Guerra fría de los médicos de Cádiz de la privada contra las aseguradoras

Desde Unipromel denuncian que las compañías les pagan poco y no actualizan los baremos de los precios desde los años 90

Despacho de la consulta de un médico.
Despacho de la consulta de un médico. / D.C.

La relación entre los médicos autónomos que optaron por desligarse de la Seguridad Social y depender sólo de sus consultas particulares y los seguros privados que les envían enfermos está que arde.

La crisis sanitaria del coronavirus ha significado un antes y un después en esta batalla de la que aún se desconocen las posibles consecuencias, ya que los facultativos están dispuestos a llegar hasta donde haga falta para que se les escuche y para que sus reivindicaciones hagan que las compañías les paguen con precios acordes a los tiempos.

Y es que la cuestión tiene que ver con unos baremos fijados en los años noventa por cada una de las intervenciones y consultas a través de un acuerdo entre las aseguradoras y los médicos que no se han actualizado desde hace años, según denuncian desde Unipromel (Unión Médica Profesional), una especie de patronal de la privada creada hace apenas dos años.

Desde Unipromel, su delegado en Cádiz, el conocido traumatólogo Antonio Carrascosa afirma con rotundidad que las compañías aseguradoras siguen pagando precios muy similares a los de hace 30 años, fecha en la que firmaron el último de los acuerdos, un acuerdo que se rubricó en pesetas.

Los médicos aseguran que los seguros no actualizan sus precios desde los años 90

Lo mejor, un ejemplo práctico. Un médico privado puede recibir nueve euros por una consulta a un paciente procedente de una aseguradora que puede estar obteniendo por ese acto médico en torno a 30 o 40 euros.

Desde Unipromel, Antonio Carrascosa indica que lo mismo que uno no paga por un café 15 céntimos, que sería más o menos el equivalente a las 20 pesetas que podía costar hace 30 años, “las compañías no pueden seguir pretendiendo que cobremos por nuestras consultas lo mismo que a finales del siglo pasado”.

Carrascosa incide en que la relación contractual entre el médico y la compañía es una relación “sesgada”, ya que “las aseguradoras nos imponen sus criterios. No existe negociación alguna entre las dos partes”.

El traumatólogo gaditano, que mantiene consulta en Cádiz, Chiclana y Jerez, explica la situación con cifras:“Mantener una consulta privada puede salirnos al años unos 60.000 euros con secretaria, internet, luz, agua, alquiler, etcétera. Si esa cantidad la divide entre los 17 euros que nos pueden dar, como mucho por una primera consulta, y 10 o 12 por una segunda, me veo obligado a recibir unos 5.000 pacientes de compañías al año para poder empezar a ganarle dinero a mi consulta”.

Estos precios nada tienen que ver con los que realmente puede cobrar un médico por una consulta privada sin la mediación de una aseguradoras. Hablamos de unos 100 euros frente a los entre 10 y 17 euros que cobra con una compañía por medio. “¿Sabe usted cuánto cobra un traumatólogo por poner una prótesis de cadera si el paciente es de un seguro? Algo más de 500 euros, de los que el 30% va para su ayudante. ¿Sabe usted cuánto puede cobrar un traumatólogo de la privada por esa misma intervención? Hasta 25.000 euros”.

Es mucha la diferencia y muchas las diferencias que mantienen en tensión la relación entre los médicos autónomos y las compañías aseguradoras.

Un problema que afecta al médico y al paciente

Desde la Unión Médica Profesional (Unipromel) calculan que unos 25.000 gaditanos cuentan ya con un seguro privado. El mercado de las aseguradoras vio en la crisis sanitaria que llegó de la mano del coronavirus el momento idóneo para desplegar sus redes comerciales en busca de aquellas personas que, con el covid, se dieron cuenta de que la sanidad pública, en buena parte de los casos, no es suficiente para sentir que nuestra salud está controlada. Estas mismas cifras se dan en España, donde, según datos facilitados por Antonio Carrascosa, delegado en Cádiz de Unipromel, el 20% de la población ha dejado su salud en manos de las compañías de seguros a cambio de precios irrisorios. Tanto es así que hay seguros que por menos de 30 euros puede dar cobertura, por supuesto con copago, a una familia de cinco miembros. Eso sí, tal y como insiste Carrascosa, estos precios tan bajos y el fácil acceso a un seguro privado ha provocado que, al igual que pasa en la Seguridad Social, un especialista pueda tardar dos y tres meses en recibirle en su consulta, algo que perjudica al facultativo como al propio paciente. Los médicos piden a las compañías que actualicen los baremos. “Necesitamos negociar. Si no lo conseguimos tendremos que ir dejando pacientes o ir pensando en un copago que cubra el coste real de una consulta médica”.

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