Homenaje a Francisco Ponce, el último de los eruditos gaditanos

Cádiz/Griegos y romanos ya habían escrito en la antigüedad sobre la existencia de las Gadeiras, el mítico archipiélago platónico gobernado por Gadiro, hijo del mismísimo Poseidón. Pero tuvo que llegar don Francisco Ponce Cordones allá por 1976 para dar el salto del mito al logos. Y descubrir y describir con detalle -con el reconocimiento de una cúpula de historiadores- el canal que separaba las islas de Erytheia y Kotinoussa, que desde entonces se llama Canal de Ponce, aunque muchos se empeñen en llamarlo Bahía-Caleta.

Pero su interés no quedó ahí, sino que desde su formación autodidacta, hizo valiosas aportaciones al estudio demográfico del Cádiz de los siglos XVII y XVIII, al del asalto anglo holandés y a la numismática local, entre otros grandes empeños, siempre relacionados con Cádiz, como resume su Gades, Gadium, Gadibus, con el que tituló un recopilatorio de sus artículos. Todo eso sin descuidar su trabajo como funcionario de Aduanas -incapaz de beneficiarse del "pan de la desgracia"- y su devoción , más que afición, por las tertulias de altura intelectual. Así era Don Francisco, o Ponce, según quien le nombre, un miembro sobresaliente -quizá el último- de "una pléyade de infatigables eruditos gaditanos", en palabras de Manuel Bustos Rodríguez, académico de número y director de la Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras. Anoche, la institución le rindió homenaje en el Casino Gaditano en formal, pero distendida y amena sesión necrológica.

La primera en intervenir fue Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier, académica de número, vicedirectora segunda de la institución y nuera de Francisco Ponce. Hizo Pérez-Bustamante una semblanza brillante, muy humana y divertida de un "hombre de otra época, cristiano cabal, azoriniano y discreto, a quien jamás oí hablar mal de nadie". Un "erudito local que consiguió que los restos del acueducto romano de Cortadura fuesen rescatados".

El historiador y académico de numero José María García León lo calificó como "un hombre que hacía historia como él era: serio, riguroso, sin hacer alardes", pese a ser "una enciclopedia andante", gracias a un estilo propio, "el Estilo Ponce". Recordó su ingente actividad de divulgación en la Revista de Marina, en Diario de Cádiz, en los Anales de la Universidad y en el Anuario de la Revista de Arqueología y ensalzó la credibilidad que siempre obtuvo de los historiadores de formación.

Manuel Bustos clausuró la sesión con un recorrido por la obra de Francisco Ponce, que tanto admiró desde su llegada a Cádiz procedente de Madrid.