Hierve la indignación con García

La inesperada intervención de Ignacio García, diputado de Izquierda Unida por Cádiz y vicepresidente del Parlamento de Andalucía, calentó ayer el ambiente en el acto convocado por la plantilla de la Escuela de Hostelería para exigir el pago de las últimas siete nóminas. El anuncio que hizo el dirigente de que en "dos o tres días" se desbloqueará la situación con la rúbrica del interventor general de la Junta y, por tanto, los empleados cobrarán antes de que finalice 2014, indignó a algunos de los trabajadores. En caso de ser cierta esa información que, según García, le trasladó el propio consejero de Educación, Luciano Alonso, no entienden que la Administración educativa no se la haya comunicado al propio gerente de la Escuela, Faustino Valdés.

"Una información tan trascendente como ésta, ¿cómo puede venir por este cauce y no llegarnos a través del gerente, que es el señor que arregla los papeles de la Escuela?", reflexionaba en voz alta y con tono de cabreo un empleado. "Si la operación sólo está pendiente de una firma, ¿a qué esperan?, ¿a que estén los papeles del resto de Consorcios en regla para anunciar a la vez el pago a todos los centros?", lanzaba otro trabajador. El portavoz de los profesionales, José Ramón González, recordó que llevan "mucho tiempo" oyendo "mentiras tras mentiras", por lo que se mostró incrédulo ante tal noticia.

El gerente, presente en el acto, se pronunció: "Sé que falta poquísimo para que se produzcan los pagos, pero yo no voy a dar una fecha hasta que no tenga la completa seguridad. Así me lo pedisteis -dirigiéndose a los trabajadores-, y a día de hoy desconozco la fecha en la que el dinero va a entrar en el banco". "No sabía que en dos o tres días se va a producir la firma", zanjó.

Más tenso aún fue el momento en el que el diputado defendió que el modelo de gestión que hasta ahora ha regido el funcionamiento de los Consorcios Escuela de Andalucía "no sirve". "No puede funcionar dependiendo de una subvención anual, así no se puede". En este punto, fue interrumpido por un alumno, Daniel Chouza, que culpó a la Junta de Andalucía de los problemas que están padeciendo estos centros formativos de la comunidad autónoma. "Vamos a ser coherentes, ¿que no sirve el sistema de gestión? ¡Pero si ha funcionado durante 16 años, hombre por favor! Otra cosa es que se lo hayan llevado algunos... Se le debería caer la cara de vergüenza por sentarse hoy aquí para decir mentiras y por hacerlo también en el Parlamento".

Además, García reiteró el "apoyo" de su organización "aquí y en la Junta", y estas palabras también indignaron a Chouza, por su condición de socio de Gobierno del PSOE en la Junta.

El dirigente pidió respeto, precisó que se había sentado en la mesa por petición de los empleados del centro, y manifestó tajante que no mentía y que no tenía necesidad de sufrir este "chorreo", palabra por la que pidió disculpas posteriormente.

Un representante de Podemos le recriminó su presencia e intervención en la rueda de prensa convocada por el personal, y lamentó no haberlo visto otras veces en el centro, durante las numerosas protestas y los encierros.

Una alumna de la Escuela le preguntó por el inicio del curso. "Somos 40 personas las que hemos cursado un año en el centro. Tenemos nuestras vidas y tenemos que saber cuándo van a empezar las clases". Pero la joven se fue de la Escuela con la misma duda. "No lo sé, en cuanto tenga la información la transmitiré", fue la respuesta del diputado por Cádiz.

A pesar de todo, el vicepresidente del Parlamento quiso trasladar palabras de esperanza: "El hecho de que la Escuela vaya a convertirse en un centro más de la Junta de Andalucía es esperanzador. Se van a poder realizar planificaciones a medio y largo plazo, porque la Escuela va a depender de un presupuesto de la Junta, y eso va a dar cierta tranquilidad".

Por su parte, Teresa Ruiz-Sillero, parlamentaria del PP, recalcó que aún no se sabe cómo va a funcionar el centro el próximo año ni qué va a pasar en enero, y recordó a Ignacio García que estaban en "un acto de justicia social, no en un acto político".