Una cadena hotelera compra también la casa palacio de Veedor, 3
Cádiz| Turismo
Hoteles Turísticos Unidos SA (Hotusa) adquiere al BBVA el inmueble que perteneció a Pablo Grosso y, antes, al matrimonio Delgado Lallemand-Cigüela
El Grupo Hotusa (Hoteles Turísticos Unidos SA) ha comprado al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) la casa palacio de Veedor, 3, según confirmaron ayer a este periódico fuentes de la compañía hostelera.
Hotusa no ha proporcionado detalles de la operación ni tampoco ha informado sobre la puesta en marcha de ningún proyecto. No obstante, este periódico ha podido saber que la operación se habría cerrado por una cantidad en torno a un millón de euros, una cifra más de cuatro veces menor que los 4,5 millones de euros por los que estaba a la venta en verano de 2016.
El Grupo Hotusa, como otros inversores particulares y compañías hosteleras dedicadas a los establecimientos singulares de gama alta y de lujo está demostrando un creciente interés por inmuebles emblemáticos del casco histórico de la capital gaditana.
Recientemente Hotusa adquirió la Casa del Almirante, en el corazón del barrio del Pópulo, y el palacio de la calle Sagasta esquina con el Callejón del Tinte, situado en un privilegiado ángulo, justo al lado de la plaza de San Francisco.
En la primera ya han iniciado los trámites necesarios ante la Comisión Provincial de Patrimonio para convertirlo en hotel. Del proyecto en el segundo –que fue el primero que compraron– aún no se conoce detalle.
La casa palacio de Veedor, 3, perteneció anteriormente al empresario gaditano Pablo Grosso, que se la compró al matrimonio formado por Fernando Delgado Lallemand y Susi Cigüela con la intención de transformarla en hotel.
Pero lo cierto es que el inmueble sólo llegó a acoger en su planta baja un restaurante asiático que estuvo abierto entre 2008 y 2013 –el Nippon– y durante este último año, un bar –El jardín–, mientras que las superiores funcionaban como alojamiento para estudiantes extranjeros. “Hace cinco años se vendió a unos inversores, que llegaron a un acuerdo con el banco, que se lo quedó”, aseguró a este periódico el propio Pablo Grosso.
Anteriormente había sido la residencia de la familia Delgado Lallemand-Cigüela y albergado algunas dependencias del laboratorio de análisis clínicos del médico. Años antes acogió el restaurante La montera, un proyecto de Susi Cigüela que funcionó con éxito sólo dos años pero que supuso, a partir de 1986, la rehabilitación integral y la recuperación de un edificio histórico que llevaba 16 años cerrado bajo la propiedad de la familia Arámburu, que lo adquirió en 1880.
Una inmobiliaria especializada en viviendas de lujo y con sede en Marbella era la que, en verano de 2016, se estaba encargando de comercializar el edificio por el que ya habían mostrado interés varias empresas hoteleras con la intención de retomar el proyecto que en su día quiso poner en marcha el hasta entonces último propietario conocido que había tenido.
Como puede observarse en la fotografía, el edificio presenta un avanzado estado de deterioro en su fachada, actualmente cubierta de redes para impedir la caída de elementos que pudieran seguir desprendiéndose.
La casa palacio de Veedor, 3 se levanta en tres alturas sobre una finca de 450 metros cuadrados situada en la esquina de esta calle con Vea Murguía. Construida en el siglo XVII, remodelada en el XVIII y profundamente transformada en el XIX, cuenta con un patio interior y otro exterior y varios salones.
Una placa en su fachada da fe de que en el palacio se alojó en 1812 Sir Arthur C. Wellesley, duque de Wellington, comandante en jefe de las tropas hispanoinglesas contra Napoleón.
La auténtica Casa Arámburu y uno de los Pozos de la Jara
La casa palacio de Veedor, 3 data de 1647, pero fue remodelada en el XVIII y profundamente transformada en el XIX. Durante más de un siglo (1880-1986) fue propiedad de la familia Arámburu, que la tuvo como residencia a lo largo de décadas. Así que esta es la auténtica Casa Arámburu y no el edificio de San Antonio, que es la Banca Arámburu. El palacio de Veedor, 3; la Casa Arámburu o la Casa Lallemand, como prefieran, alberga uno de los dos pozos conocidos como de la Jara, que datan del XVI. El otro está en la Casa Pemán, hoy sede de la Fundación Cajasol. Eran los únicos manantiales de agua potable que existían en la ciudad y, por lo tanto, su agua fina y resistente era muy apreciada en los buques que emprendían la Carrera de Indias. Los dos gozan de un grado de protección 0 monumental, el máximo, de forma que hay que preservarlos en su estado y uso original. Como el propio edificio, que también disfruta del mismo grado máximo de protección.
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