buena o la buenísima.
–Entonces, toda la polémica que se ha creado en torno a AstraZeneca es infundada.
–A.F.S.: Todo es porque la gente piensa que tiene elección, cuando realmente es un poco obsceno elegir. Te tienes que poner la vacuna que te toque porque todas funcionan, y se han distribuido por grupos de edad porque ha sido la forma más fácil basada en los datos. Realmente, sí hay un riesgo con una y hay un riesgo con la otra. Es decir, en todas las vacunas masivas va a haber un porcentaje de la población que tenga un efecto secundario, y al vacunarse tantos millones de personas los números van creciendo, pero el beneficio de la vacunación supera con creces al posible riesgo con cualquiera de ellas.
–A.G.S.: AstraZeneca quizás ha adquirido mala prensa desde que no tenía las dosis que había prometido y ya había pagado Europa. El problema que ha tenido en EEUU es que las agencias reguladoras piden un número determinado de personas vacunadas dentro de los ensayos clínicos para poder aprobarla y AstraZeneca no ha hecho un ensayo clínico con el número de personas que pedían las agencias reguladoras en EEUU. Eso no quiere decir que esté mal hecho, simplemente que decidió, quizás por rapidez o por lo que sea, no hacer los ensayos clínicos con más pacientes.
–A.F.S.: AstraZeneca ha tenido sobre todo un fallo de comunicación desde el primer momento. No han sabido manejar bien la situación. Pfizer ha tenido seguramente muchos efectos adversos y lo ha podido manejar. Y luego, ha habido países a los que les ha entrado el pánico, como Dinamarca, que decidió parar la vacunación con AstraZeneca, y ha habido un efecto dominó. Pero también es normal que se pare. El hecho de que se pare una vacunación 15 días significa que se están haciendo las cosas bien, porque si se está viendo que hay casos adversos, vamos a ver si es realmente la vacuna o no. Que se pare no es necesariamente malo pero lo que no puedes hacer es que todos los países de Europa entren en pánico y pararla indefinidamente. La vacuna de Janssen se paró un tiempo determinado en EEUU para analizar también casos adversos.
–A la población nos ha sorprendido la rapidez con la que han salido las vacunas contra la covid-19, cuando hay otras que tardan muchos años, pero al parecer, a los científicos no les ha sorprendido tanto.
–A.F.S.: Hombre, nos ha alegrado.
–A.G.S.: Sí nos ha sorprendido porque es muy difícil acelerar las cosas de un modo logístico sin saltarse ninguno de los pasos que se necesitan para estar seguros de que se hace una vacuna segura. Y se ha hecho muy bien, eso sí nos ha sorprendido: lo bien que se ha hecho.
–A.F.S.: También ha sido una situación excepcional. Estábamos en una cantidad de contagios que era más fácil conseguir antes los datos de cuanta gente se contagiaba si estaba vacunada, por ejemplo.
–A.G.S.: Las enfermedades que necesitan una vacuna afectan normalmente a no mucha gente, entonces, los ensayos clínicos que tienes que hacer son mucho más complicados, necesitas años. Pero en este caso, había mucha gente infectándose, entonces, es muy fácil hacer los ensayos clínicos. En semanas, teníamos datos.
–A.F.S.: Otra de las cosas importantes es que se tomaron muchas decisiones claves. Por ejemplo, hubo una vacuna, de la compañía Merck, que no progresó de fase uno. Entonces, el Gobierno americano le dijo a la empresa que tenía que ponerse a producir Pfizer. O sea, a todo el mundo que tenía capacidad de producir vacunas se le dijo que iba a producir la que indicara el Gobierno, y esas compañías prefirieron producir Pfizer para que haya más dosis que no tener nada. También se aceleró que se pudieran hacer en paralelo las fases de los ensayos clínicos y analizar todas a la vez para acortar los tiempos, pero sin dejar de analizar los datos de una forma exhaustiva. Entonces, lo que ha sorprendido y ha alegrado es ver que se pueden hacer vacunas de una forma mejor o más rápida y quitar las trabas burocráticas.
–A.G.S.: Y que hayan sido tan efectivas. No sabíamos cuánto iba a ser de efectiva una vacuna y la verdad es que los resultados han sido extraordinarios.
–¿Creen que se conseguirá acabar con la enfermedad o ya se quedará con nosotros?
–A.F.S.: Se acabará con la pandemia pero la enfermedad, si se ha extendido en humanos al nivel que se ha extendido, seguirá viviendo. A lo mejor se queda como un virus de catarro común, a lo mejor causa de vez en cuando todos los años alguna enfermedad grave, a lo mejor es como una gripe, a lo mejor no..., pero no se puede erradicar un virus así como así, sobre todo con tantísimos millones de infectados y tan poca gente vacunada a nivel global. Todavía va a seguir circulando en muchos países.
–¿Eso significa que tendremos que revacunarnos? Porque se ha planteado poner una tercera dosis de Pfizer.
–A.F.S.: Yo creo que si se vacuna todo el mundo con dos dosis estaremos mejor que vacunando a algunos con una tercera. Es un poco precipitado hablar de una tercera dosis.
–A.G.S.: Hay que demostrar que la tercera dosis da más beneficio que riesgo. Y las personas vacunadas ahora mismo con dos dosis tienen muy poco riesgo. Entonces, para demostrar que una tercera dosis disminuye el riesgo de tener la enfermedad de forma grave respecto a las dos dosis se necesitan todavía muchísimos más datos. Se van a necesitar estudios más amplios antes de poder decir que su uso va a suponer un beneficio.
–En el congreso virtual sobre covid-19 que se celebró el año pasado, Adolfo habló más que de la inmunidad de rebaño, de la importancia de la responsabilidad de rebaño, ¿en qué consiste?
–A.G.S.: Siempre va a haber irresponsables pero si son muy pocos, no hay muchos contagios. Si el 90% de la gente no vacunada es responsable y hay un 10% de gente que es irresponsable y no tiene ninguna precaución, pues con el 90% de responsabilidad, ese 10% de irresponsables no va a producir una gran cantidad de contagios.
–Parecía que la pandemia estaba un poco controlada gracias a las vacunaciones pero ahora se ha producido un repunte de casos.
–A.G.S.: Es que se han quitado las restricciones. Esto es como una especie de carrera: con las restricciones, el virus avanza muy poquito a poco y si quitas las restricciones, el virus avanza más; si estás vacunado, el virus avanza menos. Entonces, hay que ver cuánta gente hay vacunada, cuantas restricciones hay y qué hacen los no vacunados. Es un poco jugar con los números y eso es algo que no sabemos con toda seguridad hasta que ocurre. Ahora mismo, se ha visto que con las restricciones que se han quitado y con el número de vacunados que hay, pues el virus está aumentando mucho en la gente que no está vacunada. Entonces, ¿qué hay que hacer? Hay que intentar que no aumente y para eso o hay que acelerar la vacunación o hay que poner cierta restricción para limitar los contagios hasta que haya más vacunados y vuelvan a quitar las restricciones.
–Con todo lo que ha pasado y la gente que ha muerto es incomprensible que todavía haya negacionistas de la enfermedad y antivacunas. ¿Qué le dirían a esas personas?
–A.F.S.: Que se asomen a la calle, que vean ahora mismo cuántas abuelas están paseándose por la calle y no encerradas en sus casas, cuántas han podido juntarse con sus nietos... O sea, la gente no ve lo que no quiere ver, y ya está. Es como el fumador que se fuma dos cajetillas diarias y no quiere ver que eso le puede producir un cáncer o la muerte. Lo sabe pero no lo quiere ver. Entonces, ser negacionista simplemente es no querer ver la realidad y a esa gente no le vas a hacer ver la realidad porque no la quiere ver. Lo único es mostrarle los beneficios y si no los quieren ver, por lo menos que no perjudiquen a los demás. Pero negacionistas va a haber siempre, porque siempre hay gente que se niega a aceptar las cosas; pero en España hay muy pocos.
–A.G.S.: Hay dos tipos de negacionistas: el individual, que es una persona que es terca y no quiere ver, entonces, es muy difícil convencerle, y los negacionistas de grupo que tienen su propios canales de comunicación. En este caso, lo que se necesita es llegar a los líderes de esos grupos para informarles y que transmitan a su grupo esa información.
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