Isla Aguilar, exdirectora del FIT de Cádiz: "En estos cuatro años, con respecto a 2019, el festival mejoró su recaudación en un 30%"
Cultura
La gestora cultural defiende en un comunicado el enraizamiento de su proyecto con la ciudad, que ha sido la razón esgrimida por el Patronato de la cita para su cese
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Cádiz/Una semana después de que el Patronato del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz anunciara públicamente su cese por "falta de enraizamiento" de su proyecto con la ciudad, la ya exdirectora del FIT Isla Aguilar ha defendido su gestión en un comunicado en el que habla de la conexión de su modelo de festival con la ciudadanía y donde recuerda que "en estos cuatro años, con respecto a 2019, el festival ha mejorado su recaudación en un 30%".
Además, Aguilar asegura que se "ha aumentado la ocupación y las taquillas de los espacios escénicos de la ciudad como el Gran Teatro Falla, el Teatro de la Tía Norica o la Sala Central Lechera", el público general y de profesionales y que se ha incorporado "la diversidad y participación ciudadana con colectivos en riesgo de exclusión social (ancianos, infancias, jóvenes, colectivos LGTBIQ+ y personas con discapacidad)", esgrime.
También destaca en su comunicado que "se ha conseguido diversificar las fuentes de financiamiento y aumentar el presupuesto, destacando el incremento del 43% de la subvención nominativa del Inaem" de un proyecto cultural que "potenciaba las conexiones entre el pasado, el presente y el futuro, que ha querido cruzar fronteras y mirar de frente ese pasado colonial que conecta Iberoamérica con África y que sigue reverberando hoy día". "Con un enfoque multidisciplinar, plural, que ha garantizado la libertad de creación, el debate, el reencuentro con la memoria y la negociación con distintos puntos de vista. Una programación accesible, inclusiva, heterogénea, paritaria, ecofeminista y anti patriarcal, con y desde una mirada decolonial que visibilizaba los cuerpos racializados, la otredad y abría espacios de escucha para narrativas que necesitan ser escuchadas una y mil veces, para restituir y contar la historia desde otras perspectivas y sensibilidades que nos ayuden a corregir asimetrías y desigualdades", argumenta la gestora cultural.
Por último, en una posdata, Isla Aguilar recuerda que han dejado "varias coproducciones comprometidas y otros proyectos en marcha, como es el caso de La Escuela del Sur, con el apoyo de la Fundación Siemens Stiftung" a los que espera "se les pueda dar continuidad".
Comunicado completo de Isla Aguilar
Me gustaría dar las gracias a toda la comunidad de Cádiz y también a lxs creadorxs y colegas de todo el territorio iberoamericano que nos abrieron los brazos y han brindado su apoyo formando parte de un proyecto luminoso a lo largo de estos últimos cuatro años del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz. Llegamos en plena pandemia, con la premisa de ser un festival público, que debía facilitar el acceso a la cultura como un derecho y un bien público global, para todos y todas.
Desde la creación del FIT, hace casi cuatro décadas, lógicamente han acontecido muchos cambios tanto en el desarrollo de las artes escénicas, como en el de la gestión cultural. El mundo no es el mismo que en 1986. El FIT acumula un valioso legado. A nuestra llegada en junio de 2020, invitados por el Patronato para curatoriar una edición extraordinaria, en plena situación de emergencia, activamos el diálogo y la escucha de muchas voces provenientes de ambas orillas para repensar el FIT y un nuevo modelo que se adaptara a los cambios, a un nuevo escenario.
A lo largo de estos cuatro años hemos generado sinergias y construido redes de trabajo colaborativo que han favorecido la sostenibilidad de los proyectos y garantizado el acceso a la cultura. Un festival que, a pesar de las carencias estructurales, ha trascendido la mera exhibición, ha insistido en el desarrollo de audiencias, en el apoyo a la creación, la mediación y la formación. Con una programación contemporánea y comprometida con las problemáticas que nos rodean, que interpelaba con obras y prácticas artísticas situadas, desarrolladas de forma colaborativa con y desde la comunidad. Una programación descentralizada que ha querido abrazar la magnitud y diversidad de los territorios de eso que llamamos Iberoamérica, que engloban realidades muy dispares y complejas, acercando las periferias y visibilizando a los pueblos originarios. Un FIT que potenciaba las conexiones entre el pasado, el presente y el futuro, que ha querido cruzar fronteras y mirar de frente ese pasado colonial que conecta Iberoamérica con África y que sigue reverberando hoy día. Con un enfoque multidisciplinar, plural, que ha garantizado la libertad de creación, el debate, el reencuentro con la memoria y la negociación con distintos puntos de vista. Una programación accesible, inclusiva, heterogénea, paritaria, ecofeminista y anti patriarcal, con y desde una mirada decolonial que visibilizaba los cuerpos racializados, la otredad y abría espacios de escucha para narrativas que necesitan ser escuchadas una y mil veces, para restituir y contar la historia desde otras perspectivas y sensibilidades que nos ayuden a corregir asimetrías y desigualdades. Hemos querido pensar un FIT desde otras lógicas que rehuían las certezas, que apostaba por los cuidados y el acompañamiento a la creación, al ensayo y error, a distintos lenguajes y poéticas que mostraban la riqueza y la diversidad de las artes escénicas iberoamericanas, para todos los públicos y edades, incorporando también a los colectivos en riesgo de exclusión social. Por ello, hemos incluido el trabajo de la mediación, fundamental a la hora de generar vínculos y legados de los proyectos artísticos y comunitarios para enraizarlos en el territorio, con una ciudadanía plural y diversa.
Entendemos que los procesos creativos y la gestión cultural se rigen por otros tiempos, por otras lógicas que escapan a las del evento, a tratar a los espectadores como meros consumidores, a los proyectos artísticos como mercancía y a los artistas como proveedores.
En estos cuatro años hemos reconectado con la ciudad y hemos abierto las puertas a creadores y públicos diversos, también a la diáspora, que han venido desde distintos lugares de España, Europa, Latinoamérica y África. Hemos aumentado la ocupación y las taquillas de los espacios escénicos de la ciudad, como El Gran Teatro Falla, El Teatro de la Tía Norica o La Central Lechera. También hemos experimentado a través de la mirada y la sensibilidad de lxs artistas con otros espacios no convencionales, saliendo del centro y llevando el FIT a colegios, residencias de ancianos, a asociaciones y a otros barrios de la periferia de la ciudad, incluso a otros lugares de la provincia, como el Puerto de Algeciras.
Muchos proyectos han generado un legado y un vínculo que han evidenciado el FIT como potencia transformadora de realidades.
A lo largo de estos cuatro años y respecto a 2019, el FIT ha mejorado su recaudación en un 30% y aumentado considerablemente el público general y de profesionales, incorporando diversidad y participación ciudadana con colectivos en riesgo de exclusión social (ancianos, infancias, jóvenes, colectivos LGTBIQ+ y personas con discapacidad). Se ha transformado un modelo de festival de exhibición en otro en el que se ha apoyado la formación, la creación, las prácticas situadas, la investigación a diferentes niveles, así como la producción y la coproducción nacional e internacional, fomentando el desarrollo y la internacionalización de
creadores y proyectos artísticos a medio plazo. También, se ha conseguido diversificar las fuentes de financiamiento y aumentar el presupuesto, destacando el incremento del 43% de la subvención nominativa del INAEM. Las prácticas situadas han contribuido a reforzar el tejido de la ciudad, a la formación de artistas y públicos, al acercamiento, participación, comprensión y activación de los procesos creativos. En definitiva, hemos desarrollado las líneas fundamentales del proyecto artístico con el que ganamos el concurso público al que nos presentamos en 2021 y que fue vinculado a nuestro contrato.
La gestión cultural y la creación tienen que poder desarrollarse garantizándose las buenas prácticas, sin injerencias. La cultura es cosa de todxs y tenemos que defenderla. En 2025 el FIT cumple 40 años y es responsabilidad de todos. Un abrazo y seguimos. Isla Aguilar
PD. Dejamos varias co-producciones comprometidas y otros proyectos en marcha, como es el
caso de La Escuela del Sur, con el apoyo de la Fundación Siemens Stiftung, a los que espero se
les pueda dar continuidad.
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