Gobernar en la cuerda floja

Podemos ofrece un pacto de gobierno al PSOE ante las dificultades que tiene para sacar adelante la gestión diaria del Ayuntamiento. Una moción de censura contra el gobierno sólo se sustentaría desde la oposición si hay un movimiento ciudadano que así lo reclame.

Gobernar en la cuerda floja
José Antonio Hidalgo

01 de noviembre 2015 - 01:00

Se anuncian tiempos de turbulencia en la vida municipal de Cádiz. La falta de entendimiento entre el gobierno de Podemos-Ganemos y el PSOE, cuyos cinco concejales sustentan en el poder a la coalición de izquierdas, es evidente y las distancias se marcan aún más a medida que pasa el tiempo. Agotados ya cerca de cinco meses de mandato corporativo se presenta cada vez se ve más lejano, siempre en el escenario político actual, un acuerdo de gobierno entre estas fuerzas, a la vez que se abre la posibilidad, reconocida tanto desde el gobierno de la capital como desde la oposición, de una moción de censura que permita, para algunos, desbloquear la parálisis política que sufre la ciudad y que amenaza con afectar la gestión del día a día, algo que por el momento no ha ocurrido pero que en semanas sí podría producirse. En este sentido, se considera que acuerdos como el de la vivienda o el empleo son simplemente circunstanciales y centrados en temas en los que el consenso era obligado.

La legislación permite la presentación de un moción de censura en un Ayuntamiento en cualquier momento, lo que reduce la capacidad del gobierno de José María González a la hora de adoptar medidas correctoras en su gestión. Es cierto que en los partidos que conforman la oposición y que tienen esta posibilidad de actuar, PP, PSOE y Ciudadanos, esta moción se maneja sólo como una posibilidad pero no de forma inmediata, porque se tiene claro que hay tiempo y que, tal como evoluciona la gestión de la ciudad, lo que hoy es una mera hipótesis puede ser una realidad ya metidos en el 2016.

Diario de Cádiz ha hablado a lo largo de esta semana con diversos dirigentes de formaciones que tienen en su mano, de uno y otro lado, la gobernabilidad de la ciudad. Una semana, por otra parte, especialmente intensa en el enconado enfrentamiento entre el gobierno y la oposición, especialmente con el PSOE, en San Juan de Dios.

De lo dicho hay varias ideas que van a marcar la hoja de ruta que puede acabar en la moción de censura o, por el contrario, desecharla totalmente.

Por una parte se encuentra la falta de conexión personal entre todos los actores que participan en esta obra. Ya no sólo se produce un enfrentamiento en lo político y en las formas de gestión, que es lo lógico. Lo grave es que se están produciendo encontronazos personales, algo que un veterano político socialista consultado por este diario considera que supone "traspasar una línea roja que hasta ahora siempre se había respetado".

El PSOE sabe mucho de este menosprecio de Podemos. Lo ha sufrido como partido de la casta antes de las elecciones municipales y lo sigue sufriendo de forma puntual. Y se es consciente de que todo tiene un límite. "Generan polémica porque no saben medir sus palabras", se lamenta un dirigente socialista.

A la vez, se tiene claro que Podemos-Ganemos tiene que empezar a gobernar. Se asume que hasta ahora se ha limitado a sacar adelante programas procedentes de la etapa del PP. Así pasa con todas las actividades culturales, con la exitosa programación de verano, o con proyectos que se desarrollan desde determinadas concejalías. "Ahora tienen que pasar por el trámite de elaborar unos presupuestos. Y tienen que organizar el Carnaval, y preparar la Semana Santa y todas las actividades de verano. Y deben cerrar también su propia agenda cultural".

Lo cierto es que hasta ahora, más allá de los tropezones sufridos en las concejalías de Fiesta y de Mujer, el gobierno ha intentado poner su propio sello en políticas de vivienda y servicios sociales con escaso éxito, asumiendo propuestas de la oposición en el primero de los casos para evitar quedarse fuera de juego. Además, quien lea el protocolo antidesahucios, salvo en los acuerdos con los jueces descubrirá que todo lo allí previsto es lo que está vigente desde hace años; y en cuestión de asuntos sociales, se mantiene la misma política de ayudas puesta en marcha por el Partido Popular. La cuestión es que Podemos-Ganemos ha descubierto que no es lo mismo gobernar que estar gritando en la calle y que no es tan sencillo dar una casa o un trabajo a quien la reclama.

Este planteamiento de "que gestionen y ya veremos lo que pasa", antes de provocar un cambio de gobierno va estrechamente unido con la tercera gran pata sobre la que se apoyaría una hipotética moción contra José María González: el sentir de la calle.

Aquí hay una coincidencia entre todos los consultados. "La moción hay que sustentarla ante una situación de catástrofe ciudadana, que exista tensión en la calle, y eso hoy por hoy no ocurre todavía". Aunque sí se constata que la decepción sobre el Ayuntamiento es más acelerada de lo que algunos preveían a pesar de que no han pasado ni seis meses desde las elecciones, también se tiene claro que el alcalde sigue siendo un "animal mediático", con sus aciertos y con sus errores calculados, lo que le permite mantener un elevado porcentaje de apoyo ciudadano, como en su día pasó como Carlos Díaz o Teófila Martínez, siempre por encima de las expectativas de sus respectivos partidos.

Existe también la presión de las bases de cada formación. En el PSOE fueron muchos los que apoyaron sin dudar el voto a la coalición de izquierdas. Son los mismos que ahora lo lamentan pero no con la suficiente fuerza como para cambiar un voto que suponga un posible acuerdo con el Partido Popular, aunque se deje fuera a Teófila Martínez.

A la vez, se lamenta una falta de liderazgo político por parte del alcalde. "Si se sienta para hablar no pone sobre la mesa un proyecto claro de ciudad", se dice. Todo es fachada e imagen, se constata. Desde la Junta se deja claro: "Hay una falta de rumbo, de concreción en los proyectos ciudadanos y de ralentización en el desarrollo de Cádiz".

Así, se considera esencial que un porcentaje elevado de la ciudadanía traslade públicamente su decepción con el gobierno y que esto se vislumbre en la calle y para que eso pase, se analiza desde una parte de la oposición, "deben gobernar y que la gente vea de lo que son capaces de hacer, o no". En las redes sociales, por las que tan bien se mueven estas formaciones, ya son algunos simpatizantes de Podemos o Ganemos los que se muestran públicamente decepcionados con el trabajo de González... aunque no tanto como para dar un golpe de mano.

Desde el gobierno municipal se asumen todos estos impedimentos que están teniendo desde que llegaron al poder y aunque tienen claro que "la ciudad sigue funcionando porque no se ha producido el caos que muchos anunciaban; los gobernantes podemos estar en la cuerda floja porque estamos gobernando con muchos condicionantes. No somos malos gestores, hasta el punto que en unas semanas hemos reducido la deuda en 3 millones de euros; sólo queremos que nos dejen gobernar".

Se constata que este objetivo sólo se logra si hay estabilidad en el gobierno. Y para lograrlo, desde la coalición Podemos-Ganemos se opta ahora por dar un giro de 180 grados en su estrategia: poner sobre la mesa del PSOE la necesidad de cerrar un acuerdo de gobierno entre las tres fuerzas de izquierda, algo que para ellos era impensable hace apenas unas semanas.

"Cádiz se merece un esfuerzo extraordinario que nos permita lograr el mismo consenso que hubo en la calle con motivo del cambio en el Ayuntamiento. No podemos defraudar a los ciudadanos. Tenemos que llegar a un acuerdo de estabilidad porque Cádiz se lo merece y que dejamos a un lado los enfrentamientos", se afirma a este diario desde el gobierno local.

Se aclara, en todo caso, que "no tiene que ser un acuerdo para entrar en el gobierno (por parte de concejales del PSOE), pero sí para poner en común programas y proyectos. Necesitamos cerrar un compromiso serio y leal para dotar a Cádiz de un pacto de estabilidad política que nos permita relanzar a la ciudad. Hay que sentarse para generar este pacto que tenga vigencia para todo el mandato (hasta las elecciones de 2019), porque es urgente para la ciudad".

Todo ello supone un cambio sustancial en lo que hasta ahora se ha ido viendo en las relaciones municipales desde el pasado junio, obligada por la falta de estabilidad política.

El grado de enfrentamiento, incluso personal, entre Podemos y el PSOE, aunque se mantengan algunas conexiones abiertas entre las dos formaciones, es tal que hace difícil creer que se pueda cerrar un acuerdo de estas características y que ya se ignoró cuando en junio se gestionó el apoyo de los cinco ediles socialistas a la investidura de José María González como alcalde. Así desde Podemos se resalta, y alerta, sobre la presión del PSOE andaluz, que consideran más crítico con ellos que los socialistas gaditanos.

"Cádiz no puede ser un territorio en lucha por culpa de un pacto territorial ajeno a nosotros. Que se peleen ellos y que nos dejen tranquilos a los gaditanos. Que el PSOE no sea cicatero respecto al pacto que le ofrecemos atendiendo únicamente a sus intereses electorales, sobre todo cuando ellos saben que la mayoría de los votantes socialistas están de acuerdo con esta apuesta".

La propuesta de gobierno va unida, también, a una velada advertencia al afirmarse que "si el PSOE no llega a un acuerdo, tendrá que asumir su responsabilidad. Saben que lo que está en la calle es una alta valoración del gobierno y sobre todo del alcalde; lo que está en la calle es que nos dejen hacer nuestra labor, y lo que se puede trasladar al final es que son los socialistas los que están poniendo trabas a esta gestión".

Con esta propuesta sobre la mesa se les manda otro órdago a los socialistas: "O nos dejan gobernar y hay acuerdo, o que planteen la moción de censura, pero que no jueguen más con la ciudadanía. Nosotros no tenemos un apego al sillón del poder, pero tenemos claro que Cádiz necesita una política de cambio que sólo se logra mediante el acuerdo necesario".

Esta llamada al acuerdo de gobierno contrasta con el nivel de enfrentamiento de estos meses entre Podemos y PSOE, incluso muy superior al que se ha alcanzado entre el gobierno y el PP. Los socialistas recuerdan que en su momento acordaron facilitar un cambio de gobierno "pero nunca en ser palmeros de ellos", y evidencian que en este tiempo el gobierno de José María González ha incumplido sus compromisos, les ha negado información y ha intentado gobernar basándose en sus intereses políticos.

El debate sobre las ordenanzas fiscales es el último ejemplo de este desencuentro continuo, pues se presentaron públicamente sin antes abrir un diálogo con la oposición (no olvidemos que la coalición gobierna con 10 ediles frente a los 17 de la oposición), aunque finalmente haya salido adelante la propuesta socialista, por la fuerza de los votos y las circunstancias.

La oposición también ha denunciado con dureza el sectarismo de Podemos-Ganemos a la hora de eliminar a los técnicos de departamentos esenciales en la vida municipal. Aquí el gobierno ha acumulado fracaso tras fracaso al ser incapaz de negociar estos cambios, en un intento por ahora frustrado de poner a gente de su cuerda ajena al Ayuntamiento en puestos de relevancia. Por sin fuera poco, estos contratos externos incrementarán los costes municipales, a pesar de la falta de tesorería que es uno de los grandes problemas de la ciudad por la deuda de 275 millones de euros que dejó el PP como herencia. Curiosamente, esta política ha sido rechazada con dureza por Autonomía Obrera, combativo sindicato cercano a los postulados de Podemos.

Cádiz se ha convertido en estos cuatro meses en un escaparate nacional de cómo gestiona, o pretende gestionar Podemos. Hay una serie de cuestiones que se han destacado pero que tienen un valor secundario para la vida de la ciudad (banderas, cuadros, efemérides, pregones, mítines), que el alcalde ha sabido aprovechar en su beneficio en algunas ocasiones con su presencia en televisiones nacionales. Ya circula un comentario en San Juan de Dios que dice que todo esto forma parte de una estrategia de esta formación para desviar la atención de la opinión pública de los verdaderos problemas de la ciudad, vivienda o desempleo. Otros casos, como la de una dura carta a una entidad bancaria, trasladan a la opinión pública una evidente desesperación y una falta de tacto político cuando, a la vez, se negocia con estos bancos un préstamo millonario. Son acciones dirigidas, también, a las bases de Podemos, más radicalizadas y a las que "hay que atender", como se reconoce desde esta formación y que ha ocasionado más de una chapuza desde el pasado mes de junio.

A todo este proceso de posibles cambios se le une la cercanía de las elecciones generales del 20 de diciembre. Aunque todos afirman que la situación presente y futura de Cadiz es ajena a lo que marquen los resultados, lo cierto es que el grado de poder que puedan alcanzar Podemos, el PSOE o Ciudadanos sí tendrá su relevancia en la posibilidad de un pacto de gobierno de izquierdas a corto plazo o una moción de censura a medio plazo.

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