Al Hoda, la primera mezquita gaditana, frente a La Caleta
La comunidad marroquí de la capital ya dispone de una lugar para la oración colectiva musulmana y de reunión, además de escuela religiosa
Al Hoda, que traducido significa ''Camino recto' , es el nombre de la primera mezquita abierta recientemente en la capital y que está situada frente a La Caleta, concretamente en la confluencia de la avenida Duque de Nájera con la calle Venezuela.
Lahcen y Hakim, presidente y secretario respectivamente de la comunidad musulmana en Cádiz, formada por unas cuarenta personas, dicen que aspiraban a contar con su propia mezquita para disponer de un lugar para la oración colectiva, donde reunirse y como escuela religiosa, lo que venían supliendo desplazándose a las ya existentes en Jerez, Chiclana y Puerto Real.
Una vez que encontraron el local solicitaron la correspondiente apertura al Ministerio del Interior, que les fue concedida, y también lo comunicaron al Ayuntamiento, con cuyo apoyo cuentan, así como el de la Guardia Civil, que también se ha ofrecido a ayudarlos.
Además destacan que mantienen una buena relación de vecindad con los inquilinos de los pisos de la finca en cuyos bajos está la mezquita y que desde la apertura hasta la fecha no han tenido ningún tipo de problema.
Ayer viernes, día de reposo oficial para los musulmanes, similar al domingo para los cristianos, y en el que es preceptivo que los varones acudan a la misma, alrededor de las dos y media de la tarde, la comunidad, formada mayoritariamente por marroquíes, algunos saharuis y senegaleses, se reunía para rezar de forma colectiva.
Lahcen y Hakim son los que ejercen como imán, ya que no pueden permitirse por ahora dispone de uno oficial, porque confiesan que la crisis económica también les ha afectado a ellos, la mayoría propietarios de bazares y otros dedicados a la construcción, algunos ahora también en el paro.
El imán es la persona que dirige la oración colectiva, ya que el islam carece de clero, y puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo. Sumisión es situarse delante de los demás fieles en las mezquitas y servirles de guía para realizar el ritual de oración, aunque no es obligatorio seguirle. A menudo se afirma que cada musulmán puede ser su propio imán, con tal de que sepa rezar correctamente y que el cargo de imán existe sólo mientras dura la oración.
Los responsables de la comunidad afirman que su objetivo es "que la gente nos conozca mejor, que sepa pertenecemos a una religión de amor, de respeto, de tolerancia y de hacer el bien a los demás".
La mezquita dispone de un amplio salón, la sala de oración o haram, en la que destaca la qiblah, pared que marca la orientación hacia la Meca, con el nicho del mihrab en el centro, especialmente decorado.
Los musulmanes, además de celebrar el viernes, están obligados a realizar las cinco oraciones diaria: antes del amanecer, a mediodía, por la tarde, tras la puesta de sol y a la noche, si bien no es necesario llevarlas a cabo en la mezquita , aunque se considera que la oración comunitaria en una mezquita es más virtuosa que la oración en privado.
En la mezquita tienen lugar también las oraciones funerarias por los musulmanes difuntos, en los que participan todos los miembros de la congregación, incluido el imán. A diferencia de los rezos diarios, los funerarios normalmente se realizan al aire libre, en un patio o plaza cercanos a la mezquita.
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