“Los hosteleros ya asumen que el cliente cada vez es más exigente”
El boom de la hostelería en Cádiz
Álvaro Linares participa desde hace tres décadas en el proceso de renovación del diseño de la hostelería en la ciudad
No hay espacio en este artículo para citar los nombres de los locales que han sido diseñados por Álvaro Linares en Cádiz desde que inició su carrera profesional, hace ya más de tres décadas. Pero entre ellos están la mayor parte de los bares y restaurantes que, en su día, abrieron el camino para la nueva imagen de la hostelería gaditana, y los que en los últimos dos o tres años han impulsado de nuevo al sector, situándolo en cuanto a estética entre los referentes del sur del país.
Musalima, La Despensa, Marruzella, el recién inaugurado Ykebana o el de próxima apertura de Casa Angelita, son ejemplos de la apuesta decidida por dar un paso adelante en una oferta gastronómica que une ahora con fuerza un diseño impactante.
"Hace treinta años los locales estaban pintados, con algún dibujo muy básico, sin aire acondicionado. La competencia llevó a mejorar algo el diseño, cambiando el interior y la fachada. Será la época de Muñoz Arenillas. Hay apuestas decididas en Manuel Rancés. Entonces yo ya tenía clara la importancia de contar con locales insonorizados, con un buen suelo y un techo cuidado, con el control de la iluminación...".
Antes, recuerda, valía una barra de bar en un chiringuito con un tirador de cerveza. "Cuando el hostelero va creciendo, va mimando su local y ve que necesita algo más que una barra. Mejora la imagen del local, pero también mejora la imagen de sus camareros y el trato con la clientela. La competencia son ellos mismos, porque asumen que el cliente es cada vez más exigente".
Cádiz ya ha pasado por todo este proceso. Contamos ahora con una nueva generación de empresarios que tiene claro que hay que innovar y situarnos donde otras capitales españolas y europeas ya están en materia hostelería.
"Cádiz reúne todas las condiciones (para ser un referente hostelero): tiene mar y tiene un casco antiguo muy vital. Tiene una gastronomía que es por si sola un aliciente, pero a ella se le está uniendo con fuerza una imagen muy cuidada y una atención preferente", destaca Linares.
Para el diseñador, uno de los referentes nacionales en esta materia, en esta apuesta Cádiz juega con un elemento vital, que son las vistas. A la playa, al mar, a las plazas y calles del casco histórico. Y eso hay que saber venderlo. Sobre todo porque cada vez llega un turismo con las ideas más clara a la hora de buscar una calidad global cuando entra en un café o en un restaurante. Gastronomía acompañada de diseño.
¿Cómo trabaja Álvaro Linares cuando se implica en un proyecto hostelero? "Busco siempre hacer un proyecto a la carta, ver quién lo va a regentar, qué tipo de comida va a ofrecer y a partir de ahí se crea un ambiente adecuado. También trabajamos en el espacio de la cocina, en la propia mecánica de funcionamiento del local. Creamos un proyecto, una aventura, una fantasía para que el cliente se transporte al mejor ambiente posible. En los que esté cómodo, porque la gente va a disfrutar y no para ser molestado".
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