Herencia de 1596
Patrimonio histórico de Cádiz
Barrocal 13, propiedad de la Junta, puede ser una de las pocas fincas que se salvaron del asalto inglés y que aún pervive
Cádiz/Francisco Sánchez Macías es uno de esos gaditanos que pasean por la ciudad mirando a su ciudad. En una imaginaria libreta apunta desperfectos en el mobiliario urbano, pintadas en fachadas o monumentos dañados. Difícil que se le escape algo.
En uno de sus recorridos gaditanos se topó con un edificio de la calle Barrocal. Una calle que durante años ha ofrecido una imagen de un evidente abandono, con varias de sus fincas cerradas y bordeando la ruina. Ahora, la iniciativa privada ha comenzado la recuperación de algunas de ellas (tras el paso de la piqueta). Francisco Sánchez se topó con el número 13 de Barrocal. Miró la fachada, complicada de ver en una calle demasiado estrecha, y rápidamente le recordó portadas similares vistas antes en Granada.
Pero más allá de similitudes arquitectónica lo que a Francisco le llamó la atención es que el edificio granadino databa del siglo XVI. ¿Sería el gaditano de la misma fecha?
Indagando en los archivos públicos Francisco Sánchez ha logrado poner nombre a los primitivos propietarios de la casa y la posible fecha de su construcción. Y todo le lleva a fecharla en la segunda mitad del siglo XVI, antes de que la flota inglesa que atacó e invadió Cádiz en el verano de 1596 se llevase por delante a buena parte de los inmuebles de la ciudad, quemados o destruidos por los invasores, cerca de 300 en total. De esta forma, el edificio de la calle Barrocal se convertiría en uno de los más antiguos de la ciudad que aún sigue en pie.
Destaca el investigador gaditano que "la prueba documental de la antigüedad de este edificio es un testamento cerrado, abierto en 1584. Ahí aparece formando parte de un mayorazgo instituido y legado por Diego de Roa, casado con Clara de Cubas. Por lo tanto, la casa es anterior al ataque inglés, e incluso podían haber pasado incluso varias décadas desde su construcción".
Plantea Francisco Sánchez que "esta finca, que quiza conserve su fachada original, nos trasmite un gran poder de evocación y nos transporta al Cádiz del seiscientos. Por ello, creo que su rehabilitación y el gran patio interior merecen un proyecto que tenga en cuenta su historia".
Barrocal 13 se encuentra metida ahora en medio de varias fincas que se encuentran en rehabilitación, a un lado y otro del histórico edificio, por lo que su estado actual, cerrado y sin ningún mantenimiento, debería de alertar a su propiedad, la Junta de Andalucía para proyectar su recuperación. Confirmada su antigüedad incluso podría dedicarse a un uso cultural e histórico.
La finca se levantó hace más de cuatro siglos en la que se denominaba como zona de arrabal de Santiago, que era casi el límite del Cádiz de la época. Aún hoy es visible la trama urbana de este arrabal que pronto sirvió de conexión con los barrios más incluyentes de la ciudad. Hay que tener en cuenta que cuanto se construyó el edificio aún no existía la plaza de la Catedral tal y como hoy la conocemos, ocupada entonces por viviendas y estrechas calles.
Diego de Roa, un influyente miembro de la sociedad gaditana
En su estudio sobre el número 13 de Barrocal, Francisco Sánchez Macías aporta también numerosos datos sobre la familia propietaria de la misma y, en especial, sobre Diego de Roa, "un personaje perteneciente a la elite local, regidor del cabildo, influyente y poderoso". Recuerda que en el libro de Fray Jerónimo de la Concepción, El Emporio del Orbe, "se relata que está enterrado en la capilla de los Vizcaínos de la Catedral de Santa Cruz", capilla que él y su familia mantuvieron, como uno de los miembros más acaudalados de la ciudad. Igualmente destaca que participó junto a otros en la fundación del colegio de la Compañía de Jesús en Cádiz, a la vez que fue promotor del convento de las Concepcionistas de Santa María, uno de cuyos patios permanece tal cual estaba en la época del ataque de la flota inglesa.
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