Desde el Hospital de San Rafael: 75 años curando a los gaditanos

En una superficie reducida del casco antiguo de Cádiz, en los límites del barrio de La Viña, se concentran cuatro edificios que son referencia de la vida de la capital. Por un lado, la Facultad de Medicina, continuadora del Real Colegio de Cirugía; vecina a ella el conjunto del Hospital Real, hoy sede del Rectorado de la UCA; el Teatro Manuel de Falla, como emblema de nuestra cultura más popular. Y junto a todos ellos el complejo del Hospital de San Rafael.

Todos ellos forman parte del día a día de Cádiz. De su educación, su cultura y su cuidado sanitario.

No podríamos plantear la ciudad del futuro sin ninguno de ellos. Todo lo contrario. Cada uno a su forma, cada uno con una misión distinta, juegan papeles esenciales para el desarrollo de la ciudad, y con ello, para el desarrollo de la propia provincia.

¿Alguien puede imaginarse la ciudad sin su Hospital de San Rafael? Más aún, ¿alguien puede imaginarse La Viña y el Mentidero sin su centro sanitario?

Así viene siendo desde 1948, en los albores de la atención sanitaria pública, cuando Cádiz apenas contaba con el Hospital de Mora como centro médico de referencia.

Fue ese 1948 un año duro para la ciudad, final de una etapa y principio de su lenta expansión tras la explosión de la Base de Defensas Submarinas, cuando el médico traumatólogo José Manuel Pascual Pascual, tras haberse formado en Alemania, decidió montar una pequeña clínica de apenas 8 camas con el nombre de Hospital de Traumáticos de San Rafael.

Nacido en Los Alcázares (Murcia) tuvo tras él una familia de médicos y de enseñantes: su madre Josefina Pascual, Hija Adoptiva de Cádiz, fue directora de la Escuela Normal de Cádiz, que después llevaría su nombre. Uno de sus tíos, Salvador Pascual, será Catedrático de Urología y médico personal del infante don Jaime (hijo del Rey Alfonso XIII).

Casado con Josefa Sánchez-Gijón, tendrá ocho hijos, entre ellos José Manuel Pascual Sánchez-Gijón, VII Premio Federico Joly este 2023.

Junto al amor por la medicina que el fundador de esta saga trasladó a su descendencia, también les trasladó el buen hacer empresarial. Al fin y al cabo, él mismo puso en marcha la primitiva clínica con poco más de 25 años.

Nacimiento tras la Explosión de 1947

Pascual montó la pequeña clínica gracias al espacio que en la casa familiar dejaron sus padres.

San Rafael pronto atenderá a los accidentados procedentes de la factoría de Astilleros de Cádiz y de otras fábricas de la Bahía, entonces en pleno auge industrial. Todo ello le permitirá ir ampliando las instalaciones, construyendo a lo largo de los años dos amplios edificios que se mantendrán en el corazón del casco histórico de la ciudad.

José Manuel Pascual Pascual dejará en 1980 la gerencia del hospital, que había ido creciendo en camas y en edificios, a su hijo José Manuel Pascual Sánchez-Gijón, que como su padre se había especializado en Traumatología.

Con él al frente de la empresa, y con el decidido apoyo de sus hermanos, el nuevo gerente afrontará la expansión definitiva de la compañía, hasta convertirla en el referente sanitario de la provincia de Cádiz y de toda Andalucía, manteniendo la premisa de una atención directa con el paciente, una modernización continuada de sus medios sanitarios y una apuesta por una atención médica en constante evolución.

Así se afianzará el nuevo Hospital de San Rafael, integrado por dos grandes edificios unidos en sus plantas superiores mediante un arco ya peculiar en la fisonomía de la plaza del Falla.

Más de 300 camas, quirófanos de cirugía refractaria pioneros en el sur, instalación de un centro de diagnóstico por imágenes con equipos de última generación... Fue también San Rafael el primer hospital de la zona en disponer de un TAC, hace ya medio siglo, mientras que uno de los hijos del fundador, Salvador Pascual, introducía la cirugía laparoscópica en el Hospital Santa María del Puerto.

En definitiva, una apuesta por la vanguardia que irá íntimamente ligada a la formación continua de sus profesionales. En este sentido se llegó a plantear incluso la creación de una Escuela de Enfermería en la Sierra gaditana.

En 1987 la empresa transforma la antigua Clínica del Doctor Frontela, en El Puerto de Santa María, en el Hospital Santa María del Puerto, dando así servicio a una de las ciudades más dinámicas de la Bahía; en 1996 pondrá en servicio el Hospital Virgen de las Montañas en Villamartín, al que seguirá el de Virgen del Camino en Sanlúcar, acercando la atención médica a comarcas de la provincia muy necesitadas de ella.

Antes, en la década de los ochenta abrió el Hospital Virgen de la Bella en Huelva.

Tras un paso fugaz por Málaga, al finalizar el siglo XX, la pequeña empresa sanitaria nacida en 1948 será ya el gran referente de la medicina privada en Andalucía.

En este desarrollo jugará un papel muy especial la estrecha colaboración que el Grupo Pascual mantendrá con el sistema público de salud.

Un apoyo a la sanidad pública

El Hospital de San Rafael y el resto de los centros del Grupo, han complementado la asistencia médica en coordinación con el Servicio Andaluz de Salud. Complementado y reforzado, pues su personal y sus equipos han evitado desde el primer momento el colapso en la asistencia sanitaria en la provincia.

A la vez, Pascual se ha volcado desde un principio en este apoyo a la sociedad, más allá de los límites de los convenios vigentes en su momento con el SAS.

Así, la ayuda del Hospital de San Rafael fue esencial en las jornadas posteriores al incendio de 1991 que provocó el desalojo del Hospital Puerta del Mar. Buena parte de los 700 enfermos que se encontraban internados en este centro fueron realojados en San Rafael, mientras no se reabría el centro público.

Aún más importante fue cuando se derribó el viejo Zamacola, en los años 70, y el Hospital San Rafael se convirtió en el centro de referencia de la provincia durante el tiempo en el que se alargó la construcción del nuevo edificio público.

Durante la pandemia de coronavirus, la histórica clínica de traumáticos también se volcó en la atención a los afectados por el Covid-19, a la vez que reforzó la asistencia del resto de los pacientes. Los 1.600 trabajadores de sus cuatro hospitales se concentraron de lleno en esta atención médica.

Más recientemente, en junio de 2022, el Hospital de San Rafael se convirtió, dentro del funcionamiento del sistema público de salud, en el “centro de referencia” para todo el Casco Antiguo de Cádiz, por el que pasarán todos los pacientes dados de alta en los centros de salud del Olivillo, la Merced o Mentidero.

Lo cierto es que desde sus orígenes, la familia Pascual ha tenido en su ADN un interés por la atención a la sociedad. Pasó con la abuela Josefina Pascual durante las décadas que estuvo al frente de los estudios de Magisterio en la provincia, y ha pasado también con todos los Pascual que se han dedicado a la profesión médica.

El carácter social como ADN de la empresa

Ese carácter “social” lo ha imbuido con fuerza José Manuel Pascual Sánchez-Gijón en el funcionamiento de sus centros médicos, y con la creación en 1998 de la Fundación Pascual.

Y lo ha hecho además, lo que le da aún mucho más valor, en silencio, sin publicidad, sin buscar el elogio externo. Sabiendo, como lo aprendió de sus padres y abuelos, como lo asumieron como propio sus hermanos, y como ya le dan continuidad sus hijos, que lo importante es trabajar por la mejor atención al prójimo, sin buscar medallas.

Así pasó en los peores momentos del endémico problema habitacional que tiene la ciudad de Cádiz, cuando no dudó en habilitar una planta del Hospital de San Rafael para dar cobijo a familias desalojadas de sus casas ruinosas. Simplemente porque era su deber como ciudadano, huyendo de fotos y de alabanzas.

Este carácter ciudadano ha sido una de las patas que ha sustentado, (junto a la buena labor médica de los profesionales que han trabajado durante estas décadas en el centro médico), la inmersión del Hospital de San Rafael en el corazón de la ciudad de Cádiz.