Los usos fantasmas del IES Santa María del Rosario en Cádiz
Desde su cierre en el año 2007 son varios los proyectos o planteamientos se han anunciado en vano para este edificio
El último uso de oficinas vuelve a estar ahora en el aire
Hay en Cádiz edificios con especial mala suerte, con una especie de maleficio que hace que pese a su atractivo y sus múltiples posibilidades vean pasar los años cerrados a cal y canto mientras distintos condicionantes van tumbando proyectos, en ocasiones en el momento justo en que parecía que al fin se iban a desarrollar. Ejemplos hay varios en la ciudad, como el del antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria Santa María del Rosario, en la calle San Francisco. El histórico inmueble anexo a la iglesia de San Agustín vuelve a ser noticia por un nuevo giro que asoma en su horizonte, después del reciente cambio de planes de la Diputación.
En el año 2007 es cuando el IES Rosario cerró sus puertas, culminando una etapa educativa que se alargó nada menos que 144 años. Y desde entonces sigue sin uso, aunque han sido varios los destinos y equipamientos que se han planteado, proyectado y anunciado a lo largo de estos años. Todos ellos han caído por ahora en saco roto; incluido el último uso como edificio de oficinas que planteaba la Diputación hace unos meses y que parece que no será definitivo tras la llegada del PP a la administración provincial y al Ayuntamiento gaditano.
Todo ello con un cambio de titularidad de por medio, cuando la operación -también fracasada- de la Ciudad de la Justicia propició una permuta de parcelas que dejó el edificio en manos de la Diputación logrando a cambio la Junta de Andalucía una pequeña pastilla que completaba el solar de Tolosa Latour.
Al poco de cerrar sus puertas como instituto de Secundaria, la Diputación planteó habilitar allí la Escuela Provincial de Hostelería Fernando Quiñones, que por aquel entonces languidecía en Valcárcel. También se fijaron las miradas en este edificio cuando hubo necesidad de trasladar la Escuela de Idiomas, e igualmente cuando se planteaba un traslado provisional de la escuela de Bellas Artes hasta la apertura del nuevo equipamiento levantado en el barrio de Astilleros. Nada de esto terminaría saliendo adelante, con la Escuela de Hostelería implantada hoy en la Zona Franca y la de Idiomas en La Laguna.
Con el Bicentenario llegó otro baile de proyectos, rehabilitaciones y edificios en la ciudad, del que para nada quedó exento el antiguo convento agustino. En ese edificio llegó a plantearse la implantación del Centro de Estudios Constitucionales, que nunca llegaría a realizarse; proyecto que, curiosamente, el candidato del PSOE a la Alcaldía, Óscar Torres, rescató en la pasada campaña a las municipales planteándolo al ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños.
Más recientemente, la Diputación parecía haber desbloqueado la parálisis de este edificio con el proyecto de rehabilitación y transformación en Museo de Arte Contemporáneo, habida cuenta de las numerosas obras (alrededor de 300) que dispone la propia administración provincial. Pero el proyecto presentado en 2018 empezó a desviarse cuando las obras detectaron otros problemas estructurales no previstos inicialmente, lo que obligó a paralizarlas y replantear el proyecto. Y en este tiempo, la Diputación cambió de planes y el equipamiento cultural fue transformado en un edificio de oficinas, que a priori permitiría cierto ahorro económico al concentrar en el antiguo instituto varias dependencias administrativas que hoy ocupa esta administración.
Este último cambio, este último uso anunciado, se produjo el pasado mes de marzo. Pero en mayo llegaron las elecciones, y el consiguiente cambio de gobierno tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento de Cádiz deja de nuevo en el aire la ocupación que tendrá el histórico edificio de la calle San Francisco, tal y como avanzó este martes el alcalde de la ciudad, Bruno García, tras su reunión con la presidenta Almudena Martínez.
Queda, pues, la duda de qué uso se planteará, se propondrá o se anunciará ahora para el antiguo IES Rosario. Y en este campo, conviene recordar los planteamientos que el PP ha tenido en los últimos años; primero un centro de empresas, como proponía Juancho Ortiz en la campaña electoral de 2019; y luego una residencia de estudiantes, a finales del anterior mandato municipal. Por medio, tampoco se puede olvidar la propuesta que el partido que formó Eugenio Belgrano para estas últimas municipales hizo pública para que el edificio se destinara a equipamiento cofradiero, con salas de exposiciones, auditorios y otros espacios.
Todas estas posibilidades han rondado por los tejados del antiguo edificio, que mientras es objeto de planteamientos, proyectos y delirios, acaba de cumplir 16 años cerrado a cal y canto.
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