El Hospicio Provincial (Valcárcel) como ‘Palacio de Exposiciones’ de Cádiz
Historia
El histórico edificio acogió en el pasado dos importantes exposiciones: una de plantas, flores y animales en 1880 y otra de carácter obrero en 1923
Tras la autorización por la Diputación Provincial, administración encargada y responsable del Hospicio Provincial, para que se hicieran las obras de restauración, adaptación y mejora de ese gran edificio frente a la Caleta, para que acogiera la exitosa ‘Exposición Regional Andaluza’ de 1879 (Diario de Cádiz. 8 de octubre de 2022), se le abrió las puertas a otras sociedades civiles y asociaciones de la ciudad para que pudieran realizar exposiciones en este edificio los meses de verano (compatibles con la cotidiana labor asistencial del Hospicio), ya que, de esa forma, se las hacía coincidir con la Velada de los Ángeles que se celebraba en el próximo Paseo de las Delicias (después parque Genovés), ampliando la oferta cultural y el atractivo de la ciudad durante los meses que más forasteros se recibían.
En este sentido, comentaré brevemente dos importantes exposiciones, alejadas en el tiempo y completamente distintas por sus contenidos, pero que, celebradas en época estival y en el mismo edificio, no dejaron de cumplir similar función social: la ‘Exposición de Plantas y Flores’ (combinada con Animales y Bellas Artes), celebrada del 18 de julio al 15 de agosto de 1880, y la ‘Exposición Obrera’, celebrada del 5 de agosto al 4 de septiembre de 1923.
En Cádiz, en 1872, Ambrosio Grimaldi Guitard fundó la primera la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de España (como colateral reflejo social del éxito que tuvieron en la ciudad las ideas del anarquismo francés y su ideología de dignificación fraternal e igualitarista de las personas y, en general, de los seres vivos. Afín en estos aspectos a la doctrina cristiana). Sociedad que, con los altibajos propios del tiempo, con sus múltiples actuaciones se fue constituyendo en un referente de la ciudad: tras los Estatutos, se editaron boletines, se organizaron reivindicaciones, se promovieron protestas contra las corridas de toros, se alentaron normas para el buen trato de los animales callejeros, se elaboraron propuestas para Ayuntamiento, se publicaron numerosos calendarios y documentos (además del antológico libro de Alfonso Moreno ‘Los seres inferiores’, primero en su género en España, publicado en 1878 tras ganar un concurso previo, como libro para la enseñanza de la lectura en las escuelas) y se participó en exposiciones sobre plantas y flores celebradas en otras ciudades.
Esta Sociedad, en 1880, con el patrocinio del Ayuntamiento, una directiva muy activa y la afiliación de nuevos socios (con la simple condición de ser “personas ilustradas y de bellos sentimientos”), fue la que solicitó el Hospicio para celebrar la primera ‘Exposición de Plantas y Flores’. Siendo cuestión accidental el que dicha exposición se celebrase simultáneamente con una de pinturas (cuya solicitud por la Academia de Bellas Artes también había sido autorizada por la Diputación) y con la programación de conciertos, celebrados al anochecer por la Sociedad de Conciertos en un recinto entoldado, que siempre contaron con la masiva asistencia de “toda la gente conocida de la ciudad”. Por último, la exposición también se abrió a una de las actividades promovidas en su seno y entendida como positiva para la vida animal: las carreras de palomas mensajeras.
La exposición se dividió en diferentes grupos y clases: Plantas de adorno, sueltas o en colección, flores cortadas, medios de reproducción, proyectos y modelos, material y ornamentación, etc., para las que se nombraron jurados encargados de otorgar premios y distinciones. Todos los jueves y domingos hubo exposiciones de ramos y flores cortadas que podían venderse, pero no retirarse de la exposición antes de que, al final de la jornada, fuesen dictaminados por los jurados correspondientes. La participación de las mujeres fue, en general, muy numerosa.
En la organización y desarrollo de la exposición destacó la figura de Francisco Ghersi, encargado del cultivo y dirección de los jardines públicos de Cádiz, al que el Ayuntamiento otorgó el premio municipal de la exposición.
La otra importante exposición celebrada en el Hospicio fue la ‘Exposición Obrera de Artes, Industrias y Labores de Mujer’ celebrada en el verano de 1923, que (con precedentes de exposiciones similares organizadas en Madrid y Sevilla desde primeros de siglo) tuvo como inmediato modelo la ‘Exposición Obrera de Arte Tipográfico de la Región Andaluza’ celebrada el año anterior en Sevilla, en la que participaron tipógrafos gaditanos.
Este tipo de exposiciones tenía como trasfondo social un largo periodo de violenta conflictividad social y lucha obrera (planteada con diferentes objetivos y estrategias, según organizaciones sindicales y partidos políticos) y tenían como objetivo general poner en evidente, “exponer”, lo que los trabajadores eran capaces de hacer, su importante e imprescindible aportación en todos los ramos de la producción, en beneficio de la sociedad. Otra forma de reivindicar, por razón de los méritos, mejoras de salarios y condiciones de trabajo.
Aunque la idea y los primeros trabajos organizativos partieron de la Sociedad de Tipógrafos, en la que destacaban Juan Antonio Santander y Mariano Cancelo (posteriores figuras del socialismo en Cádiz), pronto el Comité Organizador de la Exposición se abrió a todos los sectores de la clase obrera, obteniendo ayudas del Ayuntamiento, la Diputación, la Cámara de Comercio, numerosas asociaciones y particulares. Se montó una tribuna en el patio principal del Hospicio, se actualizó el arco de madera de la cerca (que ya había servido para la exposición de 1879), y se imprimieron a color bellos carteles y tarjetas postales, idealizando el futuro de la ciudad por el trabajo obrero. Un busto de Fermín Salvochea se colocó en lugar preeminente.
El acto inaugural de la exposición fue presidido por las primeras autoridades locales y provinciales, contando con la presencia de representantes de todas las Sociedades Obreras gaditanas. Al principio del acto sonó ‘La canción al Trabajo’ compuesta para la ocasión por los hermanos Enrique y José del Toro y en el exaltado discurso que pronunció el vocal del Comité, Juan Antonio Santander, se destacó la importancia y creatividad del trabajo obrero, y se elogió la cantidad y la calidad de los trabajos presentados. Los cuales se agruparon por sectores: Artes gráficas, centros obreros públicos y católicos, Bellas Artes, carpintería, ebanistería y talla, arte naval, herrería y fundición, electricidad y maquinaria, sastrería y labores femeninas. No faltando conciertos y un concurso floral en la programación de las jornadas.
Los trabajos y objetos presentados a la Exposición fueron más de mil, el número de visitantes, según cálculos, superaron los 100.000 y la prensa nacional se ocupó ampliamente del evento. En un brillante acto de clausura, amenizado por la agrupación coral del padre Elías y la banda del regimiento de Cádiz, las autoridades pronunciaron discursos y se entregaron los premios a los mejores trabajos presentados a concurso. Finalmente, Manuel García Noguerol, alcalde de la ciudad, animó a que en un plazo conveniente volviera a organizarse otra exposición similar.
Claro que el alcalde no sospechaba que pocos días después el jerezano Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, daría un golpe de Estado y, con el beneplácito de Alfonso XIII, establecería en España una dictadura militar. García Noguerol, como todos los alcaldes de España, fueron cesados.
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